miércoles, 8 de julio de 2009

ESTANCIERO, CAMIONERO Y AVIADOR


Intentando convencer para que se quede junto a Néstor Kirchner, Hugo Moyano recibió el control de la empresa estatizada Aerolíneas Argentinas. Sin embargo, muchos creen que con el obsequio Moyano tiene un problema más que un beneficio. Luego, ¿Ud. viajaría en un avión gestionado por los camioneros?


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). ¿Cuál es el terror de Néstor Kirchner por estas horas? La posibilidad de perder la calle. Desde que Eduardo Duhalde regresó, Kirchner sufre pesadillas sobre piqueteros en acción antigubernamental, parados frente a los supermercados, cortando el tránsito, etc.

Kirchner sufrió pesadillas similares durante la crisis agropecuaria de 2008, y por eso apeló a que Hugo Moyano enviara a los suyos a Gualeguaychú, Entre Ríos, despliegue que resultó inútil, y Kirchner terminó dependiendo de las patotas de Guillermo Moreno y Luis D'Elía para controlar la calle que tanto lo obsesiona.

Kirchner cree que el control de los espacios públicos resulta estratégico para mantenerse o no en el poder. Y Moyano ha alimentado esa ilusión, en especial con la convocatoria a la 9 de Julio, que en verdad fue un multimillonario alquiler por hora de gente de todo el país pero que a Kirchner le fue presentada como una movilización del pueblo trabajador peronista. (?)

Por lo tanto, Kirchner quiere retener a Hugo Moyano de su lado pero todos saben que eso sólo se consigue tributando al voraz, insaciable sindicalista. Entregarle Aerolíneas Argentinas es parte de la oferta de Kirchner a Hugo Moyano que hasta ahora controla el transporte por tierra y por agua pero ahora podrá anexarse el transporte por aire.

Hay otro problema por estas horas en la Quinta de Olivos: en Aerolíneas Argentinas se encuentra fuera de control el sindicalista de los pilotos Jorge Pérez Tamayo.

Las quejas de Julio Alak a Ricardo Jaime eran cotidianas, y el ex secretario de Transporte se las detalló a Néstor Kirchner. De pronto, el kirchnerismo ha bebido de su propia medicina: Pérez Tamayo cree que la empresa es de él y su insoportable mediocridad.

¿Cómo ponerle límites concretos a Pérez Tamayo? Por eso se pensó en Hugo Moyano.

Esa es la trama secreta del arribo de Mariano Recalde a Aerolíneas Argentinas. ¿Cuáles son los antecedentes de Mariano Recalde? Acerca del negocio aerocomercial, nada.

Pero es el hijo del diputado nacional reelegido Héctor Recalde, un kirchnerista fanatizado por una pasión cincuentista antes que setentista. Recalde es el abogado preferido de Hugo Moyano, en la Federación de Camioneros y en la Confederación General del Trabajo.

Mariano Recalde es un joven abogado laboralista como su padre, que desembarcó en las noticias periodísticas cuando, junto a su padre, en noviembre de 2007, denunció haber recibido una oferta de soborno por US$ 20 millones de parte de un representante de la Cámara de Empresas de Servicios de Vales Alimentarios (Cevas) para impulsar una ley para que todos los trabajadores que cobraban menos de $2.000 fuesen incorporados al sistema.

Recalde fue fundador de la agrupación NBI en la Facultad de Derecho de la UBA y militó en el Sindicato de los Empleados Judiciales (UEJN), que conduce Julio Piumato.

En las últimas elecciones integró las listas del Frente para la Victoria y ocupó el 10mo. lugar en la nómina de los legisladores porteños del kirchnerismo.

Pero ¿qué tiene que ver Recalde con un negocio muy difícil, muy competitivo y en crisis como es Aerolíneas Argentinas? Nada. Mariano Recalde es la demostración del culto que rinde Kirchner a la improvisación, precariedad e incompetencia.

Kirchner exhibe un enorme desprecio por la capacitación y profesionalización y, en todo caso, la responsabilidad de Recalde es aceptar hacerse cargo de una responsabilidad para la que no se encuentra preparado, y en la que solamente el fracaso es su destino.

Aerolíneas Argentinas nunca debió ser reestatizada. Es un negocio en crisis en el mundo. Es una compañía que pierde dinero. Solamente en junio demandó US$ 50 millones del Tesoro Nacional y en ese dinero no se incluyen repuestos o compra de aviones o alguna otra forma de capitalización.

Eso sí: será interesante que alguien le imponga límites a Pérez Tamayo. Y, de ser posible, avanzar en fusionar los sindicatos dispersos en Aerolíneas y Austral.

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