LOS PINGUINOS Y SUS PINGUES NEGOCIOS

Por Lilia D. Strout PH.D.

Mario Vargas Llosa, el conocido escritor peruano, ha escrito un artículo, que no tiene pérdida, en EL PAIS de Madrid (09/08/2009) con el título FLOR DE PAREJA, muy apropiado, y un introito PIEDRA DE TOQUE. Mientras el país se desmorona en Argentina, el matrimonio Kirchner realiza pingües negocios. La fortuna que la pareja ha amasado en estos años en el poder alcanza los 8,5 millones de euros. El autor considera que las operaciones, que tuvieron como escenario la muy bella ciudad de Calafate se acercan a la genialidad mientras la fuga de capitales en el país desde que comenzó la crisis supera los 30.000 millones de euros. Todos esos éxitos de los KK se producen simultáneamente con la quiebra de bancos, la desaparición millonaria de puestos de trabajos, el empobrecimiento brutal de la clase media y la conversión de los pobres en miserables. Los KK multiplicaron su capital 7 veces. ¿A eso se le llama hacer patria?

Muy bien informado, Vargas Llosa da números precisos de cifras vinculadas con el ascenso de la presidenta ( así, con minúscula porque aunque ella se capitalice, mi corazón ausente la disminuye) y los saltos (¿no serán asaltos?) vertiginosos de ese capital, en sólo 12 meses, pasó de 3,200.000 euros a 8,500.000 euros. Maddoff peca de aprendiz y se queda corto frente a las habilidades comerciales de la presidentesa. Vargas Llosa ha contabilizado los inmuebles de la pareja reinante y sin duda conoce exactamente los metros cuadrados que compraron a 69 ctvs. el metro y revendieron más tarde a 50 y 57 euros el metro.

Con corazones de izquierda, como ocurre en la falsedad del sentimiento político que practican, y vestidos, bolsillos y carteras de derecha, traídas de París ( porque París bien vale una misa criollla), los KK se burlan del empobrecimiento de millones de argentinos.

Sin duda, pasaran a las páginas más oscuras e infames de un país cuya bandera tomó su color de la inmensidad del cielo, por la inspiración de patriotas de verdad dispuestos a morir por el orgullo de ser argentinos. ¡Ay, patria mía!
cya