La gente INTELIGENTE habla de IDEAS, La gente MEDIOCRE habla de COSAS, La gente IGNORANTE habla de la GENTE

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miércoles, 30 de noviembre de 2016

TALÓN DE AQUILES

EL TALÓN DE AQUILES “El talón de Aquiles es una expresión que se emplea para referirse al punto flaco o débil de una persona o cosa”. Nuestra historia nos dice que el talón de Aquiles del País es nuestra deuda externa. Podemos decir que dicha deuda nació en 1822 ó 1824 con el primer empréstito que se solicitó para una cosa y se utilizó en otra. Y eso fue suficiente para que se continuara con ese ejemplo en casi todos los otros empréstitos. Por nuestra deuda externa tuvimos muchas crisis. Un presidente tuvo que decir en una oportunidad “Honraremos la deuda externa sobre el hambre y la sed del pueblo…” y muchos años después otro tuvo que declarar el default por no poder pagarla. Es notable la cantidad de errores descomunales que se cometieron en cada arreglo o negociación de la deuda (Megacanjes y Blindajes), sin tener en cuenta nuestra capacidad de repago y con el agravante que todos los gobiernos constitucionales (después de 1983) aceptaron como válida toda la deuda heredada del gobierno militar a pesar que desde el 2000 existe la resolución del Juicio Olmos donde se detalla quienes fueron los responsables de esa deuda “ilícita, innecesaria y fraudulenta”. Tampoco es de asombrarse que en el último Megacanje, que como siempre se favoreció a los bancos internacionales crearon los “fondos buitres”. Asimismo, es de extrañar que siempre gobiernos y oposición nunca se refieran a efectuar una auditoría seria de la deuda. Pero lo más nefasto es que los responsables de dichos fraudes siguen sin sanción alguna y todavía opinando que con esos arreglos se aliviaba la economía del Estado. Cuando en realidad se trataba de estafas, que al final se volvía a incrementar la deuda pública. Como se ve, existe en nuestro país una gran impunidad generalizada que llega, también, a la parte financiera y sobre todo a la deuda externa, pero siempre buscando los despistes y las falsedades sin castigo. Mientras sigamos en la tesitura de no buscar un mecanismo de solución de la deuda (auditoría, inversión industrialista), continuaremos con períodos de austeridad y de recesión, sin ninguna garantía de que vayamos a disminuir nuestro endeudamiento. Por lo tanto se puede afirmar, sin miedo de equivocarnos, que nuestro talón de Aquiles seguirá siendo la deuda externa. Ruben Peretti

sábado, 26 de noviembre de 2016

HORA DE BALANCES

HORA DE BALANCES. Jorge Raventos Panorama político nacional de los últimos siete días Hora de balances y propuestas de cambio La muerte de Fidel Castro le da una tonalidad crepuscular a las noticias del fin de semana. Castro hace años que había dejado su papel dominante, inclusive en el reducido escenario cubano; se mantenía como el sobreviviente de una era de la que quedan pocos vestigios: sus principales compañeros de revolución fueron menos longevos, se los llevaron las enfermedades, las balas o, en muchos casos, el “fuego amigo”; la Unión Soviética que sostuvo económicamente su gobierno, implosionó hace décadas; la Venezuela chavista que lo subsidió con petróleo perdió primero a Chavez y enseguida su prodigalidad y sus recursos. Sus discípulos de la Isla temen que la elección de Donald Trump interrumpa la reconciliación con el imperio norteamericano. Sin embargo, muchas ideas de la era que Castro protagonizó parcialmente subsisten bajo diversos ropajes en tiempos rotundamente diferentes, dando la razón a aquella frase de Carlos Marx que observaba que el peso de las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos. Y esas ideas no sólo se expresan en quienes se imaginan como herederos de la tradición ideológica que Castro encarnó, sino también en muchos que se definen como adversarios de esa corriente. Los une –los hermana- la mirada de época: son cara y ceca (y canto) de una misma moneda. Así, la apología mítica de Castro o su abominación actualizada coinciden en su anacronismo y en el hecho de que acreditan vida a un fantasma. Más allá de las noticias y los mensajes fúnebres, la semana que se cierra tuvo un inusitado dinamismo político: el Poder Ejecutivo y el Congreso tuvieron que dar respuesta a numerosas iniciativas y a desafíos que plantea el final de un año que en lo económico no consigue remontar vuelo. Vacilaciones y zigzagueos Aquejado por vacilaciones, errores de cálculo y complejos procesos interiores, el gobierno zigzaguea morosamente antes de llegar a algunas decisiones que el realismo convierte en inevitables. El gobierno terminó acordando con las organizaciones que promovieron el proyecto de ley de emergencia social que ya cuenta con la media sanción del Senado. Antes de eso había dejado trascender la decisión presidencial de vetar la iniciativa si se convertía en ley y, en principio, la de evitar que llegara a tratarse en la Cámara de Diputados. El compromiso al que arribaron los ministros Carolina Stanley y Jorge Triaca con los negociadores de los movimientos sociales respeta la casi totalidad de los puntos de la ley en debate. Que muchos notorios voceros de Cambiemos acusen a las organizaciones sociales y a los legisladores que impulsaron el proyecto de usar “métodos extorsivos” degrada el diálogo y convierte al gobierno y a los ministros que intervinieron no en protagonistas de un acuerdo benéfico para un sector muy sumergido de la sociedad, sino en víctimas de un chantaje al que hubieran preferido resistirse. El mismo razonamiento puede aplicarse al tema del impuesto a los salarios. Durante la campaña el actual oficialismo había prometido eliminarlo, primero gambeteó el cumplimiento y pretendió posponerlo, ahora, después de casi un año se dispone finalmente a tratarlo en sesiones extraordinarias, forzado por la presión social y la acción parlamentaria opositora. Voces oficialistas acusan a Sergio Massa de ser “ventajero” porque impuso el miércoles una negociación abierta con dos ministros y con la presencia de todos los bloques del Congreso que respaldaban su propio proyecto sobre el gravamen, y consiguió el compromiso de resolver el tema en este ejercicio parlamentario. Si la oposición obtuvo alguna ventaja es porque el oficialismo se la entregó. La controladora La doctora Elisa Carrió, que todavía sigue siendo la controladora moral de Cambiemos, protesta contra su coalición porque “le concede demasiado a Massa”. En rigor, es ella la que le concede al líder renovador el crédito político de reclamar lo que Macri había prometido y proponer financiarlo por medio de gravámenes ( “suba del impuesto al juego, la creación de un nuevo impuesto a la renta financiera y el aumento del canon y de la carga impositiva a la industria minera”) que, como señala un vocero informal del gobierno, “en medio de este escenario recesivo, es música para los oídos de casi todos los votantes”. Carrió representa una línea de Cambiemos: la que asigna al gobierno la misión (”histórica”) de acabar con lo que llaman la hegemonía peronista, pretende polarizar con Drácula y quisiera mostrar los próximos períodos electorales en términos de “nosotros o el diluvio”. Esa mirada confrontativa tiene consecuencias, genera imprevisibilidad. O al menos, posterga la definición de un horizonte por lo menos hasta que se defina el comicio de 2017: ¿qué pasa si gana “el diluvio”? Esa es la pregunta que necesariamente se hacen muchos de quienes calculan las posibilidades de invertir en el país. A falta de mayores certezas y hasta que se dirima cómo sigue la película las decisiones se postergan. Esa es la dificultad adicional que debe soportar la economía. Otro sería el cantar si un acuerdo básico sobre puntos de política de Estado garantizara líneas de continuidad cualquiera fuera la fuerza que triunfase en la natural competencia electoral. Eso ofrecería seguridades y estimularía la economía, cuyo principal combustible es la confianza. Realismo y consenso Desde el seno mismo de Cambiemos surgió en estos días una voz sensata y realista: la de Emilio Monzó, estratega electoral del Pro, presidente de la Cámara de Diputados. Monzó –reproducido epigramáticamente por el diario Perfil- señaló algunas verdades evidentes. “Cambiemos no se consolida como espacio político”, admitió. “Fue un esquema electoral con éxito (pero) hay mucha distancia en que se transforme en un cuerpo sólido como partido político”. En efecto: no hay en Cambiemos la homogeneidad suficiente como para ofrecer previsibilidad sobre sus objetivos, más allá de la responsabilidad de gestionar. “Hoy el común denominador es la responsabilidad de gobernar”, diagnostica Monzó. Y agrega lo que desata divergencias: “No hay que tener prejuicios para sumar dirigentes. La política empieza a ser líquida y todo es transversal. El peronismo tiene dirigentes impresionantes que hay que invitar al poder” Esta mirada parece buscar la profundización de consensos, más que los choques frontales. Si para Carrió “Massa es Trump” (y para ella Trump no es un apellido, sino un adjetivo calificativo), para Monzó es “un aliado, aunque sea un opositor. Hemos llegado al quórum porque el Frente Renovador y el peronismo de Bossio y Romero se sentaron" . Las palabras de Monzó (que el diputado ha reiterado y profundizado, señalando que el gobierno se encuentra en un momento oportuno para introducir cambios) generaron interpretaciones apocalípticas: llegó a suponerse queMonzó se aprestaba a abandonar el Pro o que sería desplazado de su cargo como presidente de la Cámara Baja. La crítica no es necesariamente ruptura. La disidencia no debería ser castigada. En rigor, lo que Monzó intenta es oxigenar la situación política con ideas y fortalecer la gobernabilidad con acuerdos. Resulta paradójica que algunas voces de Cambiemos se alarmen al escuchar la palabra cambio. El gobierno se prepara para una reflexión interna (un “retiro espiritual” en Chapadmalal) que indica la admisión de dificultades, la necesidad de examinar el funcionamiento y las piezas. Quizás de renovar algunas. Sería una lástima que la oportunidad se desperdicie o se banalice. Avanzar hacia una política de acuerdos y consensos de Estado, destinados a perdurar sea quien sea el que gobierne sería una contribución a disipar incertidumbres sobre el futuro y mejorar las expectativas domésticas y externas. Y seguramente incrementaría el capital político del gobierno que lo convoque. Resistir los cambios, postergar esos acuerdos o describirlos como producto de una extorsión ajena erosiona al gobierno, conspira contra la gobernabilidad, disminuye el poder del país.

Pacificación Nacional Definitiva: LA HISTORIA NO LO ABSOLVERÁ

Pacificación Nacional Definitiva: LA HISTORIA NO LO ABSOLVERÁ: Fidel Castro ha muerto. La historia lo condenará. Es cuestión de tiempo. Por Carlos Alberto Montaner Fidel Castro ha muerto. ...

CAMBIEMOS FIGURITAS

Te cambio figuritas, Cambiemos “El más terrible de los sentimientos es el de la esperanza perdida”. Federico García Lorca Hoy, el mundo está mejor, ya que un canalla, Fidel Castro, finalmente, se fue al infierno anoche. Fue el responsable, con el Che Guevara, de la ola de sangre y fuego que arrasó nuestro continente, y hundió a su país en la miseria durante casi seis décadas. Que Lucifer lo acoja en su seno. A un año de la asunción de Mauricio Macri, estamos en un momento muy complicado de la economía, a pesar de la merma en la inflación y a conservar el Gobierno elevados índices de aprobación de su gestión, ya que el gasto público continúa en alza, la actividad no arranca, el consumo cae, crece el endeudamiento en pesos y en dólares, el plan de obra pública no avanza y hay una perceptible parálisis en la gestión de la administración pública, producto de la inexperiencia burocrática de los nuevos funcionarios. La presión impositiva bate records históricos y mundiales, y el voraz Estado recaudador y pseudo benefactor frustra la posibilidad de recibir inversiones (en realidad, las ahuyenta) y asfixia las iniciativas, sin ofrecer los servicios y beneficios a los que la población accede en otros países, lo cual la obliga a contratarlos privadamente, duplicando sus costos. Claro que todos esos males tienen su raíz en décadas de prácticas populistas, que hacen que hoy la Argentina, uno de los territorios del globo más favorecidos –no dije ricos- con recursos naturales, haya construido un núcleo duro de pobreza, por cierto difícilmente erradicable en el corto plazo. Pero no veo aún un plan para terminar con esa situación estableciendo metas más lejanas mediante políticas de estado que incluyan la aplicación de correctivos inmediatos, acompañados por la planificación del futuro a diez, veinte y treinta años. Una porción importante del gasto público hoy está destinado, como es natural, a atender a las necesidades más urgentes y a paliar la conflictividad social, derivadas de la crisis heredada a la cual no se le encuentra una solución, mediante la masiva distribución de planes sociales; esta misma semana, fue incrementado en $ 30.000 millones. Entre esos planes hay muchas variantes, como la asignación universal por hijo, el trabajo en cooperativas, etc., pero todos tienen defectos remarcables, amén de permitir, por la falta de controles eficientes y por la tercerización de la distribución, la persistencia de nichos de corrupción. Esos verdaderos subsidios tienen, en verdad, enormes falencias e inconvenientes, ya que no sólo tienden a consolidar la pobreza, manteniendo bajo esa línea a generaciones enteras (los montos no alcanzan para cubrir las necesidades mínimas) sino que, además y ante el riesgo de perder esos “derechos”, aún quienes tienen vocación de trabajar lo hacen “en negro”, incrementando la informalidad de nuestra economía, que ya alcanza al 40%, que no paga impuestos ni cargas sociales. Por otra parte, pensemos en cuántos de esos subsidios –“Argentina Trabaja”, por ejemplo- impiden a quienes acceden a ellos perfeccionarse, en un momento caracterizado, mundialmente, como “el siglo del conocimiento”. Dado el crítico escenario actual, no resulta lógico pretender que esa asignación de recursos públicos se detenga, ya que quedarían en la más absoluta intemperie los sectores más vulnerables, que generarían comprensibles dificultades a toda la sociedad. Pero sí podemos realizar algunos cambios beneficiosos, ya que algunos de los planes sociales funcionan como verdaderos empleos públicos encubiertos y, en general, resultan innecesarias e inútiles las tareas que se encomiendan: pintadas, cortes de pasto, reparaciones de construcciones, etc.. El progreso tecnológico y la globalización está haciendo que las personas que realizan funciones repetitivas sean reemplazadas por robots, y el mercado laboral impone cada vez mayor perfeccionamiento y especialización a los trabajadores. En la Argentina, hemos visto recientemente insensatas reacciones frente a un futuro que ya está aquí y, nos guste o no, es imparable: el rechazo de los camioneros de Moyano a la distribución electrónica de documentación bancaria, o el de los taxistas de Viviani a aplicaciones como Uber, Easy o Cabify, son algunos ejemplos. Entonces, al revés de tantos políticos y economistas, propongo al Gobierno que cambiemos algunas figuritas. Sin disminuir en lo inmediato la cantidad de pesos destinados a paliar esta recurrente emergencia, reemplacemos para siempre, en lo social, gasto por inversión. Es decir, sigamos pagando planes, pero que éstos sirvan para transformar no sólo a quienes los reciben sino a la sociedad toda. Me refiero a que el pago de las asignaciones mensuales tenga su correlato en educación pero, en especial, en escuelas técnicas, cualquiera sea el nivel al que cada beneficiario acceda, y se verifique su cumplimiento mediante la permanente evaluación de su rendimiento y su evolución. A pesar de que son obvios los beneficios que este cambio -¿Cambiemos?- traería aparejados, en especial para los llamados “ni-ni”, es decir, para aquéllos que no trabajan ni estudian y que en el Conurbano son legión, tal vez convenga recordarlos. Facilitaría a los beneficiarios, a través del esfuerzo personal, acceder a trabajos formales y más calificados, con mejores salarios y con protección en materia de salud y de seguros y, sobre todo, recuperar las esperanzas al lograr salir de los asentamientos y villas en los cuales transcurren sus tristísimas vidas. La extensión de un programa como el que propongo servirá, sin duda, también para combatir el flagelo de la drogadicción, que se ha constituido en un trágico refugio para quienes carecen de expectativas, y en ampliar la base de los contribuyentes, lo cual permitiría disminuir la presión impositiva sobre el sector económico registrado. Para concluir, una breve reflexión ante la desobediencia de la viuda de Kirchner a la citación del Juez Claudio Bonadío para cumplir un trámite obligatorio para todos los procesados. Aquí también me pregunto si no ha llegado la hora de cambiar figuritas porque algo similar ocurrió con Lula quien, intimado a presentarse ante un magistrado, se negó a hacerlo; el Juez Moro ordenó a la Policía su inmediata presentación. Pese a que, sin lugar a dudas, el ex Presidente tiene una popularidad mucho mayor que la viuda de Kirchner, el hecho no produjo incidente alguno en Brasil. Aquí, jueces y funcionarios se aterran ante la posibilidad de incidentes que, ante una detención de Cristina, podrían generar sus seguidores. En el fondo, ocurre lo mismo con la famosa represión de la “protesta social”, nombre que hemos dado a las constantes interrupciones del tránsito, a los más desaforados agravios a la investidura presidencial y, en general, hasta a las huelgas salvajes de los servicios públicos. Parecen no comprender que esas minorías revoltosas están minando, todos los días, la imagen de un Presidente y de un Poder Judicial que se muestran débiles y temerosos y que, si la impunidad continúa, desaparecerán la gobernabilidad y la paz; en cambio, si ambos cumplen y aplican la ley a rajatabla, sus prestigios subirán como la espuma, impidiendo toda ensoñación golpista. ¡Ojalá Cambiemos acepte cambiar figuritas! Bs.As., 26 Nov 16 Enrique Guillermo Avogadro Abogado Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401/02 Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003 Cel. en Brasil (+5521) 8128 7896 E.mail: ega1@avogadro.com.ar

viernes, 25 de noviembre de 2016

DOÑA GARRAFA

A PROPÓSITO DE DENUNCIAS Y DENUNCIADOS El negociado de la 'garrafa social', un clásico de la 'Patria subsidiada' Enemigas, luego de haber sido socias, las diputadas nacionales Margarita Stolbizer y Elisa Carrió coincidieron en realizar denuncias que, curiosamente, sólo promueven frenar cambios imprescindibles en el sistema de 'garrafa social', que desde los días K apaña gravísimas irregularidades. Realizar denuncias porque un sindicalista acerca un comentario o un empresario mediano conocido a través de un familiar aporta un dato, es poco serio. Hay que ir a fondo sobre qué está ocurriendo. En parte es lo que intenta Urgente24: En 2008, Elisa Carrió y Margarita Stolbizer. En aquel año, Cristina Fernández de Kirchner y Julio De Vido iniciaron el plan de 'garrafa social'. La 'Patria subsidiada' tuvo un crecimiento tan notable como espurio durante los 12 años de los Kirchner. No resolvía ninguno de los problemas de fondo pero tenía beneficios para los gobernantes: > aumentaban o consolidaban el clientelismo, y > se generaban negocios a partir de la distribución del subsidio. La Administración Macri todavía no ha encontrado aún una alternativa eficiente a la onerosa 'Patria subsidiada', y decidió mantener y hasta incrementar los subsidios, no porque les importe 'pescar' en las aguas clientelares sino por el famoso temor al 'estallido social'. Las denuncias recientes acerca del programa popularmente conoc ido como 'garrafa social' ofrecen un ejemplo de lo que necesita cambios cuanto antes, pero también expone las dificultades para desarmar los negocios montados en base a la 'Patria subsidiada'. El gas licuado del petróleo (GLP) es la mezcla de gases licuados presentes en el gas natural o disueltos en el petróleo. Se lo obtiene en una planta separadora de gas, que no abundan en la Argentina, curiosamente un país con grandes recursos gasíferos. Uno de sus múltiples usos es el de combustible doméstico (por ejemplo, garrafas o bombonas). En vez de incrementar el acceso de las familias a las redes de gas, el kirchnerismo potenció un plan de distribución de garrafas, en el marco de la 'Patria subsidiada'. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, aseguró recientement e: "Vamos a generar condiciones para que más gente tenga acceso al gas natural y hoy no tengamos 40% de los hogares argentinos gastando 3 o 4 veces más por el gas, porque tienen que consumir gas licuado de petróleo. Uno de los objetivos de la recomposición tarifaria es que los pobres tengan acceso a la red de gas natural. Por eso, estamos generando las condiciones, con un aumento gradual y previsible, para que haya más gente que tenga acceso a la red de gas natural". Sin embargo, esta intención de Aranguren y su equipo afecta intereses no sólo de empresas montadas exclusivamente para el fraccionamiento y distribución de las 'garafas sociales' sino de burócratas involucrados en el sistema. Por ejemplo, quienes recibían y archivaban sin investigar las denuncias sobre infracciones que iban desde la ausencia de certificados de auditoría externa a la no actualizac ión de las pólizas de seguros requeridos. Decenas de denuncias 'aceitaron' una red millonaria de sobornos en el Ministerio de Energía, y cuando Arangren tomó medidas que han incluido exoneración de burócratas, comenzaron las denuncias. Más curioso resulta que directivos de algunas de empresas intentaron tomar contacto con políticos especializados en denuncias, para brindarles una visión muy parcial o errada de los acontecimientos. El asunto es conocido en las 3 cámaras gremiales empresarias vinculadas a la actividad: ** la Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado, ** la Cámara Argentina de Empresas Fracionadoras, Almacenadoras y Comercializadoras -No Productoras- de Gas Licuado Asociación Civil, y ** la Cámara Argentina de Distribuidores de Gas Licuado. ¿Qué dirá la Cámara Argentina de Empresas Fracionadoras, Almacenadoras y Comercializadoras -No Productoras- de Gas Licuado Asociación Civil? La 'Patria subsidiada' El sistema de 'garrafa social' viene con problemas graves desde hace años, y el propio Axel Kicillof intentó modificarlo para desesperación del equipo de Julio De Vido, que -con la complicidad de algunos sindicalistas del gran gremio estatal- eran beneficiarios del mecanismo. Algunos de ellos fueron a golpear la puerta de una diputada nacional 'progresista', y el fracaso en la difusión pública de la denuncia llevó a sus 'socios' empresarios a 'intoxicar' a otra diputada nacional con más acceso a los medios de comunicación. Sin embargo, en los días K, el Defensor del Pueblo de Jujuy, Víctor Galarza, luego de reunirse con otros defensores del Pueblo del Noroeste argentino, el ministro De Vido y el secretario de Energía de la Nación, Daniel Cameron, afirmó: “Hay algunos pícaros que se abusan en la venta de las garrafas. No existe garrafa común o garrafa social. Todos deben tener el mismo precio en el mostrador del distribuidor. En realidad el que tiene el cupo (de gas subsidiado) es el fraccionador, que le entrega el producto al distribuidor. En la cadena de distribución está el problema y falta control. Algunos armaron distintas Pymes para la venta de las garrafas. Mientras menos se conocía cuál era la cantidad de garrafas que se vendía, el fraccionador venía y decía que se acabaron las garrafas sociales. Las garrafas de 10, 12 y 15 kilos tienen gas butano y está subsidiado en su totalidad. Los cilindros de 45 kilos para arriba no están subsidiados y tienen gas propano. Entonces hay que dejar de hacer negocio a costa de los que menos tienen, porque las garrafas la consumen las personas que menos tienen”. El asunto se puso 'espeso' y el programa "Hogar", ya en jurisdicción de ANSeS, intentó corregir defectos de una erogación que sólo en 2015 consumió $ 2.600 millones, llevando a más de $ 10.000 millones todo el programa de gas licuado subsidiado desde 2008, cuando se puso en marcha. Pero el asunto era/es nauseabundo. Y fue subsecretario de Combustibles, Cristian Folgar, quien explicó en su momento, en un informe confidencial que fue difundido por la web La Política Online, que el mercado de GLP subsidiado no era negocio para las petroleras porque recibían un magro estipendio por cada tonelada de gas butano que se inyectaba a las garrafas. Las productoras de gas entregaban el producto a los fraccionadores, que recibían como subsidio $11 por garrafa vendida, el equivalente de $1.100 por tonelad a de butano. Su negocio garantizado era $27 por garrafa vendida al público, $26 al comercio minorista y $16 al distribuidor. En el caso de los distribuidores, recibían un subsidio de $10 por garrafa ($1.000 por tonelada). Ellos deberían comprar la garrafa a $5 a los fraccionadores y venderlas a $16 en los depósitos y a $15 al minorista para que este a su vez lo venda a $16 al público. Esa cadena de intermediación provocó, como todo el 'clientelismo' que los K nunca resolvieron ni acotaron sino todo lo contrario, un negocio que no quiere perderse tajada en la Administración Macri. “El programa tiene un defecto insalvable: nadie puede (o quiere), bajo el esquema actual, manejar lo que cobran los comercios minoristas. Con lo cual no se puede garantizar precio final a ningún valor en el final de la cadena”, llegó a escribir Folgar. ----------- Una denuncia VIDEO ----------- El problema comenzaba cuando el gas llegaba a los fraccionadores, sobre todo aquellos que no son también distribuidores: “¿Por qué le venderían a $15 a un comercio si saben que ese mismo comercio vende luego la garrafa a $50 o más? ¿Por qué le venderían a otro distribuidor a $5 para que luego éste se quede con la renta? Si el fraccionador se puede quedar con ambos subsidios y el mejor precio de la calle, ¿por qué lo compartiría con un tercero?”. Luego, el desastre de la distribución: “Si pueden vender a $16 sin moverse del depósito y para vender $15 deben incurrir en los costos de distribución, la lógica diría que tienen incentivos para vender en el depósito y no distribuir”. ¿Será que esa situación provocó las denuncias que las garrafas que se distribuían tenían menos gas? Según Folgar, en la distribución reducían el horario de atención al público o decían que se acabaron las garrafas social como si fueran distintas a las otras garrafas cuando todas eran las mismas. El cuartito de los expedientes Cuando comenzaron las denuncias, De Vido le dio intervención a sus viejos amigos de la Universidad Tecnológica Nacional, otorgándoles un contrato para el control. Según Folgar, ocurrieron 100.000 actas verificando incumplimientos que nunca tuvieron sanción, pero que tampoco hicieron que el Estado deje de tirar plata en un subsidio que no le llega a nadie. Cristian Alberto Folgar. Ahora se entiende cómo fue que colaboradores de Aranguren recibieron, dicen, ofertas monetarias para que nada cambiara, y cómo se llegó a la sala repleta de expedientes archivados sin verificar, algo que debería provocar la solidaridad de la Asociación de Trabajadores del Estado con los verdaderos perjudicados que resultan las personas usuarias de la 'garrafa social', en vez de intentar imputar a funcionarios con el objetivo de garantizar la continuidad de la corrupción. Hubo 7 despedidos, 4 fueron reincorporados pero los otros 3 quedaron con sumarios y denuncias. Entonces explotó la bomba. El dato va para Elisa Carrió, a la que accedió alguna gente del sistema beneficiado durante años por la 'Patria subsidiada', y resultaría oportuno que la legisladora nacional le exija a su eq uipo de investigación que escarbe un poco en el sistema de la 'garrafa social'. Folgar ya había advertido: “Últimamente el Estado dejó de auditar a los comercios minoristas. Sólo controla donde más o menos a los agentes que saben que cumplen. ¿Cómo justifica un funcionario que se sigan pagando subsidios si a su vez quienes controlan le dicen que el objetivo del programa no se está cumpliendo?” Antes tal como ahora, la conclusión es la misma convicción que se extiende desde Folgar a Aranguren: el gobierno demuestra que los subsidios no son efectivos a la hora de defender los que más le interesa al usuario, que es el precio de ese bien que tarde o temprano aumenta, como ocurrió ahora con el precio de la llamada garrafa social que afecta a los habitantes de bajos recursos .Tanto aplicado a la oferta como a la demanda, el subsidio estatal no resu lta eficaz y redunda a la larga en un aumento de precios y en más inflación. ¿Cómo detener la actividad de algún funcionario que intente cambiar el sistema? Ahí aparece otra cuestión propia de estos tiempos locos: la corrupción utilizada como herramienta política para desestimar a alguien. No importa si, luego, en sede judicial, todo es desestimado. La destrucción ya se encuentra garantizada porque el objetivo fue amedrentar al denunciado. Esto obliga a replantear todo el tema porque no vaya a ser que la denuncia de corrupción, si fuese incorrecta o falsa, tenga un componente profundamente extorsivo, y en esta irregularidad sean cómplices los denunciantes y los medios de comunicación. Esto obliga a poner las barbas en remojo hacia adentro de las redacciones: desde la verificación al derecho a réplica, a destajo. Por último, el sistema de la 'garrafa social' requiere de auditorías de todos los protagonistas, de cambios profundos en el fraccionamiento y la distribución, de mucha transparencia mientras se encuentre vigente.

DOÑA GARRAFA

A PROPÓSITO DE DENUNCIAS Y DENUNCIADOS El negociado de la 'garrafa social', un clásico de la 'Patria subsidiada' Enemigas, luego de haber sido socias, las diputadas nacionales Margarita Stolbizer y Elisa Carrió coincidieron en realizar denuncias que, curiosamente, sólo promueven frenar cambios imprescindibles en el sistema de 'garrafa social', que desde los días K apaña gravísimas irregularidades. Realizar denuncias porque un sindicalista acerca un comentario o un empresario mediano conocido a través de un familiar aporta un dato, es poco serio. Hay que ir a fondo sobre qué está ocurriendo. En parte es lo que intenta Urgente24: En 2008, Elisa Carrió y Margarita Stolbizer. En aquel año, Cristina Fernández de Kirchner y Julio De Vido iniciaron el plan de 'garrafa social'. La 'Patria subsidiada' tuvo un crecimiento tan notable como espurio durante los 12 años de los Kirchner. No resolvía ninguno de los problemas de fondo pero tenía beneficios para los gobernantes: > aumentaban o consolidaban el clientelismo, y > se generaban negocios a partir de la distribución del subsidio. La Administración Macri todavía no ha encontrado aún una alternativa eficiente a la onerosa 'Patria subsidiada', y decidió mantener y hasta incrementar los subsidios, no porque les importe 'pescar' en las aguas clientelares sino por el famoso temor al 'estallido social'. Las denuncias recientes acerca del programa popularmente conoc ido como 'garrafa social' ofrecen un ejemplo de lo que necesita cambios cuanto antes, pero también expone las dificultades para desarmar los negocios montados en base a la 'Patria subsidiada'. El gas licuado del petróleo (GLP) es la mezcla de gases licuados presentes en el gas natural o disueltos en el petróleo. Se lo obtiene en una planta separadora de gas, que no abundan en la Argentina, curiosamente un país con grandes recursos gasíferos. Uno de sus múltiples usos es el de combustible doméstico (por ejemplo, garrafas o bombonas). En vez de incrementar el acceso de las familias a las redes de gas, el kirchnerismo potenció un plan de distribución de garrafas, en el marco de la 'Patria subsidiada'. El ministro de Energía, Juan José Aranguren, aseguró recientement e: "Vamos a generar condiciones para que más gente tenga acceso al gas natural y hoy no tengamos 40% de los hogares argentinos gastando 3 o 4 veces más por el gas, porque tienen que consumir gas licuado de petróleo. Uno de los objetivos de la recomposición tarifaria es que los pobres tengan acceso a la red de gas natural. Por eso, estamos generando las condiciones, con un aumento gradual y previsible, para que haya más gente que tenga acceso a la red de gas natural". Sin embargo, esta intención de Aranguren y su equipo afecta intereses no sólo de empresas montadas exclusivamente para el fraccionamiento y distribución de las 'garafas sociales' sino de burócratas involucrados en el sistema. Por ejemplo, quienes recibían y archivaban sin investigar las denuncias sobre infracciones que iban desde la ausencia de certificados de auditoría externa a la no actualizac ión de las pólizas de seguros requeridos. Decenas de denuncias 'aceitaron' una red millonaria de sobornos en el Ministerio de Energía, y cuando Arangren tomó medidas que han incluido exoneración de burócratas, comenzaron las denuncias. Más curioso resulta que directivos de algunas de empresas intentaron tomar contacto con políticos especializados en denuncias, para brindarles una visión muy parcial o errada de los acontecimientos. El asunto es conocido en las 3 cámaras gremiales empresarias vinculadas a la actividad: ** la Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado, ** la Cámara Argentina de Empresas Fracionadoras, Almacenadoras y Comercializadoras -No Productoras- de Gas Licuado Asociación Civil, y ** la Cámara Argentina de Distribuidores de Gas Licuado. ¿Qué dirá la Cámara Argentina de Empresas Fracionadoras, Almacenadoras y Comercializadoras -No Productoras- de Gas Licuado Asociación Civil? La 'Patria subsidiada' El sistema de 'garrafa social' viene con problemas graves desde hace años, y el propio Axel Kicillof intentó modificarlo para desesperación del equipo de Julio De Vido, que -con la complicidad de algunos sindicalistas del gran gremio estatal- eran beneficiarios del mecanismo. Algunos de ellos fueron a golpear la puerta de una diputada nacional 'progresista', y el fracaso en la difusión pública de la denuncia llevó a sus 'socios' empresarios a 'intoxicar' a otra diputada nacional con más acceso a los medios de comunicación. Sin embargo, en los días K, el Defensor del Pueblo de Jujuy, Víctor Galarza, luego de reunirse con otros defensores del Pueblo del Noroeste argentino, el ministro De Vido y el secretario de Energía de la Nación, Daniel Cameron, afirmó: “Hay algunos pícaros que se abusan en la venta de las garrafas. No existe garrafa común o garrafa social. Todos deben tener el mismo precio en el mostrador del distribuidor. En realidad el que tiene el cupo (de gas subsidiado) es el fraccionador, que le entrega el producto al distribuidor. En la cadena de distribución está el problema y falta control. Algunos armaron distintas Pymes para la venta de las garrafas. Mientras menos se conocía cuál era la cantidad de garrafas que se vendía, el fraccionador venía y decía que se acabaron las garrafas sociales. Las garrafas de 10, 12 y 15 kilos tienen gas butano y está subsidiado en su totalidad. Los cilindros de 45 kilos para arriba no están subsidiados y tienen gas propano. Entonces hay que dejar de hacer negocio a costa de los que menos tienen, porque las garrafas la consumen las personas que menos tienen”. El asunto se puso 'espeso' y el programa "Hogar", ya en jurisdicción de ANSeS, intentó corregir defectos de una erogación que sólo en 2015 consumió $ 2.600 millones, llevando a más de $ 10.000 millones todo el programa de gas licuado subsidiado desde 2008, cuando se puso en marcha. Pero el asunto era/es nauseabundo. Y fue subsecretario de Combustibles, Cristian Folgar, quien explicó en su momento, en un informe confidencial que fue difundido por la web La Política Online, que el mercado de GLP subsidiado no era negocio para las petroleras porque recibían un magro estipendio por cada tonelada de gas butano que se inyectaba a las garrafas. Las productoras de gas entregaban el producto a los fraccionadores, que recibían como subsidio $11 por garrafa vendida, el equivalente de $1.100 por tonelad a de butano. Su negocio garantizado era $27 por garrafa vendida al público, $26 al comercio minorista y $16 al distribuidor. En el caso de los distribuidores, recibían un subsidio de $10 por garrafa ($1.000 por tonelada). Ellos deberían comprar la garrafa a $5 a los fraccionadores y venderlas a $16 en los depósitos y a $15 al minorista para que este a su vez lo venda a $16 al público. Esa cadena de intermediación provocó, como todo el 'clientelismo' que los K nunca resolvieron ni acotaron sino todo lo contrario, un negocio que no quiere perderse tajada en la Administración Macri. “El programa tiene un defecto insalvable: nadie puede (o quiere), bajo el esquema actual, manejar lo que cobran los comercios minoristas. Con lo cual no se puede garantizar precio final a ningún valor en el final de la cadena”, llegó a escribir Folgar. ----------- Una denuncia VIDEO ----------- El problema comenzaba cuando el gas llegaba a los fraccionadores, sobre todo aquellos que no son también distribuidores: “¿Por qué le venderían a $15 a un comercio si saben que ese mismo comercio vende luego la garrafa a $50 o más? ¿Por qué le venderían a otro distribuidor a $5 para que luego éste se quede con la renta? Si el fraccionador se puede quedar con ambos subsidios y el mejor precio de la calle, ¿por qué lo compartiría con un tercero?”. Luego, el desastre de la distribución: “Si pueden vender a $16 sin moverse del depósito y para vender $15 deben incurrir en los costos de distribución, la lógica diría que tienen incentivos para vender en el depósito y no distribuir”. ¿Será que esa situación provocó las denuncias que las garrafas que se distribuían tenían menos gas? Según Folgar, en la distribución reducían el horario de atención al público o decían que se acabaron las garrafas social como si fueran distintas a las otras garrafas cuando todas eran las mismas. El cuartito de los expedientes Cuando comenzaron las denuncias, De Vido le dio intervención a sus viejos amigos de la Universidad Tecnológica Nacional, otorgándoles un contrato para el control. Según Folgar, ocurrieron 100.000 actas verificando incumplimientos que nunca tuvieron sanción, pero que tampoco hicieron que el Estado deje de tirar plata en un subsidio que no le llega a nadie. Cristian Alberto Folgar. Ahora se entiende cómo fue que colaboradores de Aranguren recibieron, dicen, ofertas monetarias para que nada cambiara, y cómo se llegó a la sala repleta de expedientes archivados sin verificar, algo que debería provocar la solidaridad de la Asociación de Trabajadores del Estado con los verdaderos perjudicados que resultan las personas usuarias de la 'garrafa social', en vez de intentar imputar a funcionarios con el objetivo de garantizar la continuidad de la corrupción. Hubo 7 despedidos, 4 fueron reincorporados pero los otros 3 quedaron con sumarios y denuncias. Entonces explotó la bomba. El dato va para Elisa Carrió, a la que accedió alguna gente del sistema beneficiado durante años por la 'Patria subsidiada', y resultaría oportuno que la legisladora nacional le exija a su eq uipo de investigación que escarbe un poco en el sistema de la 'garrafa social'. Folgar ya había advertido: “Últimamente el Estado dejó de auditar a los comercios minoristas. Sólo controla donde más o menos a los agentes que saben que cumplen. ¿Cómo justifica un funcionario que se sigan pagando subsidios si a su vez quienes controlan le dicen que el objetivo del programa no se está cumpliendo?” Antes tal como ahora, la conclusión es la misma convicción que se extiende desde Folgar a Aranguren: el gobierno demuestra que los subsidios no son efectivos a la hora de defender los que más le interesa al usuario, que es el precio de ese bien que tarde o temprano aumenta, como ocurrió ahora con el precio de la llamada garrafa social que afecta a los habitantes de bajos recursos .Tanto aplicado a la oferta como a la demanda, el subsidio estatal no resu lta eficaz y redunda a la larga en un aumento de precios y en más inflación. ¿Cómo detener la actividad de algún funcionario que intente cambiar el sistema? Ahí aparece otra cuestión propia de estos tiempos locos: la corrupción utilizada como herramienta política para desestimar a alguien. No importa si, luego, en sede judicial, todo es desestimado. La destrucción ya se encuentra garantizada porque el objetivo fue amedrentar al denunciado. Esto obliga a replantear todo el tema porque no vaya a ser que la denuncia de corrupción, si fuese incorrecta o falsa, tenga un componente profundamente extorsivo, y en esta irregularidad sean cómplices los denunciantes y los medios de comunicación. Esto obliga a poner las barbas en remojo hacia adentro de las redacciones: desde la verificación al derecho a réplica, a destajo. Por último, el sistema de la 'garrafa social' requiere de auditorías de todos los protagonistas, de cambios profundos en el fraccionamiento y la distribución, de mucha transparencia mientras se encuentre vigente.

miércoles, 23 de noviembre de 2016

El último Prócer Ayer dejó este mundo el doctor Carlos Fayt y, gracias a él, aquél es mejor por la profundidad de los aportes jurídicos que realizara, y muchísimo mejor en la Argentina, debido a la acérrima defensa de la democracia que llevara adelante durante uno de los períodos más negros para la Justicia. Por si ello fuera poco, fue un hombre sencillo y, sobre todo, un hombre bueno, una característica tan ausente entre nosotros. Desde muy joven militó en el socialismo, una filosofía política en la cual creyó ver encarnados los mejores valores de la humanidad, entendiendo por tales la libertad, la igualdad y la fraternidad. Denodadamente, luchó por la concordia en la sociedad y por el respeto a la Constitución, para intentar impedir que uno de los poderes del Estado avasallara a los demás. Sin duda, la nación debe un homenaje a un hombre que se transformó en el último prócer de la República, tal como la soñaron hombres como Alberdi. Porque los laureles que supimos conseguir, y que Fayt cultivó con tanto amor, hoy se han secado y ennegrecido, y resulta esencial reverdecerlos. ¡Hasta siempre, doctor! Y que Dios, cualquiera haya sido su creencia personal, lo acompañe en el tránsito a la gloria. Los argentinos lo despedimos con emoción y agradecimiento. Sin usted, estamos más solos. Bs.As., 23 Nov 16 Enrique Guillermo Avogadro Abogado Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401/02 Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003

CARLOS FAYT

El último Prócer Ayer dejó este mundo el doctor Carlos Fayt y, gracias a él, aquél es mejor por la profundidad de los aportes jurídicos que realizara, y muchísimo mejor en la Argentina, debido a la acérrima defensa de la democracia que llevara adelante durante uno de los períodos más negros para la Justicia. Por si ello fuera poco, fue un hombre sencillo y, sobre todo, un hombre bueno, una característica tan ausente entre nosotros. Desde muy joven militó en el socialismo, una filosofía política en la cual creyó ver encarnados los mejores valores de la humanidad, entendiendo por tales la libertad, la igualdad y la fraternidad. Denodadamente, luchó por la concordia en la sociedad y por el respeto a la Constitución, para intentar impedir que uno de los poderes del Estado avasallara a los demás. Sin duda, la nación debe un homenaje a un hombre que se transformó en el último prócer de la República, tal como la soñaron hombres como Alberdi. Porque los laureles que supimos conseguir, y que Fayt cultivó con tanto amor, hoy se han secado y ennegrecido, y resulta esencial reverdecerlos. ¡Hasta siempre, doctor! Y que Dios, cualquiera haya sido su creencia personal, lo acompañe en el tránsito a la gloria. Los argentinos lo despedimos con emoción y agradecimiento. Sin usted, estamos más solos. Bs.As., 23 Nov 16 Enrique Guillermo Avogadro Abogado Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401/02 Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003

MACRI YA NO BAILA

TERRIBLE 2DO. SEMESTRE Macri no se arrepiente de este amor, pero está enojado y ya no lo baila al ritmo de Gilda Mauricio Macri transcurrió su primer aniversario como presidente electo sin aquella alegría con baile y los globos celestes y blancos que volaban arracimados en Costa Salguero al oficializarse el resultado del balotaje, enojado con la coalición Cambiemos, con algunos ministros que lo decepcionaron, con el jefe de la bancada en Diputados, Emilio Monzó, que denuesta a su gurú Durán Barba, con los que le cuestionan a Marcos Peña, con Sergio Massa y el círculo rojo que le instalaron una polarización para las elecciones 2017, con los empresarios conocidos de siempre, que aumentan los precios, no invierten, quieren pagar menos impuestos y acuerdan condiciones laborales excepcionales en el mundo con una vieja dirigencia sindical que lo acosa, junto a los piqueteros, con el fantasma de los estallidos de diciembre. Los desafía a debatir sobre el gasto público, devuelve los regalos. La edición iberoamericana de El País sopla la primera velita con el viento de una crisis que ve agravada. Mauricio Macri, presidente de la Nación. La portada de la edición continental de El País de España no le canta precisamente un “happy birthday to you” a Mauricio Macri al cumplir un año del triunfo en el balotaje que lo llevó a la presidencia y sí le pregunta dónde quedó la revolución de la alegría que proclamaba. A lo que un suelto de La Nación parece complementar remarcando los exóticos regalos que recibió y donará, mientras El Cronista Comercial rescata del discurso que pronunció, coincidente con la conmemoración, ante la UIA de que confía en una pronta recuperación, a la vez que desafió a detractores ajenos y a dispendiosos de la propia tropa que se trenzan en campañas de la generosidad fiscal a que se sienten a debatir qué gastos recortar ante un déficit primario que se disparó al 183%, como le recordaron los diarios económicos. No se lo notó muy feliz al Presidente en el primer aniversario de su consagración. Un recuadro en la tapa de La Nación que sintetiza la columna de opinión de Joaquín Morales Solá lo dice todo: “No está conforme con la economía”. Justamente, visado por uno de sus ministros más cuestionados, acaba de poner sobre la mesa, pero la de entradas del Congreso, su postura para la reforma de ganancias, que a todos (propios y ajenos) sorprendió por ser más mezquina de lo esperado. Subir 15 y no 17% como había trascendido el mínimo no imponible, dejar en el 35% el techo de la escala (porque más se chocaba con la Constitución) pero reducir las deducciones. Por fuera, Alfonso Prat-Gay (con cara de pocos amigos) anunciaba que a los medios aguinaldos que vienen no les retendrán el impuesto. La presentación qu e hace Clarín de la definición del gobierno en cuanto a ganancias es que, tras la concesión para con el sueldo anual complementario, las rebajas de las escalas de la cuarta categoría se pasan para 2017: si las paritarias perforan la hipótesis presupuestada de inflación, la diferencia deberá reintegrarse en parte con la gabela. Puede ser una actitud firme, pero con el escenario electoral en ciernes se parece más bien al viejo truco de tirar abajo un precio como punto de partida de un regateo en puerta, lo que sería más apropiado a mercaderes de Estambul que a dirigentes que deben asegurar un marco serio de discusión a una política de ingresos que viene contaminada por la inflación. Y, en este caso, distorsiona el poder adquisitivo de la llamada población activa en blanco, la mayoría representada en una especie de galgódromo al que no le llegó la franja legislativa de clausurado con la que sueña el Pro: es la arena en la que los jadeantes salarios corren contra los afilados precios que se llama convenciones colectivas de trabajo. Fue revelador que desde la vereda del Frente Renovador hayan traducido al proyecto oficial como un piso para empezar a hablar. El tema sería cuándo: las matemáticas indican que el tira y afloje quedará para el período extraordinario de sesiones, o sea dentro de un par de semanas, porque la Casa Rosada, aunque no cuente con un colegio de “escribanos” propio del otro lado de la avenida de Mayo, como sus anteriores moradores, logró reagrupar a la tropa del Pro, y a los ponchazos como pudo alineó a Cambiemos para interponerse al tándem ganancias-emergencia social que Sergio Massa metió por la ventana de la Cámara baja para este jueves 24/11. Se contentar á con hacerle la clásica verónica dentro del recinto, como los toreros, porque puertas afuera no pudo evitar que el aliado mediático Clarín le marcara la cancha, del modo que no quería, para las elecciones venideras: una polarización con Massa en vez de la atomización peronista que acariciaba el asesor Jaime Durán Barba en su bola de cristal. El influyente multimedios prefiere ver presa, o aniquilada políticamente, a Cristina Fernández de Kirchner antes que arriesgarse a que su nombre aparezca en la boleta única, sea electrónica o impresa, según emerja de una pretendida reforma electoral que también está en veremos. El Frente Renovador aspira a atraer atrás a la diáspora peronista que dejó el kirchnerismo, como hizo en el ensayo de orquesta en el Senado, cuando demostró que podía meter a todos detrás del petardo que ofrendaba a la marcha conjunta de las dos CGT's con las organizaciones sociales un K no lacamporista, como Juan Manuel Abal Medina. Por algo las huestes de Máximo Kirchner se bajaron de la movilización callejera para sentar diferencias. Sin embargo, el lado oficialista de la polarización con Massa que opera el círculo rojo no asegura permanecer tan incólume que digamos y le sobrevuela el fantasma del síndrome Frente Grande modelo 2000 por los pasillos del Palacio del Congreso. El responsable del bloque, Emilio Monzó (de reciente pasado justicialista), tuvo que desmentir que se iba, ratificar su directa, pero aparentemente no incondicional, lealtad a Macri y hasta proponer que sean integra dos en el gabinete ex compañeros suyos con los que hacían karaoke de la marcha con el disco de Hugo del Carril. Aduce que la dueña del rating en la alianza gobernante, María Eugenia Vidal, anda en lo mismo, pero habría que aclarar que es a nivel de relaciones con los intendentes más que con reparto de cargos. Un blanqueo de más ceros pero con los de siempre Tanta esgrima dialéctica tropieza con la fría realidad de los números, cuando de intereses económicos se trata. Entre el sinceramiento de efectivo en los colchones, sociedades, cuentas e inmuebles, como enumeran La Nación y El Cronista en sus principales titulares, el blanqueo dio en la etapa inicial US$ 22.000 millones a la vista, cifra de la cual un tercio es plata contante y sonante perdida en los anuncios de la prensa sobre la fuga de divisas de los buenos tiempos del doble comando entre los cruzados (hasta por sus desavenencias) Axel Kicillof y Guillermo Moreno. "Ese dinero, que estaba en poder de 108.623 ciudadanos, ingresó al sistema bancario local a través de 49 entidades, y ahora puede convertirse en inversión, ahorro, consumo", destacó el administrador federal de ingresos públicos, Alberto Abad. Habrá sido, como destacaron junto con el ministro de Hacienda y Finanzas, una conmovedora demostración de confianza, pero no mucho mayor que la de hace unos años, con la poco amigable para los mercados CFK, se juntó con los Cedines. Los estudios contables por estos días trabajan a destajo, como suele suceder en las vísperas de las presentaciones de DDJJ de ganancias después de las vacaciones, con el emprolijamiento de los balances fiscales de la clientela que sinceró en cumplimiento de las exigencias bancarias de certificación fiscal de buena conduc ta a la mitad de la población que opera en blanco. A Abad le gustaría bajar un poco la presión para invitar a los clandestinos a sumarse a las ofertas, los “Ahora” 12 o 18, los descuentos, las tarjetas, el dinero electrónico, los créditos hipotecarios, y los beneficios de “pertenecer”, que como decía un recordado slogan de American Express, “tiene sus privilegios”. La ola de sinceramiento fiscal no es sólo recaudadora, según consignan los diarios especializados en titulares “múltiples choices”. La industria automotriz, que cierra uno de los peores años de la historia reciente, reclama una reforma impositiva que reduzca la participación del Estado en el precio de los autos, que orilla el 50%. La UIA le pidió otro tanto a Macri con los aportes previsionales, que entre patronos y obreros, andan más o menos por ese porcentaje. Y así círculo rojo y redes sociales insisten en que la presión de los impuestos es insoportable, a lo que el Presidente devuelve mecánicamente con la respuesta de discutir también los gastos, y les retransmite la inquietud que suelen manifestarle los potenciales inversores que lo visitaron, le demostraron simpatía y le desearon suerte: el atentado a la productividad que representan los costos laborales generados por las condiciones excepcionales acordadas para los convenios colectivos que no se ven en ninguna parte del mundo. Hasta los empresarios chinos se confiesan asimétricos por más que son gobernados por el partido comunista. Ante tanta enjundia, Clarín reserva un amplio espacio esperanzador en su portada, con la prueba exitosa del primer páncreas artificial hecho en el país, los desafíos al mito de la belleza, que la tristeza no es una enfermedad y por lo tanto no debe automedicarse y, en la foto del día, que a los 41 y siendo presidente de un club exitoso como Estudiantes de la Plata, la “Brujita” Verón entrena con todo para volver a vestirse los cortos el año que viene aunque para cumplir con una promesa de dirigente: vender palcos.

EL PACTO

EL PACTO BERGOGLIO-DUHALDE PARA DERROCAR A MACRI Nuestro Pontifice -peronista genetico- le ha dado en estos dias, la uncion al Cabezon para que reordene primero y lidere inmediatamente despues a toda la argamasa justicialista y populista. A Macri vaya esta notificacion, de no haberla recibido por parte de quien lo representa en nuestra Legacion Vaticana. Meditandolo un poco, se le debe de reconocer a "Zapiola" que dentro de todo salio bastante airoso luego de haberle vendido la Presidencia la bizco por miseros cien millones de dolares en 2002, superando la oferta del socio de Macri -Ramon Puerta- en veinte palos menos. Ningun juez lo cito en estos trece ultimos años, ni se encuentra imputado ante ninguno de los "kiosqueros" de Comodoro Py. Y como pudo, se las ingenio para inroducir a Abad en la Superintendencia de la Afip y la Aduana, para seguir subsistiendo en la impunidad de todo cuanto se caloteo en el Bapro junto a Mercuri y Remes Lenicov. Por ello es el candidato ideal para reordenar esa "merienda de negros" que no logra extinguirse. Castells es el mas importante de sus adlateres, para cuando tienda a anarquizarse la Protesta Social Decembrista. El Poder Ejecutivo con su ausencia e improvisacion de Planes de Gobierno condenados al fracaso, incluso antes de anunciarlos, no atina a reaccionar, porque todos los laderos de Mauricio, le enfatizan que su Poder radica en el doble de imagen positiva ante Kretina. Y yerra si es de la opinion que las Encuestadoras, le endulzan los oidos mediante estadisticas ciertas y serias. Al "Zabeca de Banfield" segun lo bautizo un protozooario como D' elia, quien ademas siempre le ha endilgado que "Rosita Fernandez" es un malefico invento de el, no le sera demasiado traumatico ni quijotesco hacerse del Movimiento en menos de 90 dias. Y con ello y los "gordos" detras de su figura, evitar el desmembramiento partidario que procura la viuda del bizco. ¡Otra vez sopa Muchachos! Porque en Argentina "el regreso de lo muertos vivientes", no es como en Hollywood, un invento del celuloide. Aqui les clavan estacas en sus feretros y reviven como una manada de Nosferatus. Si incluso "Peron Vive" luego de cuarenta y dos años de sepultado. Y despues de alcanzada la grada que en este Pais, la gente dejo de reir, menos de las socarronas mofas de Tinelli. Todo empleado, ejecutivo y/o incluso directivo de cualquier empresa pyme o grande, se interroga acerca del momento en que le meteran un voleo en el trasero. Se transita por la inestabilidad de un futuro incierto y aciago, en el que no importa la ecuacion que dibujemos, porque en el fondo, todos inferimos un desenlace siniestro y mas porque al menos la mayoria ignora si algo quedara en pie despues de contabilizar su devaste. Y en esa direccion nadie hace planes sobre los meses y años del porvenir. Se vive al dia, tanto por parte de los que tienen sus billeteras famelicas como por parte de quienes carecen de esas aflicciones pero estan imbuidos de un quimicamente puro escepticismo. Cada año se generan mas de trescientos mil ingresos en la masa de oferta laboral. Mas de tres cuartas partes de ellos, optan por auto excluirse de ese rango, porque se adhiren sin hesitacion en adoptar la desocupacion como una puñalada del Sistema. Y con una marea humana de esa magnitud, es del todo imposible para cualquier Administracion preveer mas subsidios a la vagancia y fuertemente cuando la oposicion de estos peronistas con inmanencia de sidoticos, propagan esas endemias venereas por doquier. Gerardo Martinez (UOCRA) es un miebro activo mas de la Camara Argentina de la Construccion, por la cantidad de Constructoras en las que aparentan como dueños sus "hombre de paja". Barrionuevo extorsiona a propietarios de restaurantes, desplazandolos de ellos con aprietes, como lo fue ultimamente con un resto de suhi, propiedad del uruguayo Enzo Francescoli en Puerto Madero y Las Cañitas -Osaka-, a los que ingreso sin una moneda con "culatas" y cuatro gritos, para luego poner a regentearlo a D'onofrio, ese de River Moyano no requiere de extorsiones mas que avisar cuando se le ocurre, suprimir el tiraje de los matutinos, el reparto de lacteos, el transporte de combustibles, caudales, bebidas y comestibles. Como vemos, si los principales referentes del Movimiento Obrero, son una parte casi excluyente de las mesas directivas de los Patrones ¿quien seria el unico sujeto con autoridad y militantes que podria anunciar la creacion de un millon de empleos publicos primero, despues dos millones y asi sucesivamente hasta que todo Argentino sea un Servidor Publico. Este Gobierno de Ceos, ilusos y sin medias suelas gastadas en las calles de la vida, no la ve ni cuadrada. Ni siquiera el aparato oficial al que tributa esa agencia de Prode que es la Afi, le preparo un simple "paper", para que MM se avispe sobre... EL PACTO BERGOGLIO-DUHALDE PARA DERROCAR A MACRI. Cordialmente Carlos Belgrano.- alarosadatodos@gmail.com

sábado, 19 de noviembre de 2016

PIDEN....

PIDEN…¿QUIÉN PAGA? Calendar noviembre 19, 2016 | Posted by Malú Kikuchi Malú Kikuchi (18/11/2016) Ayer, paralizando parte de la ciudad, las organizaciones sociales (trotskistas y cristinismo residual), sumadas a las CTA y la CGT, se reunieron ante el congreso, para pedir por la ley de “Emergencia social y alimentaria”, bendecida por el Papa, con media sanción del senado, ahora en diputados. ¿Qué piden? Un aumento del 15% en los planes sociales y en la asignación universal por hijo y en embarazos. Y 1 millón de puestos de trabajo formales. Al mismo tiempo la CGT (¿qué hace con las organizaciones sociales de izquierda?) piden por la reducción del impuesto a las ganancias de los trabajadores. ¿Gastar más y recaudar menos? ¿Cómo? El gobierno cuenta con el dinero de los impuesto que los ciudadanos le pagan por vender y comprar y por vivir en sociedad. Cada día los impuestos son más altos. Cada día son menos los que pagan impuestos. Es una pirámide invertida, cada vez menos ciudadanos mantienen a más personas. Injusto. Un sistema imposible de sostener en el tiempo. Si el gobierno pudiera crear 1 millón de puestos de trabajo formal, fuera del estado, ya lo hubiera hecho con alegría y la Argentina empezaría a ser una nación respetable otra vez. 1 millón de trabajadores formales en el ámbito privado, equivaldría a 4 millones de personas viviendo con dignidad. El 10% de la población. ¿Qué presidente no quisiera mágicamente crear un 1 millón de puestos de trabajo fuera del estado? La ley de “emergencia social” implicaría un gasto de $50.000 millones que no están contemplados en el presupuesto. Los que piden, ¿dé donde pretenden que saque el gobierno estos $50.000 millones adiciones para pagar la “emergencia social”? Las opciones no son muchas. Se puede achicar el presupuesto de educación, o el de salud, o el de ciencia. También se podría achicar lo destinado a vivienda social, o a cloacas, caminos, puentes… Con el presupuesto en la mano, y decididos a achicarlo en alguna parte, las posibilidades son varias. Los que piden deberían decidir cuales achicar y hacerse responsables de su elección. De no ser así, siempre existe otra posibilidad: que el gobierno a través del Banco Central le de a la maquinita y se ponga a imprimir billetes cada día con menos valor. Esto implicaría una feroz inflación. ¿No se aprendió nada? Con Alfonsín hubo hiperinflación y en el 1° año de Menem, hubo un corto rebrote. La gente debiera saberlo. No sabe cuán peligroso es volver a correr ese riesgo. Y eso que la inflación siempre perjudica más a los que menos tienen. Pero los líderes que embarcan a la gente en estos delirantes pedidos, ellos sí lo saben. Pero tienen la forma de defenderse de la inflación, entonces, ¿qué buscan? Manejar los planes. Si la ley sale, y Macri la veta, será para la gente un monstruo insensible que quiere hambrear al pueblo. Y si la permite, volveremos al kirchnerismo populista que nos llevó a la pobreza actual. Se sabe que la situación es difícil, se sabe que el gobierno hace menos de lo que debiera, a caballo entre el eterno subsidio (para ganar las elecciones del 17), y las políticas económicas que nos permitirían salir del pantano. El gobierno está paralizado, la economía no arranca, la CGT pretende copar la calle y los movimientos de izquierda, crecen. La gente vive mal, la clase media está aplastada por los impuestos y cansada de mantener gente que pide y cobra. El ejecutivo está en un brete. La decisión la tienen los diputados, ¿votarán la ley de “emergencia social” o no? Depende del sentido común de los representantes, en particular del Frente Renovador, que es el fiel de la balanza en el congreso. Si la ley no sale, Macri tiene aire por un rato, ¿pero cómo se llega a fin de año? Hay que pasar las 18hs del 24/12, en calma. Si sale la ley y Macri no la veta, si se pone en práctica y el millón de puestos de trabajo se genera en el estado, la Argentina compartirá el desesperante destino de Venezuela. Y eso no es lo que el pueblo votó.

MOVILIZADOS

Panorama político nacional de los últimos siete días Movilización social, conflicto y consenso Con el respaldo activo de la CGT unificada y el apoyo de la Iglesia, los movimientos sociales marcharon el viernes para dar respaldo al proyecto de ley de emergencia social que ya cuenta con la media sanción del Senado. Se congregaron, por ese motivo, ante el Congreso. El kirchnerismo puro y duro aspiraba a que la queja culminara en Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada, para producir una foto que perjudicara a Mauricio Macri. Como no consiguió ese objetivo, la Cámpora no participó de la marcha. Tampoco había sido invitada. Los organizadores hablaron con prudencia política: describieron la fiera situación social pero no encendieron consignas contra el gobierno. En todo caso, repartieron responsabilidades con el que se fue el último diciembre y con los empresarios insensibles. En términos propagandísticos cometieron un error: anunciaron anticipadamente un número de asistentes (entre 150 y 200 mil) que en verdad no alcanzaron a reunir. ¿Para qué vaticinar esos detalles? Aunque superadamente largamente los 50.000, dieron pie para que los voceros del oficialismo ninguneara la manifestación alegando que la cantidad de asistentes “no cumplió con las expectativas de los organizadores”. Ni voto ni veto Hay sectores del oficialismo que propician el veto presidencial en caso de que la Ley sea definitivamente aprobada por el Congreso. La CGT, a través de uno de sus triunviros, Juan Carlos Schmid, advirtió: “"El gobierno ya ha vetado la ley antidespidos. Nadie sabe cuál puede llegar a ser el costo político si pasa con este proyecto. .Dos vetos seguidos sobre cuestiones sociales encierran una gravedad importantísima”. Pero Macri no necesita apelar al veto. El proyecto aprobado por Senadores no será tratado en Diputados durante las sesiones que restan este año ya que no hay tiempo para que se cumplan todos los pasos del protocolo parlamentario. El gobierno no lo incluirá el temario de sesiones extraordinarias. Las críticas por insensibilidad social sólo podrán hacer centro en ese pecado. Adelantando la jugada, el ministro de Interior, Rogelio Frigerio, ha declarado que “no vamos a impedir un debate que tenga como objetivo la reducción de la pobreza y creación de puestos de trabajo". Frigerio también señaló que el proyecto aprobado por el Senado es “poco claro, incompleto y, a mi juicio, no tan serio (… porque) no plantea de dónde sale los recursos para la creación de un millón de puestos de trabajo”. Queda claro que para el gobierno es difícil chocar frontalmente con los reclamos de los movilizados y sus adherentes, más allá de que los representantes legislativos del oficialismo hayan votado en contra del proyecto de emergencia social. La relación entre los gremios (soldados al peronismo) y el gobierno vuelve a parecer tensa, aunque estos once meses de convivencia entre unos y otros evidencian que, más allá de los aprontes, la sangre no llega al río. Por el momento. Recursos y realismo En este caso,–para darle la derecha al oficialismo- es cierto que lo que piden al gobierno los movilizados y sus aliados parlamentarios y eclesiales (la creación de un millón de puestos de trabajo) supondría, en caso de que fuera viable hacerlo por decreto, un fuerte incremento suplementario del gasto público. Pero hay que admitir que se vuelve difícil poner límites rígidos en esta materia cuando el gobierno ya abandonó cualquier pretensión de ortodoxia macroeconómica y optó por el gradualismo, es decir por subordinar los objetivos fiscales y monetarios que pudiera tener al cumplimiento de sus metas políticas (entrar con vigor en su segundo año y llegar fortalecido a la cita electoral de medio término). Para más, el gobierno, desde el discurso de asunción del Presidente, definió la erradicación de la pobreza como una de sus tres prioridades programáticas. No se puede negar que la motivación del reclamo está sostenida por los hechos: lo evidencian los números que presenta el INDEC. La movilización se produce cuando acaba de difundirse un informe preparado por la OCDE (el club de las democracias industrializadas, al que el gobierno quiere ingresar), la CEPAL y el Banco de Desarrollo de América Latina, que subraya las consecuencias de la pobreza sobre las perspectivas de la población juvenil. El trabajo registra la pavorosa proporción de jóvenes que ni trabajan ni estudian (un 10 por ciento en la clase media, un 25 por ciento de los sectores más vulnerables), y se condenan de ese modo a perpetuar su pobreza. El cuadro incluye . la situación de informalidad: casi cuatro de cada diez trabajadores se desempeña en negro, esto es, alienados de beneficios sociales. Rodrigo Zarazaga, el jesuita que dirige el prestigioso Centro de Investigación y Acción Social (CIAS), entrevistado en La Nación, destaca que “40% de la pobreza del país se concentra en el conurbano. Allí hay más de 60 hospitales y en condiciones debe haber cuatro. En los municipios del conurbano la coparticipación se define por las camas ocupadas en los hospitales y los intendentes tienen más incentivos a tener más camas ocupadas que a tener prevención. Muchos jóvenes terminaron el secundario y no trabajan. No encuentran el salto al primer empleo. Es un salto abismal y hay que achicar esa brecha con capacitación (…) La política tiende a transferir ingresos para asegurar la gobernabilidad y relega otras cosas prioritarias”. Anomalías y desconsuelos La sociedad comprende que el tema de la pobreza es una anomalía que hay que enfrentar para solucionarla, porque Argentina no puede vivir con estos niveles de marginación. Todo se descompone en esas condiciones: la seguridad, la convivencia, la viabilidad y la misma identidad del país, conectada orgánicamente con la fluidez y la apertura de oportunidades. Un escéptico podría decir que Argentina también es una historia de oportunidades perdidas, que dan lugar más tarde a, digamos, desconsuelos contrafácticos (por ejemplo, el lamento por lo que pudo haber sido el país si no hubiera fracasado el acuerdo entre Perón y Sabattini en los 40). El voto del año pasado generó una nueva realidad: una fuerza casi sin historia fue encargada de gobernar para depurar la atmósfera y regenerar la convivencia. Pero el voto también le impuso cogestionar con un Congreso y una mayoría de gobernadores de otros palos. La nueva etapa consiste en poner fin a la Argentina de las confrontaciones terminales e inaugurar un período de competencia sostenida en acuerdos y coincidencias básicas. Con sus votos de octubre y noviembre del último año, la sociedad puso en la agenda bases para un consenso: volver al mundo, reconstruir el Estado para que pueda ofrecer protección y servicios en lugar de sofocación y rapiña. Alto en esa agenda figura disminuir radicalmente la pobreza y recrear las condiciones de la movilidad social ascendente. E igual de alto: convivir y acordar en cambio de confrontar brutalmente. Ese voto manda sobre el gobierno y sobre la oposición. Por eso los que reclaman aprenden a hacerlo con inteligencia, moderación y poniendo a un lado todo espíritu faccioso. Y por eso el gobierno debe perseverar en el gradualismo, en el realismo, en la negociación flexible. Y debe apurar acuerdos que ofrezcan a propios y extraños los signos de previsibilidad que seducen a las inversiones y ayudan a crecer. Jorge Raventos

MOCHILA

La tiranía de lo políticamente correcto Rogelio López Guillemain Durante décadas, las escuelas, las universidades y los medios de comunicación han instalado en el subconsciente de los individuos una serie de conceptos que delimitan el espacio en el que uno puede pensar; fijando la demarcación de lo políticamente correcto. Lo brillante de este límite invisible, ambiguo y vago de nuestro pensamiento es que no se puede identificar con claridad, por lo tanto, no se puede cuestionar. Pero además, tiene otra característica sobresaliente, el guardia que cuida que ningún pensamiento salga de ese límite, es el propio prisionero. Brillante porque no hay en el mundo nada más efectivo para esclavizar al hombre, que esclavizar su mente, nada más efectivo que convertirlo a él mismo en su propio custodio; custodio que no precisa usar la violencia física para mantenerse como su propio prisionero, las cadenas que usa se llaman autocensura. Dos son los principales pilares sobre los que se asienta esta estructura. El relativismo moral y el bien social. Y los cimientos sobre los que estos pilares descansan son: el sentimiento de culpa y el confort. El primero nos limita en la capacidad de emitir juicios morales propios y firmes; el miedo a ser tildado como discriminador y extremista, termina produciendo una moral gris, donde lo bueno y lo malo pierden sus límites hasta confundirse el uno con el otro. Es tal la confusión, que incluso se relativiza la verdad y la realidad, ¿quién no escuchó decir “cada cual tiene su verdad y su realidad”? o sino ¿”Quién es usted para juzgar a otro”? Libertad, igualdad y fraternidad son los principios que le permitieron al individuo ser dueño de su destino, tener los mismos derechos que todos y respetar y ser respetado por su prójimo. Estos principios liberaron el poder creador de las personas, las hizo responsables de sus decisiones y marcó el único límite real de convivencia, el respeto. El postmodernismo entendió que estos principios eran imbatibles y con un giro dialéctico, maquiavélicamente brillante, invirtió el orden de los mismos; hecho que parece un ingenuo descuido, pero que dista mucho de serlo. La fraternidad como primer principio, supedita al hombre a los intereses de la sociedad y como la sociedad es una entidad abstracta que no tiene intereses per se, el puñado de burócratas gobernantes “definen” cuáles son esos intereses, pues son ellos y solo ellos los capaces de “saber” cuál es el bien común. Para poder alcanzar esa fraternidad, ese bien común, que no es otra cosa que el que todos seamos hombres comunes, sin peores ni sobresalientes; debemos hacer que todos seamos iguales. Suena muy bien ¿No? Todos iguales suena, incluso, hasta justo. ¿Y cómo alcanzamos está igualdad platónica? Simple, poniéndole una mochila más pesada al más fuerte, atándole los pies al más rápido, limitando con la currícula de la educación al más inteligente, exigiéndole más a los mejores y más esforzados para que ayuden a sus hermanos. Le quitamos la libertad de levantar el peso que ellos quieran, la libertad de correr tan rápido como puedan, la libertad de pensar y crear tanto como ellos sean capaces.

TRUMP COMPLEJO...

Trump: Más complejo que el populismo Calendar noviembre 16, 2016 | Posted by Malú Kikuchi Ricardo Laferriere Está claro que el populismo, en momentos de estrechez económica, es un ormidable catalizador electoral de los más necesitados. Al igual que el chauvinismo, moviliza los instintos más primarios y las reacciones más viscerales. En momentos como esos la historia muestra que los fenómenos se repiten como calcados. Pero también está claro que usualmente es un relato que se usa para esconder los propósitos reales. Acá lo vimos durante más de una década: fue el cortinado tras el cual se ocultó un gigantesco plan de saqueo de las finanzas públicas. No es probable que en el caso norteamericano el propósito sea el mismo. Más bien es posible imaginar que EEUU ha asumido la etapa global de reacomodamiento –que, desde esta columna, venimos anunciando desde hace casi una década- en la que el “híper-imperio” que lideró la globalización hasta ahora se retraerá hacia sus fronteras para evitar la sangría económica que le implica su papel de “gendarme global”, desempeñado desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Garantizado ya –como está- su autoabastecimiento energético, es imaginable que EEUU se dedique a defender sus intereses estratégicos más directos –territorio, vías comerciales y seguridad interior-. Éste es el tema central, más que la presentación guaranga y xenófoba del nuevo relato, forma compatible al fin y al cabo tanto con el libertino “liberalismo socialdemócrata” de Straus-Kahn, el autoritarismo pederasta del “revolucionario” Daniel Ortega y el repudiable machismo de Donald Trump. En ese contexto, resto del mundo suele ser considerado como un terreno “bárbaro” coexistiendo con islotes de prosperidad sobre los que se diseñará un nuevo entramado económico global. En esta perspectiva, es imaginable que el principal objetivo norteamericano se concentre en preservar los lazos fundamentales de la globalización –finanzas y tecnologías, nunca mencionadas por Trump en su discurso del regreso al país “cerrado”- pero que, en una estrategia dual, retornen a los países las fábricas de bienes sobre los que el actual costo e inseguridad del transporte de larga distancia sea neutralizado con plantas locales y tecnologías modulares aprovechando la miniaturización en los equipos, las impresoras 3D, la creciente adopción de la robotización y la mano de obra que la primera etapa de la globalización dejó desocupada. Consolidadas las columnas globalizadoras centrales, los trabajos residuales –transformados y modernizados- volverán a las zonas que los perdieron. Lo novedoso de esta etapa es que la ventaja ahora será la cercanía a los mercados de consumo, más que la mano de obra barata. Con Trump o con Hillary. El camino que Trump propone para el desempeño de su país en el nuevo escenario es más desmatizado y grotesco que el propuesto por Hillary, en cuyo relato persisten los ideales wilsonianos que han caracterizado a los demócratas en los últimos tiempos y ha sido la marca distintiva de Obama. Su simpleza le permitió la comprensión. Aunque el triunfo de Trump, por lo inesperado, ayuda a descorrer el velo de la nueva realidad ante la opinión pública mundial, el papel de EEUU en el nuevo mundo no cambiaría mucho con el otro resultado. Los votantes de Clinton, no olvidemos, fueron más que los de Trump, y ni la base productiva del mundo –ni los problemas globales- cambiarán por esta elección. Mientras Hilary imaginaba, sin embargo, un camino prudente, Trump postula la “cirugía mayor sin anestesia”… En otras palabras, llega un cambio de estilo denso, tal vez con episodios traumáticos y probablemente con un retroceso coyuntural planetario en la vigencia de Derechos Humanos, el multilateralismo y el propio derecho internacional, al debilitarse la organización mundial que escenificó la posguerra. La elección de Trump es un hito más, que notifica al mundo cómo actuarán los Estados Unidos en esta nueva etapa. Este escenario tiene perdedores, no ya económicos sino políticos. Los países más débiles de las zonas sensibles –los bálticos, los balcánicos, el medio oriente, incluso el sudeste asiático- probablemente sufran la prepotencia de sus vecinos fuertes. Algo del mundo “pre-Segunda Guerra” habrá renacido, abriéndose a posibles coaliciones regionales defensivas con las que se intente establecer balances de poder más o menos equilibrados. Vuelve la “geopolítica” con sus juegos y fantasías, pero con una característica nueva: deberá coexistir con un sistema económico que ya no puede fragmentarse. Hace diez años, en su recordada obra “Une breve Histoire de l’Avenir” Jacques Attali visionaba este escenario. El “imperio mercante” – la hegemonía norteamericana- sería reemplazado por un desorden global basado en regiones prósperas, con puertos ágiles y llanuras productivas inmediatas que las hicieran autosuficientes en alimentos, funcionando en red sobre un planeta en el que el poder, tal como lo conocemos, habría desaparecido y sería territorio sin ley. Sería éste un mundo donde conflictos de “todos contra todos”, por los motivos más disímiles –desde agua potable hasta energía, desde alimentos hasta discusiones milenarias por límites territoriales- brotarían por doquier, al haber desaparecido las fuerzas que las contuvieron durante el último siglo. Y en el que cada uno debería valerse –y hacerse valer- por sí mismo. Ese mundo está en las puertas. Se apoya en una base productiva que ha dado un salto gigantesco, pero raquítica en la construcción de un poder global en condiciones de disciplinar tanto al delito como a las fuertes tendencias polarizantes de la economía dejada a su libre juego. El salto gigantesco –lo hemos repetido hasta el cansancio- ha sacado de la miseria a centenares de millones de seres humanos en pocas décadas, pero a la vez produjo una generación de poder financiero y una polarización económica irritante en el mejor de los casos y desesperante en el peor que hoy se expresa en el renacido nacionalismo populista generalizado. La “culpa” –si puede hablarse en esos términos- de estas deformaciones la tienen los liderazgos partidarios y personales que están siendo removidos por la ola populista, que no supieron –o no quisieron, o no pudieron- encauzar adecuadamente el cambio para que al interior de las sociedades, donde manda la política, no se produjeran efectos colaterales tan negativos como los que vemos: desocupación, pobreza, deuda, migraciones, delitos, terrorismo. El G-20 es, en este sentido, un encomiable esfuerzo de los liderazgos políticos mundiales por retomar el control, en el borde mismo de su posibilidad temporal, porque puede ser tarde. Las decisiones de Hangzhou de combatir el dinero negro, impulsar fuertemente la infraestructura, acentuar las políticas inclusivas y compartir tecnologías van en esta dirección. ¿Qué hacer por acá? La reacción instintiva es defensiva. Recrear nuestros lazos de solidaridad nacional, unir proyectos con los vecinos de la región, reconstruir el Mercosur, articularlo con la Alianza del Pacífico, la Unasur, México, incluso con los grandes espacios de prosperidad –las costas de Estados Unidos, el sudeste de Asia-Pacífico, el África del Sur-. Y un protagonismo consciente, lúcido, inteligente y matizado en el esfuerzo de construir la política global. Es la única chance de que el cambio –inexorable- duela menos y le saquemos el mayor provecho. En ese marco, se hace apremiante el diseño y ejecución de agresivas políticas internas de integración, geográficas y sociales, aprovechando que, a diferencia de los países centrales que hoy sufren crisis, no son las regiones las que en nuestro caso más sufren, debido a la ausencia de una dominante presencia industrial tradicional devenida decadente u obsoleta. Debiéramos hacerlo con infraestructura actualizada, tecnología avanzada y gran impulso al conocimiento, cuidando de manera especial la inclusión social que, en nuestro caso, nos lleva a focalizar en los cinturones de las grandes ciudades los esfuerzos en la provisión de bienes básicos. Por último, es urgente reconstruir el poder de la defensa nacional, otro de los pilares de cualquier sociedad madura, que ha sido desmantelada por la acción de relatos entre infantiles y perversos, reforzándola con alianzas regionales estratégicas y buenas relaciones con los grandes espacios de poder global. El mundo que viene se ha instalado de pronto, mostrando todo su potencial pero también todos sus peligros. El mensaje podría sintetizarse diciendo que, por un tiempo, todo dependerá casi exclusivamente de lo que hagamos nosotros en nuestra convivencia, de los lazos que logremos establecer con los vecinos y de la inteligencia con que actuemos en el nuevo escenario global, mezcla –como nunca- de ajedrez y juegos de estrategia.

MINISTERIO DE LA FELICIDAD

El Ministerio de la Felicidad "Una nación es una empresa colectiva; fuera de eso, básicamente, sólo hay un espacio para el juego del oportunismo y la aventura del poder". Wole Soyinka No me canso de repetir que el más grave error del Gobierno fue no desnudar de inmediato, en un gesto que hubiera demostrado un enorme respeto por la madurez de la ciudadanía, la crisis que dejó el kirchnerismo cuando, cargando las bolsas del saqueo, abandonó el poder. Si así lo hubiera hecho, tal vez le hubiera resultado más fácil que ésta aceptara el tránsito de sangre, sudor y lágrimas hasta la resurrección prometida. Simétricamente, el mayor éxito de Cristina Elizabet Fernández fue que esa crisis, un infierno mucho peor que el de 2001, no fuera percibida como tal por la población. Aún ahora, cuando se pudo comprobar que ella llegó a la Casa Rosada con 15% de pobreza y la dejó con 30% -nunca reconocida-, con las arcas del Estado llenas durante el período como nunca antes, y cuando su infinita corrupción expone sus más purulentas llagas a la vista de todos, conserva un importante apoyo popular. Remedando la tragicomedia venezolana, en la cual Nicolás Maduro creó la cartera ministerial que sirve de título a esta nota, la murga en la que los intereses políticos más subalternos han transformado al otrora honorable Congreso de la Nación, dio esta semana, en el Senado, una prueba más del aprovechamiento que los hipócritas y mal intencionados pueden hacer de los compañeros de ruta, que actúan como idiotas útiles. La media sanción que la Cámara alta dio a una iniciativa que presentaron, con toda mala leche, los senadores Juan Manuel Abal Medina (por si no lo recuerda, fue cómplice y Jefe de Gabinete de la emperatriz patagónica) y Teresita Luna, ambos integrantes del Frente para la Victoria, acompañados por el incauto e irresponsable Jaime Linares (del GEN, de Margarita Stolbizer), constituye sólo una de las maniobras legislativas, verdaderas zancadillas políticas, a las que deberá acostumbrarse Mauricio Macri. Los legisladores kirchneristas, con una cara de piedra digna de servir de modelo a la estatua de la hipocresía, olvidaron durante doce negros años su obligación de representar a sus provincias, callaron frente a la rampante corrupción, permitieron el unitarismo salvaje del régimen y, sobre todo, ignoraron la pobreza, tolerando la falsificación de las estadísticas oficiales. Un antecesor y sucesor de Abal Medina en el cargo ministerial, el inefable Anímal Fernández, llegó a sostener, sin inmutarse, que aquí ¡había menos pobreza que en Alemania! Esa “ley de la felicidad”, cuya inmediata aprobación por la Cámara de Diputados exigió la gran concentración de anoche en el Congreso, resulta absolutamente suicida para los mismos que la reclaman. Si fuera sancionada, y si se obligara al Ejecutivo a financiarla con emisión y mayores impuestos, desencadenaría un proceso inflacionario que deterioraría aún más la ya complicada situación social, y embestiría frontalmente contra la seguridad jurídica que el Gobierno ha comenzado a construir, un elemento esencial para la llegada de las tan indispensables inversiones, sean éstas de propios o de extraños. Claro que no se trata del único gesto autodestructivo de las centrales obreras, pues lo mismo sucede con el acompañamiento a los reclamos empresariales, que pretenden que la economía continúe cerrada para evitar la competencia externa, mientras propalan una inexistente y masiva lluvia de productos importados. En tal sentido llamó la atención que muchos manifestantes de ayer portaran carteles con la leyenda “queremos notebooks argentinas”, es decir aquéllas que algunos vivos sólo ensamblan en Tierra del Fuego con un costo fiscal gigantesco; ¿quién habrá pagado a estos “espontáneos”? Parecen estos raros dirigentes sindicales no comprender que la principal perjudicada por este disparate –empresarios que cazan en el zoológico y pescan en la bañadera, lucrando a saco- es la franja más desprotegida de la población, que debe pagar más caros productos peores, amén de impedir la creación de nuevos puestos de trabajo para solucionar esta recurrente emergencia ocupacional. La Argentina tiene, aproximadamente, cuarenta y dos millones de habitantes; el 32% de ellos, sobrevive a duras penas bajo la línea de pobreza, y destina la totalidad de los ingresos familiares a la tentativa de alimentarse y no consume otro tipo de bienes; en resumen, tenemos un mercado potencial de veintiocho millones de personas. Entonces, ¿cómo podrían nuestros productos competir con los de naciones que, como Estados Unidos, China, Brasil, la Comunidad Europea, etc., cuentan con poblaciones tanto mayores y, por ello, pueden fabricar masivamente y, en consecuencia, a precios más bajos? Nuestro país, con enormes recursos técnicos y humanos, debe abrirse y salir a colocar los suyos en los mercados más exclusivos y lujosos del mundo, esos en los que sólo batallan las marcas de moda. Porque, aún si los negros pronósticos sobre la economía mundial (derivados del discurso de Donald Trump), que hablan del cierre de las economías y del regreso al aislamiento de muchos países se concretaran, nunca afectarían a esos mercados, que continuarán requiriendo calidad y diseño, sin importar el precio; la prueba es la gigantesca concentración de la riqueza en pocas manos que se ha producido en las últimas décadas. Dado que para lograrlo resulta necesario reconvertir sectores enteros de nuestra industria –textil, calzado, indumentaria, línea blanca, etc.-, el Estado debería anunciar la innegociable apertura con la suficiente antelación y facilitar la transición con un fuerte apoyo crediticio. La continuidad en el tiempo de una transformación semejante permitiría, además de crear nuevos puestos de trabajo, garantizar la estabilidad de los empleados actuales, que deberían sí adaptarse a ese nuevo escenario. Y, al abrir la importación de esos mismos productos baratos, la población argentina se beneficiaría con mayor oferta y menores precios, sin perjudicar en nada a empresarios o empleados; basta imaginar que, a partir de entonces, todos nuestros ciudadanos más pobres podrían disponer, por ejemplo, de calzado a cien pesos, en lugar de tener que andar descalzos, como sucede ahora en gran parte del país. Quiero terminar recordando a mis conciudadanos, para bajar su natural ansiedad, una frase de Fernando Henrique Cardoso: "Gobernar un país, elaborar proyectos, concebir programas, implantar políticas es un proceso colectivo. Insisto en el concepto: proceso". Bs.As., 19 nov 16 Enrique Guillermo Avogadro Abogado Tel. (+5411) ò (011) 4807 4401/02 Cel. en Argentina (+54911) o (15) 4473 4003 Cel. en Brasil (+5521) 8128 7896 E.mail: ega1@avogadro.com.ar E.mail: ega1avogadro@gmail.com Site: www.avogadro.com.ar Blog: http://egavogadro.blogspot.com Skype: ega1avogadro Facebook: enrique guillermo avogadro

EL SICARIO

LAS 7 PROPUESTAS DEL RACISTA Y SICARIO DONALD TRUMP QUE EXPLICAN SU VICTORIA EL RACISTA Y SICARIO Donald Trump convirtió el insulto en un arma política. La victoria del racista y sicario Donald Trump ( como el ‘Brexit’ en el Reino Unido, o la victoria del ‘no’ en Colombia ) significa, primero, una nueva estrepitosa derrota de los grandes medios dominantes y de los institutos de sondeo y de las encuestas de opinión. Pero significa también que toda la arquitectura mundial, establecida al final de la Segunda Guerra Mundial, se ve ahora trastocada y se derrumba. Los naipes de la geopolítica se van a barajar de nuevo. Otra partida empieza. Entramos en una era nueva cuyo rasgo determinante es ‘lo desconocido’. Ahora todo puede ocurrir. ¿Cómo consiguió el sicario Trump invertir una tendencia que lo daba perdedor y lograr imponerse en la recta final de la campaña ? Este personaje atípico, con sus propuestas grotescas y sus ideas sensacionalistas, ya había desbaratado hasta ahora todos los pronósticos. Frente a pesos pesados como Jeb Bush, Marco Rubio o Ted Cruz, que contaban además con el resuelto apoyo del establishment republicano, muy pocos lo veían imponerse en las primarias del Partido Republicano, y sin embargo carbonizó a sus adversarios, reduciéndolos a cenizas. Hay que entender que desde la crisis financiera de 2008 (de la que aún no hemos salido) ya nada es igual en ninguna parte. Los ciudadanos están profundamente desencantados. La propia democracia, como modelo, ha perdido credibilidad. Los sistemas políticos han sido sacudidos hasta las raíces. En Europa, por ejemplo, se han multiplicado los terremotos electorales (entre ellos, el Brexit). Los grandes partidos tradicionales están en crisis. Y en todas partes percibimos subidas de formaciones de extrema derecha (en Francia, en Austria y en los países nórdicos) o de partidos antisistema y anticorrupción (Italia, España). El paisaje político aparece radicalmente transformado. Ese fenómeno ha llegado a Estados Unidos, un país que ya conoció, en 2010, una ola populista devastadora, encarnada entonces por el Tea Party. La irrupción del multimillonario sicario Donald Trump en la Casa Blanca prolonga aquello y constituye una revolución electoral que ningún analista supo prever. Aunque pervive, en apariencias, la vieja bicefalia entre demócratas y republicanos, la victoria de un candidato tan heterodoxo como Trump constituye un verdadero seísmo. Su estilo directo, populachero, y su mensaje maniqueo y reduccionista, apelando a los bajos instintos de ciertos sectores de la sociedad, muy distinto del tono habitual de los políticos estadounidenses, le ha conferido un carácter de autenticidad a ojos del sector más decepcionado del electorado de la derecha. Para muchos electores irritados por lo « políticamente correcto », que creen que ya no se puede decir lo que se piensa so pena de ser acusado de racista, la « palabra libre » de Trump sobre los latinos, los inmigrantes o los musulmanes es percibida como un auténtico desahogo. A ese respecto, el candidato republicano ha sabido interpretar lo que podríamos llamar la « rebelión de las bases ». Mejor que nadie, percibió la fractura cada vez más amplia entre las élites políticas, económicas, intelectuales y mediáticas, por una parte, y la base del electorado conservador, por la otra. Su discurso violentamente anti-Washington y anti-Wall Street sedujo, en particular, a los electores blancos, poco cultos, y empobrecidos por los efectos de la globalización económica. Hay que precisar que el mensaje del sicario Trump no es semejante al de un partido neofascista europeo. No es un ultraderechista convencional. Él mismo se define como un «conservador con sentido común» y su posición, en el abanico de la política, se situaría más exactamente a la derecha de la derecha. Empresario multimillonario y estrella archipopular de la telerealidad, el sicario Trump no es un antisistema, ni obviamente un revolucionario. No censura el modelo político en sí, sino a los políticos que lo han estado piloteando. Su discurso es emocional y espontáneo. Apela a los instintos, a las tripas, no a lo cerebral, ni a la razón. Habla para esa parte del pueblo estadounidense entre la cual ha empezado a cundir el desánimo y el descontento. Se dirige a la gente que está cansada de la vieja política, de la « casta ». Y promete inyectar honestidad en el sistema ; renovar nombres, rostros y actitudes. Los medios han dado gran difusión a algunas de sus declaraciones y propuestas más odiosas, patafísicas o ubuescas. Recordemos, por ejemplo, su afirmación de que todos los inmigrantes ilegales mexicanos son "corruptos, delincuentes y violadores". O su proyecto de expulsar a los 11 millones de inmigrantes ilegales latinos a quienes quiere meter en autobuses y expulsar del país, mandándoles a México. O su propuesta, inspirada en « Juego de Tronos », de construir un muro fronterizo de 3.145 kilómetros a lo largo de valles, montañas y desiertos, para impedir la entrada de inmigrantes latinoamericanos y cuyo presupuesto de 21 mil millones de dólares sería financiado por el gobierno de México. En ese mismo orden de ideas : también anunció que prohibiría la entrada a todos los inmigrantes musulmanes…Y atacó con vehemencia a los padres de un militar estadounidense de confesión musulmana, Humayun Khan, muerto en combate en 2004, en Irak. También su afirmación de que el matrimonio tradicional, formado por un hombre y una mujer, es "la base de una sociedad libre", y su crítica de la decisión del Tribunal Supremo de considerar que el matrimonio entre personas del mismo sexo es un derecho constitucional. Trump apoya las llamadas "leyes de libertad religiosa", impulsadas por los conservadores en varios Estados, para denegar servicios a las personas LGTB. Sin olvidar sus declaraciones sobre el "engaño" del cambio climático que, según el sicario Trump, es un concepto "creado por y para los chinos, para hacer que el sector manufacturero estadounidense pierda competitividad". Este catálogo de necedades horripilantes y detestables ha sido, repito, masivamente difundido por los medios dominantes no solo en Estados Unidos sino en el resto del mundo. Y la principal pregunta que mucha gente se hacía era : ¿ cómo es posible que un personaje con tan lamentables ideas consiga una audiencia tan considerable entre los electores estadounidenses que, obviamente, no pueden estar todos lobotomizados ? Algo no cuadraba. Para responder a esa pregunta tuvimos que hendir la muralla informativa y analizar más de cerca el programa completo del candidato republicano y descubrir los siete puntos fundamentales que defiende, silenciados por los grandes medios. 1) Los periodistas no le perdonan, en primer lugar, que ataque de frente al poder mediático. Le reprochan que constantemente anime al público en sus mítines a abuchear a los "deshonestos" medios. El sicario Trump suele afirmar: « No estoy compitiendo contra Hillary Clinton, estoy compitiendo contra los corruptos medios de comunicación[i] » . En un tweet reciente, por ejemplo, escribió : « Si los repugnantes y corruptos medios me cubrieran de forma honesta y no inyectaran significados falsos a las palabras que digo, estaría ganando a Hillary por un 20%. » Por considerar injusta o sesgada la cobertura mediática, el candidato republicano no dudó en retirar las credenciales de prensa para cubrir sus actos de campaña a varios medios importantes, entre otros : The Washington Post, Político, Huffington Post y BuzzFeed. Y hasta se ha atrevido a atacar a Fox News, la gran cadena del derechismo panfletario, a pesar de que lo apoya a fondo como candidato favorito… 2) Otra razón por la que los grandes medios atacaron con saña al sicario Trump es porque denuncia la globalización económica, convencido de que ésta ha acabado con la clase media. Según él, la economía globalizada está fallando cada vez a más gente, y recuerda que, en los últimos quince años, en Estados Unidos, más de 60.000 fábricas tuvieron que cerrar y casi cinco millones de empleos industriales bien pagados desaparecieron. 3) Es un ferviente proteccionista. Propone aumentar las tasas sobre todos los productos importados. « Vamos a recuperar el control del país, haremos que Estados Unidos vuelva a ser un gran país. », suele afirmar, retomando su eslogan de campaña. Partidario del Brexit,el sicario Donald Trump ha desvelado que, una vez elegido presidente, tratará de sacar a EE.UU. del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés). También arremetió contra el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés), y aseguró que, de alcanzar la Presidencia, sacará al país del mismo : « El TPP sería un golpe mortal para la industria manufacturera de Estados Unidos. » En regiones como el rust belt, el «cinturón del óxido» del noreste, donde las deslocalizaciones y el cierre de fábricas manufactureras dejaron altos niveles de desempleo y de pobreza, este mensaje de Trump está calando hondo. 4) Así como su rechazo de los recortes neoliberales en materia de seguridad social. Muchos electores republicanos, víctimas de la crisis económica del 2008 o que tienen más de 65 años, necesitan beneficiarse de la Social Security (jubilación) y del Medicare (seguro de salud) que desarrolló el presidente traidor Barack Obama, esta en Lima a quer monos, y que otros líderes republicanos desean suprimir el sicario Trump ha prometido no tocar a estos avances sociales, bajar el precio de los medicamentos, ayudar a resolver los problemas de los « sin techo », reformar la fiscalidad de los pequeños contribuyentes y suprimir el impuesto federal que afecta a 73 millones de hogares modestos. 5) Contra la arrogancia de Wall Street, el sicario Trump propone aumentar significativamente los impuestos de los corredores de hedge funds que ganan fortunas, y apoya el restablecimiento de la Ley Glass-Steagall. Aprobada en 1933, en plena Depresión, esta ley separó la banca tradicional de la banca de inversiones con el objetivo de evitar que la primera pudiera hacer inversiones de alto riesgo. Obviamente, todo el sector financiero se opone absolutamente al restablecimiento de esta medida. 6) En política internacional, el sicario Trump quiere establecer una alianza con Rusia para combatir con eficacia a la Organización Estado islámico (ISIS por sus siglas en inglés). Aunque para ello Washington tenga que reconocer la anexión de Crimea por Moscú. 7) El sicario Trump estima que con su enorme deuda soberana, los Estados Unidos ya no disponen de los recursos necesarios para conducir una política extranjera intervencionista indiscriminada. Ya no pueden imponen la paz a cualquier precio. En contradicción con varios caciques de su partido, y como consecuencia lógica del final de la guerra fría, quiere cambiar la OTAN : « No habrá nunca más garantía de una protección automática de los Estados Unidos para los países de la OTAN. » Todas estas propuestas no invalidan en absoluto las inaceptables, odiosas y a veces nauseabundas declaraciones del candidato republicano difundidas a bombo y platillo por los grandes medios dominantes. Pero sí explican mejor el por qué de su éxito. En 1980, la inesperada victoria de Ronald Reagan a la presidencia de Estados Unidos había hecho entrar el planeta en un Ciclo de cuarenta años de neoliberalismo y de globalización financiera. La victoria hoy de Donald Trump puede hacernos entrar en un nuevo Ciclo geopolítico cuya peligrosa característica ideológica principal –que vemos surgir por todas partes y en particular en Francia con Marine Le Pen – es el ‘autoritarismo identitario’. Un mundo se derrumba pues, y da vértigo…

Chiste de la semana

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