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viernes, 9 de noviembre de 2007

LA HISTORIA SE COME A LA IZQUIERDA

LA HISTORIA SE COME A LA IZQUIERDA

Por el Profesor Gustavo Issetta

La izquierda de siempre, la roja roja o la rosa, llevan como un alien las causas mismas de su destrucción.

Es la dialéctica. Tésis, antítesis y síntesis. Elaboradas desde el idealismo alemán, han sido la explicación absoluta de la realidad, según la izquierda de todos los matices. Y mientras son los adversarios del capitalismo, todo está bien. Las tertulias a vodka o vino, pucho y música, “la vida es bella”. Todo se explica, todo es consecuencia de la “superestructura” capitalista, malvada, imperialista y bla, bla, bla. Todo esto según la izquierda, digo. Pero otra cosa es cuando son “gobierno”.

Cuando acceden –por fuerza o por grado- la misma dialéctica se vuelve en contra. La cosa sería así: si a través de la síntesis, las injusticias sociales se nivelarían hasta la dictadura del proletariado – o sea el paraíso socialista- las izquierdas como gobierno tienden a congelar las antítesis – protestas, desarmonías propias, libertades individuales- que surgen ante la Tesis – su etapa gubernamental. Releyendo al Stalinismo, verá usted el mejor ejemplo.

Le pasó a la ex Urss, que caminó a un capitalismo de Estado, fue autor y cómplice del desastre económico antes de Gorvachov y la caída del Muro en 1989.

Pero…el resto de los izquierdistas del mundo se desentendió de la ex Urss, Cuba incluída. Siguieron con sus fórmulas congelantes de libertades individuales, economías desastrosas, control del pensamiento y educación.

Cuando Cámpora y los montos, los salvadores eran eran ellos. Y los demonios todos los otros. La reacción no se hizo esperar y la militarización de la ultraderecha volvió a invertir los términos, utilizando la muerte y la persecución, como hizo la ultraizquierda.

Y cuando la Alianza con De la Rúa, Meijide y Chacho apareción, de nuevo la inversión de argumentos. La demonización del contrario no cesó, pese a que Menem indultara a unos y otros. Los ultras se siguieron persiguiendo. Después K hombre, ni hablemos. Retratos descolgados de militares, cargos a los Montoneros en ministerios y municipios, la búsqueda del cuerpo de Santucho por las fuerzas armadas ordenadas por la Ministro Garré, la visita de Castro y Chávez a la Argentina y etc,etc. Pero en este vestir y desvestir de santos, la izquierda es comida por la Historia. Porque cuando existe una desarmonía, un desarreglo gubernamental, la izquierda por no reprimir, por no hacer valer el poder que tiene como Estado de conservar la paz social, legitíma a cualquier violento privado. Le pasó con piqueteros como Delía o con montoneros como Perdía. Son parte del sistema de protesta entonces no deben ser reprimidos. ¿Qué pasará cuando lleguen a la síntesis desde sus antítesis a las tesis del gobierno y concluyan –como concluyen todos los idealistas- que la realidad debe ser superada por las armas, ya que el tiempo nunca alcanza para hacer la revolución?

La filosofía de la inclusión será el entierro de la izquierda. Cualquiera que tome una ruta o una escuela, se legitima automáticamente por la política contestaria y foquista de la izquierda, por más que atente contra el resto de la sociedad. El Estado izquierdista se convierte así en parte de lo ilegítimo, al convertirse en cómplice de la protesta.

En Cuba cuando cesó la hora cero de la Revolución, se acabaron el pelo largo y la barba en las universidades. El Che era el único ícono que podía portarlas. Fue su marca registrada. Esta pavada demuestra cuales son los valores que mueven las grandes decisiones de la izquierda.

Y por esa cosa tan arraigada de no respetar a las representatividades –gremios, sindicatos etc- porque las acusan de fascistas – reminiscencias de sus lecturas aliadistas post 2 da guerra mundial- y revalorizar a las minorías violentas –que les recuerda su etapa infantil y revolucionaria- hoy todos estamos a merced de las interpretaciones – muchas de ellas delirantes- de un puñado de personas, que gracias a la democracia, pueden protestar.

Por eso es la Historia, que se come a la izquierda. Si en la Urss se trabajó duro para estar mejor, y no se está, porque eso los hubiera convertido en capitalistas¿? O En Cuba después de haber desalojado a Batista por dictador y para solucionarlo surge un Castro Dictador¿? Entonces ¿qué quiere la izquierda entonces?

Cristina ya ganó. Una de los primeros síntomas de ésta enfermedad – en éste caso los Montoneros K- fue cuando dijo que la planta de Botnia va a funcionar. Antes su marido había apoyado la protesta del corte de rutas. ¿Qué está pasando? Claro, el sistema. Pasaron los humos primeros de la protesta. Los intereses. Los grados en la misma izquierda – a la Argentina le toca último siempre-

Cristina ya ganó decíamos. Entonces los precios seguirán subiendo. El Indec dirá. El gobierno desmentirá y la Historia sigue comiendo lo que la izquierda plantea. Los ultras reclamarán mas juicios a los del terrorismo privado, pero no a los montoneros que mataron desde Aramburu para abajo…

Y si bien la Historia se come siempre a los que no se organizan para flotar en el rio del tiempo, cabe la pregunta: ¿Cómo responderán cuando la mayoría proteste por lo que realmente pasa y lo que el gobierno dice?

FTE. CRÓNICA Y ANÁLISIS

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