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martes, 2 de noviembre de 2010

CRISTINISTAS Y SCIOLISTAS


DUHALDE PRACTICA EL WAIT AND SEE

Cristinistas vs sciolistas, la nueva interna del PJ


Por Alexis Di Capo para el Informador Público

Los realineamientos en el peronismo se están produciendo a gran velocidad. Ayer los 92 intendentes que asistieron al plenario convocado por Daniel Scioli empezaron a dividirse entre cristinistas y sciolistas. El intendente de Berazategui, Juan José Mussi, desafió al gobernador a que anunciara su apoyo a la candidatura presidencial de CFK. Hugo Curto (Tres de Febrero), Julio Pereyra (Florencio Varela) Francisco Gutiérrez (Quilmes) son algunos de los pesos pesados que adhieren a esa línea. En cambio el grupo de los ocho disidentes integrado por Sandro Guzmán, de Escobar, José Eseverri, de Olavarría, Joaquín de la Torre de San Miguel, Jesús Cariglino, de Malvinas Argentinas; Gilberto Alegre, de Villegas, Luis Acuña, de Hurlingham, Sergio Massa, de Tigre, y Pablo Bruera, de La Plata, apuestan a la candidatura del ex motonauta junto con otros como Humberto Zuccaro, de Pilar. Pero también existe un numeroso grupo aún no definido. Lo que sí consiguió Scioli con su convocatoria fue frenar la ofensiva del ultrakirchnerismo para desplazarlo de la conducción del PJ y encumbrar allí a la presidente. Hasta los jefes comunales cristinistas coincidirían con los sciolistas en cerrarles al camino de la conducción partidaria a los halcones K, encabezados por Carlos Zannini, Carlos Kunkel y Máximo Kirchner. Pereyra, de Florencio Varela, sintetizó el eufemismo al decir que “Cristina tiene demasiadas responsabilidades como presidente y no es necesario que se haga cargo del partido”. Esta amable resistencia a los dictados de Olivos tendría el beneplácito de algunos gobernadores, como José Luis Gioja (San Juan), Sergio Uribarri (Entre Ríos) y Juan Carlos Schiaretti (Córdoba). Hugo Moyano, por su parte, es el tercero en discordia, porque no cuenta con las simpatías ni de los cristinistas ni, menos aún, de los sciolistas.



Una interna que absorbe

La incipiente división del oficialismo entre cristinistas y sciolistas promete la primera interna desde el 2003, porque Kirchner aplicó desde entonces mano de hierro reduciendo la lucha interna a la búsqueda de su apoyo. Con lucidez, Eduardo Duhalde aceptó que la nueva interna oficialista dificulta por ahora que el Peronismo Federal avance. La expectativa generada por la candidatura presidencial de Scioli es más que suficiente como para atraer a muchos peronistas disidentes. En cambio, si el gobernador aceptara públicamente que será candidato a gobernador, los disidentes recuperarían aire inmediatamente. Pero estas definiciones pueden tardar largos meses que demorarán peligrosamente el armado territorial del Peronismo Federal. “Wait and see” es la frase con la que Duhalde define su táctica actual. O sea, no renunciar a su candidatura pero tampoco agitarla demasiado. A gusto o no con la actitud adoptada por el lomense, sus aliados, Alberto Rodríguez Saá, Felipe Solá y Mario Das Neves, no tienen demasiado margen para intentar otra cosa.



Los próximos indicadores

Tal como se da ahora el juego, le toca mover a la dama. En las próximas semanas empezará a vislumbrarse si Cristina se mantiene alta en las encuestas y si logra además contener la lucha de facciones en el seno del gobierno. Sólo superando este test la presidente estaría en condiciones de sostener su candidatura contra viento y marea. Su enorme desventaja es ser titular de un poder heredado, por lo cual deberá rendir examen todos los días. Un aplazo o al sumo dos, podrían ser suficientes para que la marea se vaya orientando hacia el poskirchnerismo que está naciendo en La Plata.

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