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lunes, 11 de febrero de 2008

MONTOYA EL CHUPASANGRE

SANTIAGO MONTOYA, EL FUNCIONARIO CHUPASANGRE
¿ESTÁ BIEN RECAUDAR A CUALQUIER PRECIO?
Por Pablo Docimo


El mediático recaudador de impuestos, Santiago Montoya, sostiene que el problema de nuestro país es la evasión, y esto no es así de ninguna manera. Entonces, ¿dónde radica el problema? Precisamente, que en nuestro país el Estado gasta más de lo que recauda.
Cada vez que alguien enciende la luz, abre una canilla, utiliza una hornalla o habla por teléfono, está aportando impuestos; ni hablar del que compra un paquete de cigarrillos, consume una bebida alcohólica o carga combustible en su auto, incluso el chico que está en una esquina limpiando vidrios: cuando juntó unas monedas y compra un sándwich, paga impuestos.
Existe además, un agravante, que es el gasto que generan los mismos agentes del Estado. No hace falta más que visitar cualquier repartición pública y ver que hay empleados en exceso, no cumplen eficientemente su trabajo, despilfarran recursos y, como si todo esto fuera poco, ganan mucho más de lo que deberían, especialmente los altos funcionarios, ya que, si establecemos un comparativo entre sus ingresos y sus resultados como funcionarios de la administración pública, la inmensa mayoría debería ser cesanteado.


Montoya demuestra su ineficiencia y su desconocimiento

No obstante, en vez de bravuconadas mediáticas y/o aplicar una política impositiva progresista que defienda al pequeño productor y a las pymes agroindustriales, que son la vida del interior provincial, Montoya, cual "vampiro chupasangre", pretende recaudar más, ahora a través de la nueva Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA), creada especialmente -según una importante fuente kirchnerista bonaerense- a efectos de trabajar de manera "paralela" a los entes de recaudación oficiales (1).
Si hay algo que quedó demostrado durante la gestión de Montoya fue, entre otras cosas, su ineficiencia: porque, teniendo desde hace años absolutamente todos los elementos para controlar a los grandes productores y grupos de siembra, no lo hace. Ignorancia: ya que desconoce que nunca los productores pagaron ingresos brutos por arrendamientos rurales o aparcerías; los tambos están exentos; y en las liquidaciones de carnes, el impuesto es totalmente retenido.
Santiago Montoya -cordobés cavallista devenido en justiciero bonaerense, de la Fundación Mediterránea, enriquecido por sus consultarías en el Eximbank y Banco Mundial- no hace más que asegurar la continua desaparición de las pymes agrarias e industriales bonaerenses, al aumentar la presión y los controles sobre estos sectores más vulnerables de la economía provincial. Dejando así, lugar para que los grandes grupos económicos se queden con el uso y la explotación del territorio bonaerense. No fue de extrañar, cuando su compañero de trabajo, Gerardo Ingaramo, predijo la desaparición de 100.000 productores en la década del 90. Hoy podemos decir "tarea cumplida., pero van por más".
Hoy el Gobernador Daniel Scioli plantea un sistema impositivo más igualitario; debería saber el gobernador que la palabra "igualitario" no significa mandar al zorro a cuidar las gallinas, ya que no es un dato menor que el responsable agrario de Scioli es, ni más ni menos que, el consultor y socio del llamado Rey de la Soja (el más grande depredador del desarrollo rural bonaerense) que cada vez, concentra más campos en propiedad y en uso.
Si Montoya quisiera recaudar más ¿no sería más inteligente quitarle la exención de Ingresos Brutos a los fideicomisos de siembra? Progresismo es hacerle pagar más al que más tiene, no favorecerlo.
¿Por qué en vez de tratar de recaudar más sea como sea, no se establece un nuevo sistema impositivo, similar a los países de avanzada?
Medidas progresistas serían por ejemplo, como hicieron en EEUU los 12 estados agrícolas más importantes, que desarrollaron leyes anticorporativas. O como la multifuncionalidad de la agricultura europea favoreciendo a la radicación y sostenimiento de la familia en los pueblos del interior.
Pero ya que el dúo Scioli-Montoya quieren hacer algo, aquí les damos al ideas, puesto que su grupo de asesores, evidentemente, brilla por su ausencia; como ser la disminución y/o eliminación de los impuestos para quienes construyen o viven en el campo o en las pequeñas localidades del interior -en vías de desaparición-. O ¿por qué no se elimina el inmobiliario de un productor familiar? ¿O se baja el presupuesto del ARBA y se lo transfiere al Ministerio de Asuntos Agrarios -que hoy tiene menos de un cuarto de la nueva Agencia provincial-? ¿O si apoyamos fuertemente desde la provincia la Nueva Ley de Contratos Agrarios del Congreso Nacional? O, ahora que catastro depende de su área, ¿por qué no se publican las propiedades y usos de la tierra en toda la provincia, se agrupan las partidas por propietario y se da a la luz pública quiénes integran las sociedades?
¿No habrá que plantear un sistema impositivo segmentado en la provincia en vez de bajar el garrote a todos por igual?


Conclusión

El señor Santiago Montoya, en primer lugar, debería reconocer que tenemos un Estado parasitario, del cual él y toda su repartición forman parte.
Para comenzar a solucionar el problema, deberíamos, en primer término, eliminar el personal de más existente en todo lo que al Estado respecta, luego, debería haber real eficiencia en sus obligaciones, y por último, no derrochar los recursos con los que se cuentan.
Por supuesto que a esta problemática también deberíamos agregar una reforma impositiva, para que, finalmente, el Estado recaude lo que realmente corresponde, de una forma eficaz, y destinarlo correctamente donde realmente deba ser destinado, y no a la gran burocracia administrativa a la que estamos sometidos.
Como podemos apreciar, no es muy difícil solucionar el problema "general" en la Argentina, que está compuesto, básicamente, por el déficit del Estado y el perverso sistema impositivo, pero casualmente, quienes tendrían que solucionarlo, los políticos, son parte del problema.

Pablo Dócimo

(1) Según la fuente mencionada, la ARBA habría sido creada para no tener que depender del control de otros entes de recaudación fiscal. Especialmente por cierto tipo de "extorsiones" que cometen personeros de Montoya.
Ver http://www.periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=3346



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