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¿Es la política una pofesión para engrosar el patrimonio personal?
Al leer la noticia que señala que en la Argentina hay más de setencientos partidos políticos nos preguntamos cuál es la razón de este crecimiento cuando al mismo tiempo en las últimas elecciones presidenciales se registró el porcentaje más bajo, 72%, de votantes que concurrieron a votar desde 1928. ( La Nación, 18/02/08)
Los hechos nos demuestran que en la Argentina una de las formas de ganar dinero fácil y rápido es dedicarse a la política, por supuesto que hay excepciones. Mientras en el siglo pasado teníamos políticos de la talla de Lisandro de la Torre que murió pobre y hasta ponía plata de su bolsillo para actuar en política hoy tenemos políticos que entran a la política pobres y salen, si es que algún día salen, ricos. Seguramente el inolvidable Lisandro se suicidaría nuevamente al ver quienes los sucedieron. Justo es reconocer que en cada caso existen las debidas excepciones.
Cuando vemos los programas televisivos conducidos por gente “simpatizante” del aparato políticamente correcto pareciera que hablan de un país del primer mundo, ya lo hizo el innombrable, ahora lo hacen el “Garante!” y su consorte. Más crecimiento, más consumo, más poder adquisitivo, más empleo, menos pobreza, más igualdad, más justicia, etc.
¿Pero estaremos volviéndonos ciegos, sordos y lelos que para nosotros sucede todo lo contrario?
Menos consumo, menos poder adquisitivo gracias a la inflación real, menos empleo, más pobreza, más desigualdad, menos justicia y por sobre todo mucha más corrupción que nunca antes.
¿A quién pretenden engañar estos pseudo comunicadores?
En un programa político el secretario de la CTA expresó que no estamos mejor por el viento de cola y que a pesar de que hay mucha desigualdad si este gobierno hubiera hecho lo que dicen los ortodoxos estaríamos peor, nosotros opinamos lo contrario. Si el gobierno hubiese destinado los miles de millones para hacer escuelas, hospitales, rutas, modernizar la estructura del poder judicial y no para acrecentar su poder creemos que estaríamos mucho mejor.
Asimismo cuando nos enteramos por los medios, que ya no pueden obviar informar los escándalos de corrupción que envuelven a miembros del gobierno y los millones que siginifican estos escándalos, pensamos cuántos millones de argentinos pobres e indigentes podrían haber solucionado sus problemas, por el contrario el gobierno les ha dado la limosna que le sobra de todo lo que ha invertido para crear una estructura partidaria y prebendaria que le permite alterar los medios democráticos cuando se acerca el momento de las elecciones y alquilar el voto de los más necesitados. Pero en un país donde la índependencia de los poderes no existe hace años, la justicia es patética, el poder legislativo es una escribanía del ejecutivo y los políticos hacen cada uno su negocio salvo honrosas excepciones las esperanzas se agotan y se diluyen.
¿Quién puede contradecir o enfrentar a una estructura que además de armada tiene el manejo de miles de millones de una caja cuyo valor ninguno de nosotros imaginamos?
La política se ha vuelto un gran negocio, la noticia lo refleja y los resultados de quienes han pasado algún período por ella también. Políticos ricos y un pueblo pobre una combinación que en algún momento se quebrará pero como siempre los damnificados serán los más débiles y los verdaderamente culpables seguiran cometiendo sus tropelías.
Autor: Alejandro Olmedo Zumarán.
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