La manipulación de los índices oficiales

La manipulación de los índices oficiales
Si hay pobreza que no se note. Si la inflación crece hay que taparla. Los datos negativos son una mala palabra en un año de elecciones. Por ello, en el futuro, la gestión kirchnerista podría ser recordada por haber destruido el Indec o al menos vaciarlo de contenido. Quienes trabajan en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos reconocen que la presión que reciben del Gobierno cada vez que va a salir el indicador de inflación es la mayor de los últimos años. Un empleado del organismo reveló que uno de sus jefes le dijo: "Acá no estamos midiendo sólo la inflación, estamos midiendo cuánto puede o no Kirchner hacer las cosas bien. En este pequeño cuarto se puede definir una elección, entendé eso".

Quizás por ello, el desplazamiento de la directora del Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos), Graciela Bevacqua, no sorprendió a quienes trabajan en el instituto, aunque fue visto por muchos analistas y políticos como un verdadero atropello al valor de las mediciones de los números nacionales y las estadísticas, datos que son vitales para la gestión de cualquier gobierno. Bevacqua, una profesional de principios –algo que pocos funcionarios K conocen- se negó a modificar el sistema de medición del organismo de estadísticas, a través de varias presiones que el Gobierno ejercía desde hacía seis meses, y por eso fue expulsada del instituto. De esta manera, el Indec perdió a la titular de Estadísticas al Consumo, un puesto clave para conocer la marcha de la economía…El problema central es que la inflación de enero viene muy alta, pero la culpa no es de los técnicos del Indec, sino de un hecho de la realidad que son los aumentos en diferentes sectores de la economía.

El índice de inflación minorista es un dato clave de la economía porque a menor inflación hay menos indigentes y pobres. Por eso, la visión cortoplacista del Gobierno K, que no quiere ver la inflación que se viene y que confirman cotidianamente los consumidores cuando cambian los precios en las góndolas, pudo más que los números reales de la economía. A nadie sorprende que el querer cambiar la realidad a su antojo y conveniencia es moneda común de este Gobierno al que poco parece importarle la credibilidad de sus medidas y acciones.
Sin solucionar el problema de la inflación –el indice “oficial” de enero será recibido con desconfianza-, la existencia de dos inflaciones, una “real” y otra “oficial”, confirma la falta de legitimidad de instituciones clave del Estado que deberían estar alejadas de la política. Pero al Gobierno le interesan más que los números cierren a costo de la credibilidad de las mediciones del Indec, sin interesarle que la incertidumbre en este tema también desalienta la llegada de inversiones al país.La decisión del Gobierno de desplazar a la funcionaria encargada del área de precios dentro del Indec despertó el temor de los economistas que siguen de cerca la evolución de la inflación.

Pero más temor produce el curriculum de Beatriz Paglieri, quien medirá desde ahora los movimientos de los precios en el país, muy relacionada con el kirchnerista Guillermo Moreno y se asegura que le será fiel en el ejercicio de sus funciones…Concretamente, los analistas advirtieron sobre el peligro de una manipulación de los índices oficiales y señalaron que el relevo de Graciela Bevacqua como directora del Indices de Precios de Consumo no contribuye a dar mayor transparencia a la mediciones del organismo, que ya viene recibiendo distintos cuestionamientos.