MENSAJE AUTISTA

EL MENSAJE DE FIN DE AÑO DE LA PRESIDENTE
(Con un pedido innecesario)

por Alfredo R. Weinstabl

alfredo@weinstabl.com.ar



Como ya es tradicional en esta fecha del año los líderes de la mayoría de los países aprovechan la ocasión de las fiestas para hacer un balance de sus gestiones en ese lapso y mandar a sus ciudadanos un mensaje de felicidad y buenaventura para el año siguiente.

También como ya es tradicional los Kirchner, siguiendo su propio estilo autista, en los siete años de su gestión nunca lo hicieron.

En realidad ese comportamiento era previsible y lo lógico en el matrimonio reinante: ¿Cómo iban a enviar un saludo al país con el cual estaban enfrentados y prácticamente en “guerra” con la mayoría de los sectores que hacen al quehacer nacional? Casi sonaría como una ironía.

No obstante al terminar este año, la presidente saludo a los argentinos por primera vez.

Pero como también es característica distintiva en ella, lo hizo mal, con verdades a medias, hipocresía y tergiversaciones.

Pidió “paz, una sociedad más diversa, plural y democrática”. Estas palabras en boca, de quien hizo exactamente lo contrario, sonaban casi como una burla para los argentinos.

Destacó lo bien que anda la economía mencionando el record de compras navideñas de este año. Por supuesto se cuidó bien en no mencionar que la liquidez existente es un verdadero “anestesiante” para el pueblo para disimular y ocultar las terribles distorsiones económicas existentes y prácticamente el “record mundial” en lo que respecta al más temible de los flagelos que puede tener la economía de un país: la inflación.

También se cuidó en no mencionar que se apropió de todos los fondos públicos previstos para el año 2011, aprobando el presupuesto para ese año mediante un DNU, soslayando al Congreso Nacional. Este hecho tan grave, verdaderamente gravísimo, significa que podrá volver a disponer arbitraria y discrecionalmente de todos los ingresos y fondos de ese año, además de significar un desprecio absoluto a todos los argentinos.

Una frase que no me animo a escribir en su totalidad por respeto a los lectores, refleja exactamente esta decisión presidencial: Cristina vuelve a “ca----se” no solo en el Congreso Nacional, sino en todos los argentinos.

Pero en realidad se lo puede considerar una medida inteligente, ya que no será necesario para los próximos comicios presidenciales, el contrabando de valijas provenientes de Venezuela cargados de dólares, aportes espurios de de la industria farmacéutica y de farmacias y otros fondos provenientes del narcotráfico y de otras actividades “non santas”.

Pero Cristina tuvo razón: económicamente fue un buen año para el país. La economía creció.

Pero creció no por los Kirchner, sino pese a los Kirchner. Internamente la economía está cada vez más distorsionada y el desarrollo del país fue mínimo.

En su saludo continuó auto alabándose y elogiando su propia gestión y la de su marido y los logros obtenidos.

Utilizó un vestido negro de luto y adoptó una actitud compungida y dolida que tantos puntos de aceptación personal le aportó en las encuestas.

Hizo un pedido a la audiencia que parece absolutamente superfluo e innecesario. Pidió que cuando los argentinos levantemos las copas al fin del día recordemos unos instantes en su fallecido marido.

Parece innecesario, porque la mayoría de los argentinos seguramente lo tienen permanentemente presente.

Indudablemente el hecho más destacado ocurrido en este año fue la desaparición del escenario político de este perverso personaje que degradó y prostituyó la política en un grado nunca conocido y manejó el país fuera de la ley y la Constitución, como si la Argentina fuera una propiedad privada.

Nadie puede alegrarse por el fallecimiento de un ser humano, pero la desaparición de Néstor Kirchner, marca un punto altamente auspicioso en el futuro del país. Marca la posibilidad de reencontrar un nuevo estilo político.

Retribuyendo el saludo de Cristina, lo expresado precedentemente es lo que la mayoría de los argentinos desea…pero del cual, lamentablemente, estamos escépticos y con pocas esperanzas.

Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL

alfredo@weinstabl.com.ar