HEBE: LA PUTATIVA RICA
No es sorprendente verla defender con ahínco la vida de delincuentes aunque se trate, para el caso, de asesinos que matan en tiempos de paz. Tampoco lo es que sañudamente, indeclinablemente, haya pedido y pujado como pudo y cuanto pudo por ver fusilados a militares represores, sin molestarse en explicar por qué simpatizaba con los guerrilleros que asesinaban a mansalva. Tratándose de Hebe de Bonafini nada es sorprendente.
Cuando un par de personalidades de la farándula artística --Susana Gimenez, entre ellas-- pidieron se aplique la pena capital contra homicidas reincidentes, Bonafini les salió al paso bramando improperios y escupiendo su selectivo odio. Acusó de prostitutas a conocidas mujeres, cuyos ingresos, habida cuenta de su éxito comercial, son fáciles de rastrear durante el último cuarto de siglo. A diferencia de los de Hebe de Bonafini, que nadie conoce desde hace, más o menos, la misma cantidad de años.
LNP
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