PERMISO PARA SOÑAR
La Caja de Pandora - 23-Mar-09 - Editorial
PERMISO PARA SOÑAR
por Malú Kikuchi
En la Argentina K, los hechos, desconcertantes en su mayoría, se suceden a tal velocidad, que no queda tiempo material para digerirlos.
El gobierno es una máquina de anunciar "anuncios", valga la redundancia, ya que raramente se convierten en actos de gobierno. Pero en el mientras tanto, opositores y población, corren siempre detrás de los más variados golpes de efecto.
En la campaña presidencial de 2003, Kirchner nos vendió el eslogan de "un país en serio". Es exactamente lo que Argentina demuestra no ser.
Desde 2003 hasta hoy, se rescatan 3 buenas leyes aprobadas por el congreso nacional, 2 de ellas sobre proyectos enviados por el ejecutivo y la tercera, un proyecto nacido en diputados.
El 15 de diciembre 2004, se aprobó la ley 25.983 (proyecto K) que establecía el último domingo de octubre, en año electoral, como fecha inamovible para las elecciones, legislativas o presidenciales. Una buena ley que nos acercaba al sueño de ser en serio un "país en serio".
Desde la semana pasada, sobre un proyecto del ejecutivo, y ya con media sanción de diputados, se fija una nueva fecha para el calendario electoral: el 28 de junio en vez del 25 de octubre. Al matrimonio presidencial no le conviene estirarse hasta octubre, al mejor estilo Onganía consideran que las elecciones son "un escollo". Poco serio y nada democrático.
El 27 de febrero 2007, se sancionó la ley 26.222 (proyecto K), que permitía la libertad de optar entre la jubilación privada y la estatal. Una buena ley que respetaba la libertad de las personas. Duró menos de 2 años.
Urgidos por la necesidad de caja y temiendo enfrentar un año electoral sin el dinero suficiente para hacer campaña, el 9/12/08 la ley 26.425, terminó con la jubilación privada. El gobierno se apropió de los fondos de los aportantes a las AFJP, y éstas pasaron a ser historia. Además de poco serio ha sido un robo amparado por el congreso.
El 22 de octubre 2008, casi por unanimidad absoluta, se aprobó la ley 24.418, de defensa de los glaciares (proyecto de Marta Maffei). Una buena ley que priorizaba los intereses ambientales por sobre los intereses de la minería y el petróleo. El 11/11/08, la Presidente vetó la ley en su totalidad.
Don Francisco de Quevedo, en su maravilloso manejo del idioma escribiría uno de sus más famosos sonetos: "Poderoso caballero es Don Dinero". Soñar una Argentina seria, parece un sueño imposible.
Dejando de lado las pocas leyes buenas, ya inexistentes, al sueño imposible se le suma la renuncia-denuncia del Fiscal Nacional de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido, el 12/03/09. Acusa al Procurador General de la Nación, Esteban Righi, de entorpecer su trabajo. Dice que la corrupción en el país goza de impunidad. ¡Qué difícil es soñar!
El sector más productivo del país es, sin lugar a dudas, el campo. En vez de enredarse el gobierno en retenciones exageradas y hoy impagables, después de jugar al diálogo, que no es tal, lo incitan a mandar un proyecto de ley al congreso, mientras le prohíben a su tropa dar quórum. Un manejo bipolar.
Cuando todavía no están cortadas las conversaciones con el campo, la Presidente, a través de un decreto de necesidad y urgencia, cual si otorgara una "merced real", cede un 30% de las retenciones a la exportación de soja, a gobernadores e intendentes. Cuestión de dividir más. Muy poco serio y con demasiado olor a campaña electoral.
El DNU choca directamente con el artículo 75 de la CN que establece que sólo el congreso puede establecer derechos de importación y exportación y también con el artículo 99, que prohíbe al ejecutivo "bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo".
La Presidente, ¿no leyó la CN? Es la misma Presidente que juró no firmar nunca un DNU. Ya firmó 3. Muy, muy poco serio. La Presidente, que se supone es abogada, ¿estudió a Ulpiano, "justicia es el hábito de dar a cada quien, lo suyo"?
Existe el impuesto a las ganancias, que cada cual pague según le corresponda. No es necesario dividir a los contribuyentes en exportadores de soja o de maíz o en fabricantes de zapatos o en farmacéuticos o libreros. El que gana más, paga más. Simple. Transparente. Claro. Sin posibilidades de quedarse con lo ajeno.
¿Es demasiado loco soñar con una Argentina donde para obtener seguridad (por la que se pagan impuestos que cobra el gobierno), no sea necesario organizar marchas multitudinarias donde se junten víctimas, familiares de víctimas y personas temerosas de ser victimas?
¿Deberemos pedirle permiso a este gobierno (cada día más omnipresente donde no se lo necesita y menos presente donde hace falta) para soñar con una Argentina, representativa, republicana y federal? Soñar una Argentina donde la ley se cumpla, las promesas electorales se respeten y la previsibilidad sea una norma, ¿es tan imposible?
Si los opositores deciden construir una oposición unida y se suman en una boleta, o si siguen con sus particularidades y van en listas diferentes, es un problema de generosidad, cálculos electorales (en política 2 + 2 no siempre es 4) y estrategias políticas.
A los opositores sólo debemos exigirles que se pongan de acuerdo en el preámbulo de la Constitución Nacional, con la inapelable condición de cumplirlo.
"[.], con el objeto de constituir la unión nacional, afianzar la justicia, consolidar la paz interior, proveer a la defensa común, promover el bienestar general y asegurar los beneficios de la libertad, para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino; invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia [.]"
El permiso para soñar nos lo damos, a pesar de todo. Hacer de los sueños una realidad, depende de nosotros. El 28 de junio o el 25 de octubre, la fecha no es relevante, la decisión es nuestra.
Soñemos una Patria. Re fundemos la República. Los argentinos podemos.
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