CELULAR DE PISTOLITA MORENO
Moreno gastó casi un millón en un fantasioso celular argentino
El secretario de Comercio fue el encargado de comandar el plan, impulsado tres años atrás por Néstor Kirchner, para que se diseñaran teléfonos móviles “made in Argentina”. La iniciativa se financió con un fideicomiso estatal. La empresa elegida, NG Electrónica, dijo que usó el dinero para desarrollar el aparato, pero que nunca lo fabricó por la falta de interés de las prestadoras.
09.03.2009 23:57:00
“Hoy podemos anunciar que la República Argentina empieza a fabricar celulares con 70 por ciento de integración nacional.” El anuncio de Guillermo Moreno no se produjo ayer: ocurrió hace ya más de tres años. El Gobierno puso 800 mil pesos para arrancar con el proyecto. El dinero se usó. Pero el “celular argento” o el “argenmóvil”, tal como se lo denominó en ese momento, nunca vio la luz, revela un artículo publicado ayer por el diario Perfil.
El 26 de agosto de 2005, el entonces presidente Néstor Kirchner se reunió con el ministro de Planificación, Julio de Vido, y con empresarios argentinos. La idea era reactivar la industria de las telecomunicaciones que, según el oficialismo, había quedado destruida por las políticas neoliberales de los 90.
Para concretar la reactivación, el Ejecutivo quería fabricar el primer teléfono celular made in Argentina, que sería más barato que los importados, y permitiría crear fuentes de trabajo.
Al finalizar el cónclave, Moreno, que entonces era secretario de Comunicaciones, ofreció una conferencia de prensa en la que anunció la construcción del teléfono móvil nacional.
De la conferencia participaron, entre otros, el titular de la Bolsa de Comercio, Anselmo Gabbi, y el presidente de la empresa local NG Electrónica, Gustavo Pizarro, elegida para llevar adelante la iniciativa.
Dijo Gabbi ese día: “Vamos a tener un celular 70 por ciento argentino, pero lo más importante es que va a ser el celular más barato del mundo”. Y agregó: “Es decir que este celular argentino no solamente va a tener la posibilidad de llegar a todos los niveles del país, sino que también vamos a contribuir con financiamiento a la exportación de mano de obra argentina, de técnicos argentinos, y que va a ir por el mundo a precios absolutamente competitivos”.
Nada de esto ocurrió. ¿A qué se destinaron, entonces, los 800 mil pesos que puso el Gobierno? Según Gustavo Pizarro, presidente de NG Electrónica, la empresa designada para llevar adelante el proyecto, el dinero se usó para desarrollar el primer y único modelo del celular argento. “Ese proyecto costó eso y más, nosotros tuvimos que poner dinero de nuestra empresa”, indicó en diálogo con Perfil. De este modo la empresa dio por cumplida su parte del acuerdo, y el Gobierno también, ya que nunca le exigió a la compañía garantías de factibilidad de inserción en el mercado.
Pizarro agregó que el desarrollo del modelo llevó dos años y que, una vez finalizado, no lo pudieron colocar en ninguna de las tres prestadoras del mercado (Movistar, Personal y Claro). “No me puedo parar en el medio de la 9 de Julio a vender el teléfono. Lamentablemente las prestadoras no se mostraron interesadas y entonces el proyecto quedó en la nada”, explicó.
Pizarro recordó que en esa oportunidad las empresas se habían mostrado de acuerdo pero dijo que luego no ofrecieron el mismo interés. “Querían un teléfono en 30 días y técnicamente no se puede hacerlo en tan poco tiempo. Ahora el aparato es obsoleto, porque es de baja gama”, especificó.
NG había fabricado un primer modelo similar al Nokia 1100: es decir un aparato sencillo y de poca tecnología. “Eso quedó ahí. Ahora fabricamos uno para competir con el iPhone, de 3G, última tecnología, con videoconferencia y videollamada”, indicó. Y finalizó: “Pero nos va a pasar lo mismo si ninguna prestadora se muestra interesada”.
Lo que queda claro es la falta de previsión del Gobierno para garantizar no sólo la fabricación del teléfono, sino también su inserción en el mercado. Será, entonces, un anuncio más que queda en la nada.
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