UNA CARTA

Sr Director:
Le ruego tenga a bien disponer que se publique en ese medio esta nota de opinión. Gracias.

Como es de dominio público, hace pocos días fue abatido el considerado “número dos” de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) Raúl Reyes –cuyo verdadero nombre era Luis Edgar Devia- por las Fuerzas Armadas de dicho País durante un ataque aéreo en el que murieron 17 guerrilleros más, entre ellos otro dirigente de peso de dicha “orga”, Julián Conrado.
Permítaseme aquí una breve digresión: las FARC no son sino una banda delictiva narcoterrorista (que nació bajo la advocación de altos ideales revolucionarios pero, dinerillos mediante como fatalmente suele ocurrir, se transformó en un verdadero gang que trafica en drogas, armas y secuestros), miembro conspicuo del llamado Foro de Sao Pablo, entidad madre representativa del anacrónico y perimido“marxismo” latinoamericano, que cuenta con miembros de honor a valores de la talla del “pintoresco” (casi procaz, sería más exacto) Chávez, hoy por hoy admirado personaje de nuestro dúo gobernante.
Aquí –y a riesgo de apartarme del hilo de este trabajo- remito al amable lector a la memorable alocución pronunciada por nuestra Presidente en ocasión de la inauguración del 126º período de sesiones ordinarias del Congreso, según la que –entre otras sandeces- el mundo exterior de la Argentina está compuesto solamente por Bolivia, Venezuela y Brasil.
El ataque colombiano penetró en territorio de la República del Ecuador poco más de 1 Km. Pero –ya se sabe cuando de derrotas terroristas se trata- desencadenó las más acerbas (e hipócritas) críticas de lo actuado, en nombre de una soberanía que a nadie, en realidad, le importa un comino.
Por desproporcionado merece mención especial lo manifestado por el Presidente del Ecuador –Rafael Correa- quien prácticamente amenazó con “ir a la guerra”, ignorando la circunstancia atenuante de que no se trató de un atentado contra la soberanía de ese País sino solamente una acción policial contra delincuentes comunes (el famoso derecho de “en caliente”), hecho que fácilmente podría dirimirse a través de canales diplomáticos, si existiera –en el fondo- buena voluntad.
Claro que el nombrado Correa es también miembro del Foro de Sao Pablo y que sus declaraciones fueron efectuadas después de una esclarecedora charla telefónica que mantuviera con Chávez (éste reconoció públicamente haberle dado instrucciones sobre cómo reaccionar), lo que nos retrotrae una vez más al tiempo de Chasman y Chirolita.
La declaración de nuestra Cancillería –dirigida por el ex montonero Taiana- no produce asombro sino solamente lástima... no por el dicente, de quien cabe esperar poca cosa más, sino por el desaparecido prestigio de la Argentina en el ámbito internacional.
La versión de uno de los “justificatodo” Fernández (Aníbal, esta vez) del hecho de marras, según la cual se deben exigir de un estado soberano (Colombia) actos impecables que no son obligación de “irregulares” (las FARC) nos eximen de mayores comentarios...tamaño razonamiento simplemente apesta.
El broche de oro de tanto dislate lo dio nuevamente nuestra Presidente con su actitud de “indiferencia” hacia el Presidente Uribe y “amorosa” con el Presidente Correa (sic), hecho que contribuye a la imagen de conventillo y chancletas en que se ha convertido la región.
Finalmente, la sospechosa permanencia de este incidente en la primera plana de todos los medios orales y escritos induce a pensar, además, en una soberbia cortina de humo destinada a tapar -para la limitada visión de la realidad de Juan Pueblo- minucias de nuestro País tales como la anarquía reinante, la imparable inflación, el desborde de la inseguridad y la inoperancia y mentiras archisabidas de nuestra parásita clase política.

Justo Pastor AYARZA.