EL CHANTAJE
El Chantaje Político de los Kirchner,
Patético es distinguir como habitualmente los argentinos se dejan chantajear inescrupulosamente por un gobierno absolutista e inmoral para con sus conciudadanos. Y la respuesta de la gente a esa situación es siempre la misma, "Es lo que tenemos", una expresión tan ridícula como las mismas condiciones en la que se encuentra el país. En Argentina encontramos un nuevo estilo de realizar política, en la que el estado usa el "chantaje" para conseguir lo que ellos quieren, sin importarle de cacerolazos o paros agrarios. Es el gobierno que con su control publicitario o cortinas de humo quien repele la escasa acción de algún sector popular.
Ya no es más la policía o militares los que nos amparan del desorden cívico, ahora es "Quebracho" la nueva fuerza de represión que controla a la maza argentina, subvencionados por el estado argentino, en tanto que las FF.AA. pasaron a ser simples representaciones ornamentales, de una nación en su crepúsculo
Recordemos que para que ocurra ese chantaje siempre se necesitan dos partes, y no son todos los chantajes con el mismo estilo o rasgos caracterológicos: algunos son pasivos mientras que otros bastante agresivos; unos son directos y otros sumamente sutiles y ciertamente nos intimidan con cuáles serán las derivaciones si los resistimos.
Pero más allá de cuán diferentes puedan mostrarse a primera vista, todos los chantajes tienen grandes rasgos en común, características que alimentan su conducta manipuladora. Siendo así es cómo estos chantajistas del gobierno utilizan el miedo, la obligación y la culpa, además de otras armas, y así imponer su mandato.
El miedo, es una habilidad distinguida entre los Kirchnes, miedo a las pérdidas, el temor al cambio y al rechazo, mientras que ellos sufren del miedo a la carencia de poder, siendo este el medio común en que se mueven todas las personas que se convierten en chantajistas. En algunos casos, esos miedos radican en una larga historia de sentimientos e ineptitud. En otros, podrán ser la respuesta a incertidumbres más recientes, que han socavado su autoestima y sus percepciones de competencia y seguridad. No caben dudas que la capacidad para perdurarse como chantajistas aumenta en forma inconsciente, a medida que los miedos se acumulan en la vida de los Kirchner y su cortejo.
El precio que pagamos cuando cedemos reiteradamente al chantaje emocional es formidable. Los comentarios y actitudes del chantajista nos hacen sentir desequilibrados, avergonzados y culpables. Sabemos que tenemos que modificar la situación y reiteradamente nos prometemos que lo haremos, sólo para encontrarnos, una y otra vez, burlados y manipulados, como que hemos caído de nuevo en una emboscada. Comenzando a vacilar de nuestra capacidad de mantener las promesas que nos hacemos y perder la confianza en nuestra eficiencia, mientras nuestra autoestima se va erosionando.
Y lo peor, es que cada vez que nos sometemos a ese chantaje emocional por parte del gobierno, perdemos contacto con nuestra propia integridad, esa bitácora recóndita que nos asiste a definir cuáles deberían ser nuestros valores y nuestro comportamiento.
A pesar de que ese tipo de chantaje no es un abuso físico, no hay que caer en la suposición que el precio que se pagara no va a ser elevado. Cuando coexistimos con él, ese chantaje emocional nos carcome y se expande hasta dañar en lo más recóndito de nuestros sentimientos y nuestra propia autoestima.
Solo debemos reconocer que sin nuestro consentimiento, los chantajistas se vuelven totalmente impotentes. No caigamos en la inacción y conceder que este gobierno nos chantajee tan groseramente.
Digamos basta de una buena vez a esta farándula política, con este dominio indiscriminado y a esta cortina de humo generado por el carcinoma Montonero.
Sinceramente,
BetoMVit
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