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sábado, 20 de agosto de 2011

DESCONCERTADO


NO LO ENTIENDO

Por Jorge Omar Alonso (*)

“Salí a la calle desconcertado. . .a preguntarle a los hombres sabios qué debo hacer”

Letra de tango

Comparto el mismo desasosiego de Nelson Recanatini, la misma incredulidad sobre el pueblo argentino.

Yo también me hago las mismas preguntas: ¿le gusta a este pueblo que lo defrauden, que le mientan, que le falsifiquen la historia?

¿Están los hombres del campo al fin, consustanciados con la gestión del gobierno?

¿Se puede consumir hasta el hartazgo y encima ahorrar?

Qué se yo

No vamos a criticar la voluntad general como lo hicieran los impresentables de Carta Abierta, no.

El pueblo se ha expresado democráticamente, en libertad.

¿En libertad?

Tener prisionera la voluntad por una dadiva, es tener libertad de conciencia?

El pueblo se ha expresado y nada hay que agregar en desmedro de su decisión soberana.

Ahora bien, es evidente que a ese pueblo no le interesa la “calidad institucional”, el estado de derecho, la división de los poderes, los controles constitucionales; como tampoco la corrupción, la persecución a la prensa independiente y el deterioro infringido a las instituciones de la República.

Todo eso está muy bueno, pero son temas para tratados de ciencia política, para manual de Derecho Constitucional o para algún texto sobre moral.

Al fin de cuentas en lo cotidiano todo aquello no pega demasiado.

Mientras se pueda consumir a rajatabla, que esa es la cuestión de fondo, lo demás es pura retórica de filosofía política.

Como dice Recanatini Bernal: “la realidad supera a la fantasía”.

Y la realidad es esa: lo cotidiano, lo de todo los días; el ingrediente fundamental es la nueva mentalidad del “corto plazo”; las promesas fugaces son mas útiles que las certidumbres a largo plazo: “milanesas para todos”, “computadoras para todos”, “casa propia para todos”, “futbol para todos”, y ya!

“Planes para todo y para todos”, “subsidios para todos”. ¿A qué entonces eso de “estado de derecho”, “calidad institucional”, “justicia independiente”, “prensa libre”?, si con eso no se vive ni se come.

Escribiendo sobre todas estas fantasías políticas, a veces nos vemos como “disfrazados sin carnaval”.

¿Y la oposición? Triste final para un drama de desencuentros y mezquindades.

Rumiando su desventura sin reaccionar. Torpes que no han sabido sobreponerse a sus veleidades, cuando era la salud de la República que hacía necesario el ocuparse con desprendimiento.

Pero no. No fue así y se embarcaron en inútiles y vergonzantes disputas por figurar.

Y fue así que entonces el pueblo votó también por el guarango de Aníbal F. por las salvajadas de Moreno, las mentiras del INDEC, la indefensión de la Garre, las fantasiosa gestión económica de Aimee Boudou a “todo rock”, el saqueo de la Anses, el veto del 82%, por el corrupto de De Vido, por el enriquecimiento veloz de funcionarios gubernamentales, por la justicia comprometida con el poder, por el despilfarro de los dineros públicos, todo lo que constituye EL MODELO.

Parafraseando a Recanatini: ¿y si hacemos un alto hasta Octubre en este hábito de escribir, a ver que pasa?

¿De que vamos a escribir? ¿Vamos a seguir dándole vueltas a la desazón o buscando una explicación como el “coso “del tango?

Seguramente no vamos a hacer como conocidos periodistas de conocidos diarios independientes, que analizando el triunfo del kirchnerismo casi, casi lo han hecho con una vehemencia y complacencia tal que nos ha sorprendido. ¿Cómo, ahora se trató de una “gestión eficiente”? ¿Ahora Cristina es toda una estadista sagaz y tesonera?

“Cosas, verede Sancho, que non credere”!

(*) Crónica y Análisis publica el presente artículo de Jorge Omar Alonso por gentileza de su autor

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