DESAPARECIDOS Y NAFTA

Editorial | 16/6

Uno de los Presidentes desapareció y el otro echa nafta al fuego

"Porque no basta tener la legitimidad de origen que brinda una elección en la democracia, sino que también el Poder debe considerar la posibilidad de que esa acción se lleve a cabo con éxito y no se convierta en una pueblada o. lo que es peor, en una derrota."
CORREO DE BUENOS AIRES, 9 de junio de 2008




En el conflicto que mantienen los Kirchner con los agropecuarios, los acontecimientos marchan de acuerdo a lo previsto. Aclaremos, lo previsto desde este lugar, aclaremos. Porque debido a incomprensibles circunstancias esta publicación ha mantenido en soledad disidencias con otros análisis y analistas. Sucedió con el señor Blumberg y sus motines contra el Congreso y el Poder Judicial; el “plan” económico y su boom de consumo; el de ahorro energético; nuestra disidencia con los constantes juicios a los integrantes de las Fuerzas Armadas y Seguridad por su participación en la represión de la guerrilla en los años 70; con la crítica desde finales del 2005 al dibujo de los aumentos de precios al consumidor; con los izquierdistas ricos socios del actual Gobierno que antes fueron socios pobres de Fernando de la Rúa con los “progresistas” Chacho Álvarez y Graciela Rosa Castagnola de Fernández Meijide a la cabeza; cuando aseguramos que el conflicto con el campo servía para que la actual administración ocultase serias falencias de gestión en otras áreas fundamentales de la vida del país; cuando nos preguntábamos una y otra vez de qué manera se pensaba pagar la deuda externa; cuando criticamos la emisión desaforada de bonos; la entrega de la llave del Congreso Nacional al matrimonio presidencial; la desagradable promiscuidad con Hugo Chávez y una política internacional vergonzante; o la actitud patoteril con Uruguay a través del bloqueo de puentes internacionales; el libre accionar de grupos paraestatales; la sumisión del Poder Judicial y, en el caso que los Kirchner y sus seguidores mantienen con los ruralistas, sostuvimos en temprana soledad cuando todos llamaban al diálogo que el problema iba a ser tratado por la Casa Rosada como una guerra en donde no hay adversarios sino enemigos, que las misma sería de larga duración y que por ese motivo era previsible que los bandos debían preparar su avituallamiento. Y hace una semana escribimos lo que hoy destacamos en el copete de esta nota. ¿Premonición? Nada de eso. Simplemente vivimos y conocemos profundamente Argentina.


¿Dónde se encuentra uno de los Kirchner? Nadie lo sabe. Mientras, el otro, el varón del dúo gobernante, agravió otra vez innecesariamente a los agropecuarios al decir: “Lo que pasa que en el campo el machismo es de la casa para afuera, porque adentro hacen lo que les mandan las señoras gordas.” (¿Qué es una señora gorda? Su mujer, la Presidente, ¿es una señora gorda?). Y fue por más cuando el sábado por la noche se encaramó con medio gabinete nacional en andas de una escuálida manifestación para defender la Plaza de Mayo de “las fuerzas de la oligarquía golpista”.


Pero ¿y el otro medio Gabinete? ¿Y los legisladores kirchneristas nacionales y comunales de la Ciudad de Buenos Aires que por su cercanía domiciliaria no deberían haber faltado a la cita? ¿Estaban de vacaciones? Entonces la cosa no debe estar tan mal como la pintan los opositores del Partido de la Cacerola y de los “piquetes de la abundancia”. Sin embargo, la improvisación, como tantas otras veces, suele dar resultado. La foto del Kirchner apretujado y besuqueado por enfervorizados seguidores en una Palaza vacía rindió sus frutos porque se transmitió de inmediato a las pantallas televisivas quitándole algo de protagonismo al arresto y a la pueblada posterior que se produjo en todo el país después que fueron arrestados en Gualeguaychú Alfredo De Ángeli y sus seguidores. Y si primero la fotografía se vio en “vivo y en directo” por TV y a las pocas horas fue tapa de los principales diarios del país, es posible que la Casa Rosada aún piense que la jugada lo favoreció.


Las autoridades se vieron en la obligación de intervenir para desalojar la ruta cortada por el piquete agrario en Gualeguaychú. Eso no se discute. Pero llama la atención que antes hechos similares no haya actuado con la misma celeridad, incluso debería explicar a qué se debió su reticencia de arrestar a transportistas que a la misma hora repetían esa manera de protesta en numerosos puntos del país. En síntesis, ¿por qué a unos sí y a otros no?


El escuadrón que Gendarmería que intervino en los disturbios para reprimir a los revoltosos y después arrestarlos pareció un escuadrón extraviado de Tortugas Ninjas. Su retirada del lugar causó alegría y tristeza. No es esa la función de quienes deberían, en teoría, custodiar las fronteras. En su lugar debieron estar todos los bravucones que los mandaron al frente quienes son los que están haciendo todo lo posible, parece, para crear el mayor caos posible e irse antes de tiempo. La vieja historia. Unos que quieren partir, otros que mueren por llegar y en el medio una multitud que a fuerza de romper tímpanos propios y ajenos siempre sirve, sin darse cuenta, a oscuros intereses que terminan por perjudicarla. Habría que evitarlo. Los Kirchner deben finalizar el mandato para el que fueron elegidos y comenzar a rendir cuentas
SALINAS BOHIL
CORREO DE BUENOS AIRES