EN LOS LÍMITES

EN LOS LÍMITES DE LA RACIONALIDAD
El conflicto del Gobierno con el campo ya duró más que el conflicto de Malvinas

El estudio teórico de las crisis indica que las mismas se inician cuando una de las partes, con intereses en una materia, rompe la situación de equilibrio (el status quo) con una decisión unilateral que afecta a la otra parte. Esa primera acción es denominada “el desafío” y a ella siguen las reacciones que por su naturaleza pueden “escalar” (aumentar) o “desescalar” (bajar) en el nivel de la crisis. Mientras esto sucede, los protagonistas de la crisis negocian en la búsqueda de un nuevo nivel de equilibrio que satisfaga a las partes. Es evidente que siempre la llave para la resolución de la crisis la tiene quien formuló el desafío y que la maniobra de crisis fracasa cuando cesa la negociación y las partes cortan el diálogo y recurren a acciones de hecho que transforman la crisis en un conflicto con aplicación de la fuerza.
En la crisis desatada entre los productores agropecuarios y el Gobierno vemos que la conducción del agro hace denodados esfuerzos por no verse arrastrada a un nivel de conflicto ajeno a la naturaleza de su reclamo. Ha aprovechado cada oportunidad que se le brinda para anunciar el cese de las medidas de acción directa, ha concurrido a cada citación y a cada reunión de negociación y a regresado en todos los casos con las manos vacías y sin argumentos para contentar a sus representados. Mostró la magnitud del número de los afectados mediante actos masivos, soportó agravios, campañas publicitarias, acusaciones desmesuradas y siguió dispuesta a sentarse a la mesa de negociación.
Del lado del Gobierno se ha llegado al límite de lo aceptable. Ha rechazado todo intento de mediación afirmando que no hay dos partes en conflicto. O sea, que desafiando a toda evidencia está negando la existencia de la realidad, demostrando con ello que ha llegado a los límites de la racionalidad. Porque obviamente, si no hay partes no hay conflicto y si no hay conflicto no hay negociación posible. Con esa lógica, los cientos de miles de productores que protestan no existen, las rutas cortadas son una entelequia, el riesgo de desabastecimiento es abstracto y la preocupación de la sociedad por un conflicto que ya duró más que nuestra última guerra, no llega a ser ni una sensación.
La gravedad de la situación no permite especulaciones ni ironías. Desde nuestro pequeño espacio queremos sumar la voz a la de muchos ciudadanos que no tiene forma de expresión y pedirle al Gobierno que modifique su postura, que acepte que le cabe la responsabilidad de haber cambiado brutalmente las reglas de juego con el campo y que es quien tiene la obligación de dar solución al conflicto antes que los daños que este está causando sean irreversibles. Aun aceptando el insólito argumento de que el Gobierno no puede ser parte por ser Gobierno, eso no haría sino reafirmar que es el Gobierno el que debe dar solución al conflicto porque sería absurdo delegar esa responsabilidad a una parte de la sociedad.
Dialécticas aparte, estamos en los límites de la racionalidad y no podemos quedar prisioneros de la voluntad confrontativa del presidente del partido justicialista ni del magnífico aislamiento de que hace gala la señora presidente. Lo que la Argentina necesita en este momento es que el Gobierno muestre racionalidad y asuma la responsabilidad de solucionar la crisis que ha creado.

Buenos Aires, 8 de Junio de 2008

Juan Carlos Neves, Presidente de Unión Ciudadana, Provincia de Buenos AIres