AVIONES Y SUBTES
MUCHO VIAJE A ESPAÑA, PERO AÚN HAY CUESTIONES QUE RESOLVER EN LA ARGENTINA
En medio del renovado debate por los salarios, comienzan a colarse cuestiones estrictamente políticas, en las cuales uno de los protagonistas fundamentales es el jefe de la CGT, Hugo Moyano.
En el aspecto específicamente salarial, Moyano coronó una serie de jornadas de intensa pirotecnia verbal con una actitud que contrastó con el inicio de las discusiones.
El líder camionero había inaugurado su intervención con un tono alto, advirtiendo que en las negociaciones el sector sindical iba a reclamar una discusión en torno al "INDEC de los supermercados y de las amas de casa".
Y recientemente morigeró sus expresiones y admitió que cada organización sindical conseguirá lo que sea posible, de acuerdo a la realidad y la evolución de su respectiva actividad.
Además, suspendió la reunión de consejo directivo de la CGT en la que, como se había dejado trascender, los dirigentes sindicales iban a exponer las situaciones de sus gremios y analizarían sus futuras acciones en la pulseada por los sueldos, que, según se estima, en marzo quedaría formalmente abierta en paritarias.
De todas maneras, la baja de la intensidad del reclamo experimentada por Moyano no impide seguir presumiendo que la línea central de las negociaciones y los acuerdos sea la misma que en los años anteriores.
Lo concreto es que había que enfriar la fragua en momentos en que hay otra serie de cuestiones que están demandando la atención de quienes ejercen el poder, especialmente el Gobierno.
En ese marco, Moyano no se distrajo y siguió jugando su partido en varias canchas.
En un caso, ratificó su decisión de seguir avanzando sobre otras organizaciones para sacarles afiliados, en este caso los distribuidores de radios y revistas, lo que recibió un fuerte rechazo de la Asociación de Editores de Diarios de Buenos Aires (AEDBA), que advirtió sobre riesgos para la comercialización de las diversas publicaciones y también la libertad de prensa y expresión.
No hay que remontarse a tiempos tan lejanos para recordar los conflictos que con esa actitud planteó Moyano, por ejemplo con el gremio de Comercio, que conduce Armando Cavalieri, con quien tuvo un fuerte contrapunto.
También empieza a tomar cuerpo algo que se viene anticipando desde hace tiempo, cual es la pretensión de Moyano y sus seguidores de aumentar la presencia sindical en el campo político, y para ello uno de los objetivos es sumar gremialistas a las listas de candidatos legislativos del oficialismo.
Trascendió que en los últimos días habría habido un encuentro de dirigentes donde se trató el tema, y que no se descartaría un acto público masivo en el que se haría una defensa del trabajo y se ratificaría el apoyo cegetista al Gobierno, claro que con la demanda —ya de por sí implícita— de una mayor participación de los gremios en los estamentos políticos.
Pero la verdadera gema de las movidas políticas de Moyano y su sociedad con la administración kirchnerista fue la invitación presidencial al viaje a España, que se hizo extensiva a la mano derecha del camionero, el taxista Omar Viviani, y a otro adherente incondicional al oficialismo, el metalúrgico Antonio Caló.
Se podría decir a esta altura que, por la envergadura del acontecimiento, la inclusión del titular de la CGT en la delegación de la primera visita oficial de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a España es el gesto que termina de coronar la alianza Moyano-Gobierno. No obstante, para no provocar desequilibrios, también se embarcaron directivos de la UIA.
Las horas de vuelo y las que pasen en tierra ibérica seguramente también serán aprovechadas por sindicalistas y empresarios para avanzar en los temas que se están discutiendo en la Argentina. Pero los viajeros emprenden el vuelo llevándose en las retinas algunas imágenes a las que seguramente prestarán atención.
Estos días volvió a la escena el conflicto del subte, que si bien tiene un territorio acotado, como es la Capital Federal, es caso testigo en el debate abierto sobre la libertad sindical. Un grupo de trabajadores y militantes sindicales, de los cuales varios han sido delegados, propiciaron un plebiscito para crear un sindicato paralelo a la UTA.
Como es una disputa de vieja data, hubo, igual que en ocasiones anteriores, episodios de violencia y se interrumpió el servicio, con los consecuentes perjuicios para los cientos de miles de usuarios que nada tienen que ver con en conflicto.
Pero es una realidad también que ahora esta situación adquiere otro matiz, mucho más importante, ya que el año pasado la Corte Suprema de Justicia de la Nación emitió un fallo que virtualmente dispuso el fin del unicato sindical.
En base a ese principio, ahora trabajadores del subte porteño refuerzan su avanzada para tratar de organizar su propio gremio. Este episodio sin dudas encendió luces de alerta en el sindicalismo oficial, ya que podría tentar a trabajadores de otras actividades a emprender las acciones para patentar su propia organización.
En definitiva, hay aún muchos problemas y cuestiones por resolver en el mundo sindical, más allá de que algunos viajen en avión y otros en subte.
Luis Tarullo
tribuna de periodistas
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