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miércoles, 11 de febrero de 2009

DETERIORO AGROGANADERO


Autor: Matías Bíscaro
Los problemas del Gobierno nacional con el sector rural de la Argentina no se iniciaron en marzo de 2008. Vienen de antes. Esa fecha, únicamente, fue la que marcó el fin de un hartazgo que avisaba el sector por todos los medios a su alcance, aunque con el pasar del conflicto se renovaron discursos, asperezas, intrigas, índices, proyecciones, ocultamientos, obediencias y traiciones.
A casi un año del comienzo de una lucha abierta al resto de la sociedad, nos hemos propuesto analizar la situación actual del campo, pero tomando como referencia un distrito específico, para evitar la generalización del mismo.
El distrito elegido fue la localidad de Pellegrini, provincia de Buenos Aires. Las sociedades rurales de la misma se encuentra afiliadas a la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), una de las más combativas junto con las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), de la que forma parte, y la Federación Agraria (FA).
Carnes

En marzo del 2006, el kg. de novillo en Liniers se pagaba a $ 2,90, hoy se paga $ 2,80. Si hablamos de invernada, el kilo que se pagaba $ 3,05, pasó a pagarse 2,90. Estamos hablando de una disminución del 3 y el 5 por ciento respectivamente. Mientras tanto, un rollo de pastura (alfalfa), pasó de costar $90 a unos $ 150 por rollo, lo que representa un incremento del 67%.

Pero esto son algunos datos, si queremos ver algunos otros costos y sus movimientos entre 2006 y 2009, podemos ejemplificar con la dosis de aftosa que pasó de $ 0,97 a $ 1,80 (86%), o el rollo de 1000 metros de acero que costaba $ 230 y actualmente cuesta $ 440 (91%), o los fletes que por km, recorrido cobraban $ 2,20 y ahora no bajan de los $ 4,10 (86% de aumento). Ni hablar del gasoil (indispensable para prácticamente todos los tipos de motores que se puedan utilizar en las tareas agropecuarias), que pasó del $1,46 a los $ 2,60, registrando un incremento del 78%.

Si tomamos en cuenta estos costos y lo que se paga por kilo vivo, los números no cierran por ningún lado.
Pero además, causa desazón, el ver que el precio de la carne al consumidor no baja de los $ 10. Por ejemplo un kilo de pulpa común que en 2006 costaba 10 pesos, en 2009 no se vende por menos de $ 13 (30%), o el asado que de $ 10 pasó a $ 14 (40%), o el cuadril que de 11 pesos pasó a venderse a $ 16 (45%). Por lo visto el problema no está tranqueras adentro, evidentemente los “intermediarios” se llevan la mejor parte.

Ahora, independientemente de los costos y ¿beneficios? que se observan, analicemos la cuestión “carnes” desde el punto de vista de la existencia ganadera por campañas de vacunación que son dos al año.

En 2003, año en que Néstor Kirchner asume como Presidente, el promedio de animales vacunados en el distrito Pellegrini es de 172.741 cabezas; en el 2006 el promedio había descendido a 143.399 y en 2008 se registraron 112.830 cabezas vacunadas entre las dos campañas.

La disminución observada 2003/2009 fue de 67.577 animales, lo que representa 30.000 kilos menos de producción de carne por día, y si hacemos una proyección a otros sectores relacionados, implican 1.095 fletes menos por año; 135 puestos de trabajo menos de mensuales con familia que sostener o un 40% menos en contratación de servicios (veterinarios, molineros, alambradotes, contratistas de maquinarias, etc).

Este 40% de servicios menos representa, junto con los “chacareros”, casi un 90 por ciento de los ingresos y egresos que se producen en un distrito como Pellegrini. El resto son empleados públicos, maestros o comercios (que viven del campo y por el campo, claro está).

Cereales y retenciones

El distrito de Pellegrini tiene 177.000 hectáreas para trabajar su suelo, criar animales o producir leche.
Si tomamos el ejemplo del girasol, sobre una superficie sembrada de 26.000 has., el rinde promedio de los últimos cinco años fue de 1.800 Kg./ha., lo que representa un total de 46.800 toneladas. El girasol, a un precio FOB 2008/2009 de u$s 270 la tonelada, representa una producción de u$s 12.636.000, de los cuales, como retenciones, se abonan u$s 3.790.800.

En el caso de la soja (ese yuyo que tan a mal traer tiene a Cristina), con una superficie sembrada de 47.500 has, a 2100 kg/ha y un precio, digamos, de u$s 370 la tonelada, obtenemos un valor FOB de la producción de 36.907.500, lo que representa retenciones por 12.917.625 dólares.

El caso del maíz (17.000 has, con 5000 kg. de rinde y u$s 140/T) las retenciones son 2.380.000 y del Trigo (8.500 has, con 2000 kg. de rinde y u$s 150/T), serán de u$s 586.500.

El total de las retenciones del partido de Pellegrini, según la proyección de la cosecha 2008/2009, será de u$s 19.674.925. Pero hay que tomar en cuenta algo más, las retenciones se cobran sobre el bruto de la cosecha conseguida y no sobre el neto que le queda al productor luego de pagar los gastos y, si así fuera, el alquiler de la tierra.

Interesante número si se lo compara con el presupuesto anual del municipio, que entre recaudación local y coparticipación llega a juntar 10.000.000 pero de PESOS, es decir, no se acerca, siquiera, a los 3 millones de dólares/año, para manejar sus obligaciones.

Si calculamos que el costo de una casa de barrio (como las que suelen fabricarse por medio de los gobiernos), cuesta alrededor de $ 50.000 (claro que sin contar con los sobreprecios y coimas que se puedan sumar): ¿Cuántas casas podremos construir en Pellegrini con esos millones de retenciones? ¿Cuántas villas se podrán ir erradicando en la Argentina con ese dinero?

Con los números que presentamos, con estimado de 3,35 pesos por dólar, estamos hablando de 65.910.998 de pesos, lo que nos posibilitaría construir unas 1318 casas para cobijar a unas 5272 personas que hoy viven en barrios de emergencia o las llamadas “villas miserias”, pero es sólo un pensamiento en voz alta, claro.

Si necesitan otro ejemplo, equipar un aula de escuela para 25 alumnos, en la zona de Pellegrini costaría unos $ 5000 (pintura, pupitres, calefacción, ventilación, pizarrón, etc), es decir que se podría disponer de unas 13.780 aulas para albergar a 344500 alumnos. Casi nada.
Pero volviendo a lo nuestro. Con la sequía actual, sin estar Pellegrini en un estado sumamente desesperante, aunque tampoco lejos de ello, un hectárea puede llegar a rendir unos 2000 o 2300 kilos. La sequía, más los aumentos en los insumos y las bajas de los precios internacionales, llevan a que el costo de producir una hectárea en el distrito estudiado sea el equivalente a unos 2300 kilos de cereal producido.
Entonces ¿para qué gastarse?

En fin, detalles que nos habían quedado sin respuestas y que, ni el secretario Cheppi, ni el “ministro de Economía”, ni la presidenta Cristina pueden dejar de ver y evaluar a la hora de, graciosamente, anunciar medidas que no sirven de mucho.

Matiasbiscaro@newpolitic.com.ar

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