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jueves, 17 de junio de 2010

CONTRADICCIÓN PERMANENTE


El perjuicio de la contradicción permanente

Por Carlos Berro Madero

“Cuando contradecimos todo el tiempo la opinión de los otros a la vez que exponemos una idea, el tener que atender constantemente a dicha opinión ajena, perjudica la mayoría de las veces el aspecto natural de la nuestra, que parecerá más hiriente y quizá hasta un poco exagerada”
-Friedrich Nietszche



¡Qué bueno resultaría que los Kirchner comenzaran a comprender que HAY RAZONES DE LA REALIDAD QUE SON AVISOS PARA QUE DEJEN DE LADO LOS ARTIFICIOS DE UNA POLÉMICA PERMANENTE!

Su gobierno se ha construido sobre la réplica constante contra la opinión de quienes quieren “jaquear” sus “buenas intenciones” para procurarnos un brillante porvenir (¿).

Haber montado un circo romano presidido por apotegmas anticuados, mediante una actitud orgullosa, agresiva y plañidera por momentos, no les ha permitido sin embargo que el pueblo los haya elevado a la categoría de dioses del Olimpo adonde hubieran querido instalarse.

Con perseverancia casi enfermiza, han trazado los esbozos de un retrato para disimular su tiranía política –sustentada por un autoritarismo sin límites-, partiendo de datos aislados que fugaron la validez de una imagen completa. No han podido ser más injustos con la verdad y han demostrado no ser ni tan inteligentes, ni tan astutos como ellos creyeron al intentar la proyección de su propia epopeya.

Sus palabras vanidosas y altisonantes son el fruto de no querer -en ningún caso-, pasar por alto las oportunidades “inoportunas” de resaltar ideas que, como las suyas, pertenecen decididamente al pasado.

Hoy comienzan a comprobar que el tren de la vida tiene estaciones, pero no las repite. Al menos en los mismos lugares por donde ya se ha detenido. Esto los obliga a hacer un esfuerzo de imaginación que los ha dejado viviendo a la intemperie y con poco abrigo.

Y a nosotros “bien fregados”, como dicen lo españoles.

No les ha quedado pues más remedio que intentar una trama de instalación de diversas teorías que promueven a través de medios de comunicación adictos y encuestadores mercenarios. Están viviendo la hora de las caricias a los animales domésticos y los sombreritos adolescentes de Cristina y las invocaciones a la paz y el amor de Néstor, tratando de sorprender a los pocos desprevenidos que aún quedan sueltos.

El mundo de los políticos opositores parece haber despertado mientras tanto del mal sueño, -minimizando diferencias y matices-, y ha comenzado a unirse para reparar más temprano que tarde el ritmo de un reloj cuyas manecillas atrasan irremisiblemente. “Ponerlo en hora” será en algún momento responsabilidad de todos.

Ya vendrá el tiempo luego de juzgar a los responsables de esta Argentina inventada, donde hasta los que “saben” se mantuvieron cavilosos e inactivos hasta ahora inexplicablemente.

Falta un último esfuerzo para que podamos enterrar para siempre esta etapa donde el voluntarismo primitivo de estos trasnochados gobernantes ha querido prevalecer sobre las razones de un azar que ha terminado convirtiendo en cenizas su apuesta a acentuar el mundo de las contradicciones.

Como nada hacen pagar más caro los hombres que la humillación, es probable que asistamos muy pronto a nuevos accesos de ira y altanería de quienes no parecen ceder en sus intenciones de someternos a una foto, que ni con retoques resulta ya digerible para nadie.

Las “sensaciones” se han afirmado sobre la realidad negada, convirtiéndose en diversos flagelos que nos acechan diariamente.

¡Cuántas lágrimas nos costará -tarde o temprano-, esta fiesta de las estadísticas trucadas, los inocuos créditos “prometidos” usando los ahorros de los jubilados, los decodificadores gratis para TV, el orden social “cero”, la guerra al “yuyito”, la “inflaciónmanía” alimentada por un Banco Central obsecuente y las amistades internacionales impresentables!

¿Hay alguien que crea seriamente que todo esto puede sostenerse en el tiempo?

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