FONDOS DE LOS JUBILADOS
Jubilados: Cristina necesita sus fondos
Por Ricardo Lafferriere
Hace ya casi cuatro años, en oportunidad de sancionar la Corte su pronunciamiento conocido como “Caso Badaro 1”, desde esta columna expresábamos nuestra indignación ante la denegatoria de justicia que implicaba para un ciudadano que había estado nada menos que ONCE AÑOS tramitando un juicio de actualización de sus haberes jubilatorios congelados ilegalmente por la ANSES, encontrarse con que la Corte le daba la razón, pero en lugar de condenar al Estado a pagarle lo adeudado, le solicitaba al gobierno que hiciera lo posible por actualizar esos haberes.
Ese dislate fue corregido, un año después, por el “Caso Badaro 2”, así conocido porque ante la previsible indiferencia del gobierno por el pedido de la Corte, el tribunal no tuvo más remedio que dictar sentencia ordenando la actualización pedida por Badaro.
Luego llegó la inefable ley de movilidad previsional, también inconstitucional, pero que permite al gobierno demorar otros once años de nuevos juicios, más lo que demore en cumplirlos cuando salga la sentencia declarando esa inconstitucionalidad. Los jubilados actuales estarán muertos, vaya a saber quién estará en el gobierno, y qué habrá sido para esa época de la suerte de la Nación Argentina...
Los juicios, por supuesto, se siguen presentando. Hay en trámite más de 360.000, y se presentan a razón de 10.000 nuevos cada mes.
La deuda por atrasos ilegítimos en los haberes previsionales es calculada hoy en más de 21.000 millones de pesos, que en teoría la ANSES no debería tener dificultades en abonar, ya que según los datos oficiales cuenta con un fondo de reserva de más de Ciento Cincuenta mil millones de pesos. ¿Por qué, entonces, no lo hace?
La respuesta cierta es que porque ese fondo, en realidad, no existe. Está compuesto en su mayor parte por papeles del gobierno, con deudas a plazo, que se contabilizan como activos pero que son deudas a pagar en plazos futuros, posiblemente nunca.
La bicicleta de “renovación” permite mantener el engaño, en una rueda cuyo ejemplo hemos visto en los diarios del fin de semana, por los que nos anoticiamos que el Ministro Boudou anunció la ampliación de emisión de $600 millones de bonos con vencimiento en 2017, para destinar a... reemplazar títulos en poder del ANSES que vencen en estos días.
La Corte, por su parte, empieza a cansarse –al compás del desgaste del gobierno...-. La Jueza Cármen Argibay, integrante del alto tribunal, ha declarado ante la iniciativa de posibles cinco nuevos juzgados –con nuevos jueces, secretarios, oficinas, personal, servicios, etc- que la proliferación de juicios que ha llevado al colapso al fuero previsional se debe a que la ANSES paga mal y que la solución no es crear nuevos Juzgados, sino que la ANSES pague lo que debe.
La declaración simplemente toma nota de que los juicios son todos iguales, por los mismos fundamentos, las mismas defensas y las mismas sentencias, asemejándose a los viejos juicios por formularios del derecho romano clásico. No hay en ellos duda alguna sobre derechos inciertos, sino una actitud cínica del Estado que prefiere utilizar los recursos que la ley destina al funcionamiento del sistema previsional a otros fines, conocidos por todos: subsidiar empresarios amigos, financiar ocurrencias sin base legal, alinear dirigentes, lubricar el barril sin fondo de aventuras empresariales como Aerolíneas, conformar estructuras clientelistas de poder, pero no pagar a los jubilados lo que se les debe.
A los jubilados se los obliga a pleitear para cobrar sus monedas, lo que no se le pidió al Fondo Monetario al que se le pagó al contado y por adelantado, con dinero esta vez del Banco Central, dando el puntapié inicial para la renacida inflación que nos está carcomiendo.
Pero la presidenta, en lugar de pagar, ataca a la Corte. Contradicciones de este modelo “inclusivo”, que figura en el relato reiterado voz en cuello por ambos integrantes de la pareja presidencial pero cuya realidad está cada vez más alejada de la vida de los argentinos.
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