MUERTE SÚBITA

LAS NEGOCIACIONES PARA QUE LOS DISIDENTES PARTICIPEN DE LA INTERNA DEL PJ

Adelantamiento de elecciones y “muerte súbita”

Los operadores de Kirchner empiezan a mostrar las cartas.
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Por Carlos Tortora

La nueva obsesión de Néstor Kirchner es conseguir que el peronismo disidente acepte competir en la interna abierta del PJ, en lugar de vaciarlo llevándose los votos a la interna de un polo a crearse. Hay dirigentes kirchneristas que ya se preguntan qué pasará si el ex presidente logra su objetivo, porque podría ocurrir que, si consigue lo que quiere, pierda la interna. Pero la trama del suspenso oficial es sólida y nadie sabe cómo será el próximo capítulo. Por ahora, el megaoperador Juan Carlos Mazzón y el presidente de la Junta Electoral del PJ, el chaqueño Rafael González, conversan cada vez más con los delegados de Duhalde. Su discurso suena casi idílico: hay que unir al peronismo para derrotar al radicalismo, dicen. Hasta Hugo Moyano, no habituado a la cortesía política, acaba de declarar que sería muy positivo que los disidentes compitan dentro del PJ. La reacción K ante la formalización del espacio del Peronismo Federal es, entonces, de una estudiada amabilidad. Los Kirchner esta vez no se dejaron llevar por su habitual crispación y entendieron que atacar frontalmente al Peronismo Federal implicaría en realidad fortalecerlo y hasta hacerlo crecer. El camino elegido es, por el contrario, el diálogo, tal vez con la idea de encontrar el modo de conseguir que se fracture la unidad de los disidentes.



Mesa de negociaciones

A todo esto, la mesa de negociaciones está funcionando y algunas de las propuestas que empiezan a deslizar los delegados de Kirchner son reveladoras. Al gobierno le interesaría un consenso para adelantar las elecciones 60 días. Es decir, que haya internas abiertas exactamente dentro de un año y que las elecciones generales sean en agosto. La intención sería dificultar al máximo que los gobernadores peronistas le den la espalda al gobierno a último momento, despegando la fecha de las elecciones provinciales de las nacionales y dejándolo a Kirchner huérfano de apoyo. Cuanto antes sean las elecciones, más difícil les resultaría a los gobernadores despegar las fechas. Si la fecha es en agosto, por ejemplo, los que quieran adelantarse deberían fijar sus comicios provinciales para antes de la campaña nacional, esto es, por lo menos abril o mayo. De hacerlo así, deberían soportar luego la implacable venganza de Olivos durante más de seis meses hasta el 10 de diciembre, porque los Kirchner no perdonarán a los que abandonen el barco.



Muerte súbita

El plan antifuga de los Kirchner necesita de mayoría en las dos cámaras del Congreso, esto es, el apoyo del Peronismo Federal o de la UCR. Posiblemente a cambio de esto, el kirchnerismo estaría dispuesto a remover uno de los principales obstáculos para que los disidentes participen de la interna del PJ. Tanto Eduardo Duhalde como Felipe Solá -entre otros-, rechazan entrar en la interna pejotista, porque se verían obligados a ir a la elección general compartiendo probablemente listas -por mayoría o minoría- con personajes como Luis D’Elía, Emilio Pérsico, Milagro Sala u otras figuras de izquierda que Kirchner decida incluir en las candidaturas del Frente para la Victoria. Con el actual sistema de mayoría y minoría, podrían terminar en la misma boleta, por ejemplo, De Narváez, Carlos Kunkel y Diana Conti.

La oferta que estaría planteando el kirchnerismo sería modificar la carta orgánica del PJ, eliminando la participación de la minoría en las candidaturas. Hoy, con el 25% de los votos, la minoría tiene acceso a igual porcentaje en las listas. Con la nueva propuesta, la interna abierta sería a todo o nada. El que gane, aunque sea por un voto, se quedaría con todas las candidaturas y el perdedor se convertiría en un simple espectador. Algunos conocedores de la oferta ya la bautizaron ingeniosamente como “muerte súbita”.