DESAGRAVIO
DESAGRAVIO AL COMISARIO GENERAL D. JUAN ANGEL PIRKER.
¡Jamás imaginé que en lo que se supone la distinción que largamente merecía, tendría que expresar mi desagravio a la figura del Comisario General D. Juan Ángel Pirker, a mi modesto entender, el mejor Jefe en la historia de la Institución Policía Federal Argentina!. Y el desagravio tiene que ver únicamente conque esa distinción se la conceda Ud., señora Nilda Garré, empeñada en el aniquilamiento total y definitivo de la misma.
Conocí personalmente y tuve trato con Juan Ángel Pirker. Algún que otro día domingo, le visité en el Departamento Central de Policía. ¡También dedicaba su vida, los días domingos, a esa Policía con la que tanto había soñado. Por primera vez, se había conseguido establecer una verdadera comunión entre los Federales y la sociedad. Y tengo muy tristemente presente el día de sus funerales. A la vera del cortejo fúnebre que trasladaba sus restos al Cementerio de la Chacarita, la gente, el pueblo, se apiñaba para despedirle, agitando pañuelos blancos y arrojando flores. ¡Así como lo lee!. ¡La gente llorando la muerte de un Jefe de Policía, en lo que parecía la secuencia de una película de ciencia ficción!.
Tengo además muy presente, ese día que ofreció una entrevista por televisión a un prestigioso e igualmente ya fallecido periodista. Del otro lado de la pantalla, seguía la nota, acompañado de un entrañable amigo de la infancia. Fue entonces que él me preguntó…”- decime flaco; es acaso éste tipo tan excelente ser humano como se le ve”. ¡No le repliqué, sin elaborar la respuesta!...”-¡ya me parecía; estaba a punto de suponer que se trataba de un extraterrestre!”, me dijo mi amigo, sin darme tiempo a concluir la respuesta. ¡Juan Ángel Pirker, es mejor ser humano de lo que se le ve o supone…no tengas la menor duda!. Se quedó mirándome, con su boca entreabierta, y sin atinar a hacer otro comentario. Sabía, y perfectamente, que no le estaba mintiendo ni exagerando su condición. Terminamos de ver y escuchar la nota en silencio. Al despedirnos, mi amigo preguntó: -“tendré acaso la posibilidad de estrecharle la mano alguna vez”. Al día siguiente, junto a Don Juan Ángel Pirker, los tres apurábamos un café en el interior de un boliche ubicado próximo al barrio de Mataderos. Pirker era vecino de ese barrio; no tenía custodia personal, y se comportaba como un parroquiano más; vivía muy austeramente en su casita de siempre, esa que heredara de sus viejos.
Tuve la dicha de contar con su estima, su afecto. Dios me concedió la posibilidad de conocer a uno de los hombres más íntegros, a una edad todavía temprana de mi vida. Le recuerdo, porque quizá Ud. suponga que le estoy hablando de principios del siglo XX, que Don Juan Ángel Pirker fue Jefe de la Policía Federal, durante la gestión de Gobierno de Raúl Alfonsín, y en cuyo transcurso la actividad policial estuvo muy lejos de ser una panacea.
El día 13 de Febrero del año 1989, el Comisario General D. Juan Ángel Pirker, encontrándose en el interior de su despacho del Departamento Central de Policía, fallece como consecuencia de un severo ataque de asma que su corazón ya no pudo resistir.
Ricardo Jorge Pareja
parejaricardo@hotmail.com
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