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domingo, 10 de agosto de 2008

EL DEFOLTEADOR

-"Defolteador serial" es el nuevo nombre de la Argentina de los Kirchner
Por Ernesto Poblet
www.notiar.com.ar


Ya ni siquiera se habla de la Argentina en el mundo. Si alguna vez se menciona el país en el plano internacional es sólo para referirse despectivamente a su situación de descarado mal pagador. En la propia región latinoamericana hemos sido desplazados a simple comparsa del histriónico Hugo Chávez en su torpe papel de travieso Bonaparte de bolsillo.




Forman los Kirchner la camarilla entusiasta de los temulentos estatizadores del Cono Sur. Con Venezuela, Bolivia y Ecuador se han juntado en una política casi idéntica en la depredación de empresas y fuentes de producción. Los conflictos de los cuatro países son similares. Los oficialismos permanecen peleados con el grueso del pueblo y las instituciones.
La libertad de expresión en jaque, los medios y los periodistas insultados y amenazados, los jueces aterrorizados, los parlamentos esmerilados y sin protagonismos. Gobernadores y legisladores cooptados para un servilismo bochornoso, en los cuatro países cualquier muestra de criterios independientes basta para afrentarlos con acusaciones de golpismo, oligarquía y demás epítetos rescatados de la guerra fría anterior al Muro de Berlín. Las iglesias en un incómodo estado de alerta.

La inflación -por más que se la intente esconder- persiste agazapada y fantasmal para dar la sorpresa en cualquier momento. Aunque estos déspotas manifiesten no creer en ella, en el fondo saben que existe.

La fuga de capitales es una realidad dura de aceptar en estos elencos estables del subsdesarrollo. Los Kirchner por su parte no quieren darse por enterados. Lo mismo hacen Chávez, Correa y Evo Morales, sumergidos cada uno en sus indecorosos conflictos institucionales.

Los datos de Miguel Angel Broda son alarmantes, en los recientes dos últimos semestres se fugaron de la Argentina la suma de 19.902 millones de dólares. Gran parte de esta brutal distorsión se debe a la jugarreta irresponsable contra el campo manipulada por el matrimonio gobernante, escandalosamente ejecutada por las temeridades desembozadas de Guillermo Moreno.

El apabullante tifón de subsidios sumados a los demás componentes del abusador gasto público y las obligaciones financieras que se le vienen encima al escuálido estado argentino, justifican el riesgo país alcanzado y la deteriorada calificación de la deuda soberana de nosotros los argentinos, representados por el matrimonio discursiador de todos los días.

EL CONGO LOS KIRCHNER Y LOS BUITRES

Denis Sassou se llama el presidente congoleño. Había declarado el alegre default de su nación. No dejaba de insultar a sus acreedores dispersos por el mundo y por supuesto a cuanto opositor lo criticara.

Soberbio e insolente enfureció al enterarse de la demanda de una firma Elliot Asociates que había comprado por chirolas los bonos del Congo. La iracundia del gobernante africano llegó a fuertes calificativos “Malditos fondos buitres” “Serpientes del Océano” “Gánsteres matones que se esconden en las Islas Caimán” “Roban a los pobres” “Serviles del Imperio” etc.

La investigación de los sabuesos perseguidores llegó a detectar gastos fastuosos, exageradísimos, de sus familiares entre las firmas Louis Vitton, Christian Lacroix y otras del mismo nivel, comitivas del presidente por cifras escalofriantes en las más lujosas capitales europeas, incluídas habitaciones de 8.500 dólares por día al contado.

Otro de los blancos de las investigaciones se dirigieron a descubrir los negociados brutales de la empresa petrolera estatal congoleña, símil de la Enarsa de Argentina, esta última célebre más por la valija de Antonini Wilson que por “efectividades conducentes…”

Es notable como estos déspotas reaccionan ante las publicaciones de escándalos en los cuales se acusan a sus “instrumentos de maniobras non sanctas” antes que los desaguisados de sus propios familiares. Deben pensar en la inimputabilidad de sus correctos familiares. El “rígido” presidente accedió a pagar las deudas ¿del país…? a cambio del retiro de los cargos de mafia y corrupción contra sus funcionarios y banqueros amigos.

Lo interesante de este episodio congoleño es que los “fondos buitres” y sus organizaciones investigadoras han decidido adiestrar sus Sherlock Homes para olfatear los hold outs y demás acreedores del mundo, ferozmente maltratados por Néstor Kirchner en el discurso de Dubai y en los cientos de atriles vociferados por sus cancheras monsergas. El paso siguiente de los persistentes “carroñeros” será perseguir sin prisa y sin pausa al estado argentino.

Coméntanse en corrillos internacionales los dos cuestionables “negocios” del país en el área del transporte. La estatización de Aerolíneas Argentinas y la célebre “licitación” del Tren Bala con la firma Alstom de Francia. En ambos casos habrá una movida de caudales muy apetecible para las fauces de los llamados “fondos buitres” como eufemísticamente los llamaba el ahora enternecido presidente del Congo.

Por el Tren Bala piensa el estado argentino pagar de inmediato –por intermedio de bancos franceses- un adelanto entre los 600 a 900 millones de dólares, de cuyo proceso financiero deslizan las malas lenguas la existencia de ciertos anticipos no del todo límpidos. En el caso de Aerolíneas han dicho los funcionarios que el estado no desembolzará ninguna suma, tampoco para el Tren Bala según Crisitna, pero nadie lo cree. De cualquier modo los buitres ya estarán al acecho.

MARCOS E IMELDA NO FUERON HANSEL Y GRETEL

Había una vez un pintoresco matrimonio que gobernó durante veintiún años la nación filipina. En 1965 asumió el poder don Ferdinand Marcos haciéndole creer al desprevenido pueblo las falacias de sus heroicas hazañas durante la segunda guerra. Empezó el gobierno con legitimidad pero fue maniobrando hasta obtener poderes extraordinarios con increíble astucia. Llegó a acumular todas las potestades del Estado. Logró transformar el parlamento en una oficina notarial refrendataria. La Justicia se prosternó sumisa a la voluntad del jefe absoluto.

Don Ferdinand se había casado con la bella Imelda en 1954, quien de modelo publicitaria saltó a ministra y Gobernadora de Manila la señora. Se distinguió como hábil consejera de su marido dictador todo-terreno. Se hacía llamar “Madre de la Nación” doña Imelda mientras soñaba consagrarse reina. Famosa por su ansiedad compulsiva de comprar ropas, zapatos, joyas, edificios, empresas, pueblos y diputados, doña Imelda.

En 1986 cae derrotada en elecciones aquella pareja imperial. Corazón Aquino, la viuda de quien fuera víctima mortal de la dictadura marquista fue la protagonista del cambio. Y qué cambio ¡ésos eran cambios y no los gatopardismos que nos prometen acá…!

Durante el exilio de ambos en Hawai se descubren las farsas del heroísmo bélico del tartufo dictador y las cuentas en Suiza repletas de dólares. Aparecieron por fin los 684 millones de dólares que se habían llevado secretamente del tesoro de las Islas Filipinas al banco suizo. Menos mal para los maltrechos filipinos, en pocos años los dólares esquilmados se lograron reintegrar a la sufrida república del archipiélago. La historia generalmente deja huellas esperanzadoras para nuestros países emergentes.

Cuando el dictador Marcos detentaba el poder resultaba imposible hablar en Filipinas de los millones escabullidos hacia las cuentas suizas. Siempre la pareja negaba esos hechos con aire de estudiada indignación. O despachaban muy sueltos de cuerpo que los habían destinados a “obras públicas” sin admitir más preguntas. “Gobernó” el astuto Marcos entre lujos y despilfarros, corrupción, economía inflamada pero disfrazada con hábil propaganda, brecha oculta agigantada entre ricos y pobres, pobreza siniestramente simulada con cifras falsas, violencia, piquetes manipulados y guerrilla soliviantada.

Es hoy una octogenaria sobreviviente en la ciudad de Manila la señora Imelda. Desde la muerte de su marido intentó varias veces incursionar en candidaturas pero nunca lo logró. Una soberbia insufrible la acompañó en sus años de hegemonismo y el pueblo filipino no lo olvidó, peor, la ignora y resulta indiferente su presencia en las calles.

Los argentinos somos conscientes de algo fatal. El matrimonio presidencial afirma haber traído al país los fondos desaparecidos de la provincia de Santa Cruz. Pero no le creemos. Nos duelen profundamente los diagnósticos de las calificadoras de riesgo y el prestigioso analista internacional que nos registró como “defolteadores seriales…”.

El autor es abogado, periodista y ensayista.

E. Mail: epoblet@fibertel.com.ar

Gentileza en exclusiva para NOTIAR

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