PARALELISMO
-Paralelismo entre Collor de Mello y Kirchner
Por Ernesto Poblet
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Fernando Collor de Mello accedió a la presidencia del Brasil en forma vertiginosa. Pocos años antes ejercía la gobernación de Alagoas, su pequeña y alejada provincia natal. Hombre joven, acaudalado, ambicioso. Saltó a la fama y a la primera magistratura de su país al culminar el mandato de José Sarney a principios de 1990.
Aprovechó el momento indicado para la tarea de "construir poder" a través de un cuasi imperio de la comunicación. Periódicos, radios, canales televisivos -de su propiedad y de "amigos"- le habían deparado una buena usina de propaganda en su patria chica, fácilmente proyectada después al resto del inmenso Brasil. De golpe la región latinoamericana empezó a observar con curiosidad este joven deportista, rodeado de un clan poderoso y al mismo tiempo escasamente numeroso.
En una primera ronda electoral para la presidencia alcanza un 28 % de los votos, suficiente para impedir la llegada de un político reconocido y con chances de acceder a la primera magistratura por las clásicas alianzas de la sociedad brasileña. La segunda vuelta le permitió consolidar un rotundo triunfo en las urnas.
Fue suficiente para encarar una tarea de gobierno llena de bríos y objetivos pomposamente enunciados. Un empedernido entorno de siete co-provincianos del Estado de Alagoas compartían el sólido poder del presidente. Se destacaba ahí su brazo derecho, Paulo Farías, íntimo amigo y allegado a la familia paterna de los Collor. Farías y el entorno manipulaban todos los asuntos "delicados y jugosos" de la gran República Federativa. El dinamismo de Collor era incansable lo mismo que su exhibición mediática y sus constantes discursos soberbios.
Promediando los dos primeros años de gobierno súbitamente comenzó un desgaste de la popularidad del presidente y el régimen. En medio de rumores y revuelos se corría la voz de ciertos negocios ilícitos por parte de los alagoanos, considerados verdaderos testaferros del jefe máximo, aunque la titularidad del clan era adjudicada siempre al poderoso Paulo Farías, lo cual en cierto modo atenuaba en algo la imagen de la suprema investidura.
Casi en simultáneo estalló un escándalo por presiones al parecer non santas de Farías contra el Presidente de Petrobras y conmovieron las insólitas denuncias de Pedro Collor de Mello, hermano menor del mandatario y enfermo de rencor contra éste por una presunta seducción ejercida sobre su bella esposa. Pedro prendió el tradicional ventilador.
El listado de denuncias contenía una red de tráfico de prebendas, contratos ilícitos, desvíos de fondos manipulados por el todo-terreno Paulo Farías. Enriquecimiento ostentoso de amigos y colaboradores del círculo de Alagoas quienes habían sido colocados en lugares claves del gobierno.
La repercusión mayor de los escándalos entre la opinión pública recayó en los manejos de Paulo Farías en su carácter de administrador de los fondos públicos y privados para las campañas electorales oficialistas. De todos los bullicios el que más repercutía era este último.
Capítulo aparte merece la situación de la primera dama, joven segunda esposa de Fernando Collor. La señora Rosane Malta fue acusada de apropiarse de fondos públicos de la Legión Brasileña de Asistencia, un organismo del estilo del Pami argentino. Desde luego esto afectó severamente al matrimonio y la investidura presidencial.
La prensa recogía con naturalidad las noticias acerca de la multiplicación asombrosa del patrimonio de los Collor a través de los negocios que gerenteaba para el Estado el ajetreado Paulo Farías. Salieron a relucir las fastuosas reformas en la Casa de Dinda , una quinta privada del presidente en Brasilia cuyos costos fueron cinco veces superiores a los normales. El presidente empeoró la situación alegando la obtención de un préstamo personal en un banco de la República Oriental del Uruguay.
La Cámara de Diputados abrió una investigación y confirmó las irregularidades e ilegalidades de Paulo Farías y el entorno alagoano. Se probaron sobornos a empresarios por favores políticos, depósitos de sumas enormes de dinero negro a nombre de empresas ficticias en paraísos fiscales y transferencias regulares a las cuentas bancarias de testaferros y amigos del poder.
En las calles se generó un movimiento permanente de repudio popular muy semejante al operado por nuestros cacerolazos. Grandes movilizaciones exigían la inmediata renuncia del presidente. Collor respondía con discursos encendidos de soberbia. Decidió convocar la simpatía de los brasileños y no tuvo mayor éxito. Intentó organizar actos políticos de apoyo pagando tamboriles claque y fracasaba rotundamente.
Mientras tanto la inflación crecía al 991 % en agosto de 1992. A los pocos días la Comisión de Investigación de Diputados concluyó acusando al Presidente con pruebas indiciarias de delitos suficientes para procesarlo. El 29 de septiembre la Cámara de Diputados resolvió separarlo temporalmente del cargo por 441 votos contra 38 en contra y 23 ausentes. Posteriormente el Senado instauró el "impeachment" por el cual se procedió al enjuiciamiento y destitución del presidente. La Cámara Alta se constituía en Tribunal.
De esta manera el Poder Legislativo del Brasil consolidó la democracia por los cauces constitucionales sin emplear violencia alguna. Habiendo un vicepresidente -en este caso Itamar Franco- no fue menester acudir a las caóticas asambleas legislativas. En la historia del Brasil los vicepresidentes no han dado muestras de reiteradas irresponsabilidades e inútiles renuncias infantiles.
RAZÓN DE LAS COMPARACIONES ENTRE COLLOR Y KIRCHNER
Están ocurriendo acontecimientos muy graves en la Argentina y lo único que nos queda por hacer -a los ciudadanos cuyas armas son el pacífico voto cada dos años- sería renovar profundamente las gastadas bancas del parlamento. Sin embargo, la historia de Collor de Mello nos alecciona en la conducta a seguir. Cuando la corrupción es flagrante, evidente y admitida; la gente debe salir a las calles a manifestarse en paz como viene ocurriendo con los reclamos agro-federalistas.
El triple crimen de General Rodríguez ha descubierto la conexión entre el recaudador de los fondos para la campaña presidencial de Cristina, las droguerías y el narcotráfico. El propio Héctor Capacciolli -Superintendente de Servicios de Salud- ha reconocido haber recibido el cheque de la empresa Seacamp firmado por el propio Forza, víctima del horrendo crimen de la mafia.
Desde ese momento se descubrió un detalle hasta entonces inadvertido, casi todas las droguerías asistieron lasta el máximo de la generosidad a la campaña de la señora Presidenta.
El propio Cappacciolli recibía los cheques en su carácter de dirigente político del Frente para la Victoria y a su vez otorgaba los suculentos subsidios para las droguerías esta vez en su rol de funcionario público.
Tan increíble circunstancia -ilícita y falta de ética a todas luces- ha permitido exclamar al diario La Nación por vía editorial: "La corrupción, en un régimen de esta naturaleza, no parece ser un accidente sino un objetivo".
No vemos fiscales ni jueces conmoverse cuando las ilicitudes manifiestas se ventilan en el seno del poder. La gente también parece aturdida por la violencia y la inseguridad en las calles y puertas adentro de sus casas. En el Brasil nunca se ha reglamentado un órgano máximo de los jueces para mantenerlos aterrorizados y dominados.
Cabe la comparación con los sucesos del Brasil de 1990/92. Las denuncias contra Collor de Mellor fueron susceptibles de una necesaria investigación y comprobación. Los fondos para la campaña de los Kirchner ni siquiera corresponden ser comprobados. Gozan de una intemperie bucólica como quien admira una puesta de sol. Se pueden contemplar con nitidez a través de videos, viajes, aviones y aduanas. La valija de Antonini Wilson se descubrió sola y quedó evidenciada en el Aeroparque Jorge Newbery , en Miami, en los chips efebeínos del grupo bolivariano-chavista y en las computadoras del jefe de las Farc.
Las valijas de Soutern Wind aparecieron cargadas de cocaína bailando la Danza Ritual del Fuego en las cintas transportadoras del aeropuerto Barajas sin que Jaime se ruborice. Los sobreprecios de Skanzka fueron rechazados por el gobierno con el insólito argumento "es un negocio entre privados…" con lo cual se deja todo librado a la larga siesta de los expedientes judiciales esperando la prescripción. Sobre el Tren Bala parece librarse pronto el primer anticipo a la cuestionada empresa francesa tras una extraña "licitación" de un oferente amigo. Y sigue la famosa calesita que tanto cita Jorge Asís.
En lo que respecta al funcionario Cappacciolli debemos reconocer rompió para siempre un aserto divertido y aceptado urbi et orbi desde la época del Emperador Vespasiano: "Jamás se da recibo por una coima…".
Si seguimos así, tan innovadores los argentinos que logramos convertir en retroactiva a la ley penal, el día de mañana podríamos consagrar al acto ilícito en su calidad de solemne, registrable, obligatorio y volcado en escritura pública. Como bien decía un conocido australiano: "el homosexualismo en Inglaterra antes era prohibido, perseguido y castigado, después pasó a ser tolerado, ahora es admitido y protegido, pero yo me vuelvo a Australia pues me dijeron que lo están por hacer obligatorio…".
El autor es abogado, periodista y ensayista histórico.
epoblet@fibertel.com.ar
Gentileza en exclusiva para NOTIAR
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