PUEDEN SALVARNOS DE LOS TIRANOS
MIENTRAS ALFONSÍN Y DUHALDE SE APROXIMAN
Sectores del establishment exploran una fórmula UCR-Peronismo Federal
Por Guillermo Cherashny para el Informador Público
En la comunidad de negocios no quieren saber nada con el continuismo kirchnerista y ven con poco entusiasmo el panorama electoral de la oposición. Advierten también que -por ejemplo con el creciente desborde del poder sindical- el Acuerdo Cívico y Social tendrá dificultad para gobernar. Sí hay complacencia en el establishment por el acercamiento progresivo entre Eduardo Duhalde y Ricardo Alfonsín -a través, entre otros, de Rodolfo Terragno- para ponerse de acuerdo en un programa común de 10 puntos que permita dar vuelta la página de la noche kirchnerista.
Planteos audaces
Pero un sector del establishment -particularmente de AEA- sería aún más atrevido y plantearía una fórmula acordada entre el Acuerdo Cívico y Social y el Peronismo Federal al estilo de la concertación chilena que gobernó durante varios períodos en el país trasandino hasta el triunfo de Sebastián Piñera. La razón de una iniciativa de este tipo es el temor -fundado- a la dispersión que se produciría en el voto opositor, ya que el arco opositor iría a las urnas dividido en cuatro sectores, a saber: el Acuerdo Cívico y Social, la Coalición Cívica, el Peronismo Federal y el PRO. Una idea que ahora se analiza, por lo menos como especulación, sería la fórmula Duhalde-Alfonsín, aunque algunos hablan también de Alfonsín-Duhalde. La propuesta llegaría incluso al compromiso de que, en el siguiente período, la fórmula sería a la inversa de la del 2011. Es decir, por ejemplo, un peronista federal y un radical. En este esquema, la fórmula para la gobernación bien podría ser De Narváez-Stolbizer y el jefe de gabinete Ernesto Sanz. Para un cargo clave como es el Ministerio de Trabajo se habla de Graciela Camaño, con el fin de desmontar el aparato sindical de Hugo Moyano y sus seguidores.
Los marginados
Al margen de esta fórmula quedarían la CC de Elisa Carrió y el PRO con Mauricio Macri, que desde la oposición podrían tener acuerdos con la coalición gobernante. De avanzar un proyecto de estas características, quedaría reducido al mínimo el Frente para la Victoria y habría serias posibilidades de un Nuremberg de la corrupción kirchnerista.
Una alianza entre el Peronismo Federal y el ACyS podría obtener más del 40% o pasar el 45%, dejando al Frente para la Victoria con menos del 30%. Así ganaría en la primera vuelta. Le tocaría destapar la caja de Pandora que los kirchner dejaron debajo la alfombra. O sea, el dólar atrasado, la inflación, la manipulación del INDEC, los subsidios y el congelamiento de las tarifas. Con los 30.000 millones de dólares que entran anualmente del complejo agro-industrial y un gobierno con amplio respaldo de empresarios, productores agropecuarios y una CGT moderada, se podría encarrilar a la Argentina en un proceso de plena calidad institucional.
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