CITA CON EL DESTINO

Eva Duarte fue una mujer especial. Era devota de la nocturnidad. Salía regularmente con un pequeño séquito de colaboradores. Uno de ellos era el Canciller Hipólito Jesús Paz, hijo del "Fiero", gran penalista. En una de esas veladas, en el Tabaris, un cabaret ya desaparecido, Evita le confió a su Ministro de Relaciónes Exteriores: Usted y Yo nos parecemos mucho, nos gusta la noche, el tango. Somos "dos grasitas". Sin duda una personalidad. A veces pienso que hay ciertos paralelos entre Ella y esta Kretina. Esa fruición por los lujos y el vestuario. Tienen algo en común: El resentimiento. Uno de los elementos indispensables en la política, para elevarse a las primeras gradas. Pero la Duarte, con sus más y con sus menos, nunca avegonzó a su marido con infidelidades, como es el caso de esta toloseña, que recorrió la intimidad de las alcobas de muchos colegas legisladores. Tenía otra estirpe. Era una oradora natural, punzante. Pero más auténtica. Odiaba a la aristocracia, sin ambages. A las viejas oligarcas de la Sociedad de Beneficencia, que le denegaron su ingreso. Ésta, en cambio, es como dicen los adolescentes: "un cachivache".. Disfruta de la compañía de gente que nada tiene que ver con las consignas justicialistas. Frecuenta a empresarios. Viaja al exterior y es socia participativa con ellos. Se ha insertado en ese cenáculo en el que se encuentra muy cómoda. El mundo es diferente ahora, que por aquéllos años. La Eva catapultó a Perón, junto a Cipriano Reyes aquél fatídico 17 de octubre. Ésta es inocua. La Duarte dió hasta la última gota de su sangre por su esposo. Como recompensa, Él la despreciaba. Cuando el cáncer la estaba consumiendo por horas, ni se le acercaba. Les decía a sus colaboradores, que su hedor lo maldisponía. Era un canalla. Así me lo contó en su ancianidad el Dr. Ivanisevich, que era el informante de la evolución de la enfermedad de esa pobre mujer. Los homenajes y las lágrimas de aquél crápula, siempre fueron para la Tribuna. Nunca sinceras. Hoy los actores han cambiado. La división de esta Patria no existe. Hay dos facciones: La claque del oficialismo, rentada y armada pero desmotivada. Y en el otro Bando estamos Todos Nosotros. Los Productores Agropecuarios y quienes sin serlo apoyan nuestras mociones, esto es, los comerciantes, los profesionales y los vecinos de todas y cada una de las ciudades del Interior, que tienen idéntico derecho. Ésto no debe tener connotaciónes sectoriales. Somos una Voz. Un solo Principio. Un objetivo común. El próximo martes marcharemos hacia el Monumento a los Españoles. Pero ese cónclave no debe ser estanco, como el de Rosario. Algo simbólico y recreativo. Tampoco como dice esta señora Carrió: Una Fiesta. No hay nada para festejar.. Debe ser adusta. Concreta. No será el punto de reunión. Será el del encuentro. De allí nos debemos encolumnar Todos hacia el Congreso. Uno debe estar en la inmediatéz del lugar dónde se dirime su Destino. Néstor pretende extendernos a Todos los Argentinos una partida de manumición. Pretende incluso, otorgarnos otra de defunción. La votación será reñida. Los aprietes serán más severos con los Senadores diletantes. Si en las afueras del Parlamento, mientras esa coacción se ejecuta, se escuharan los cánticos de las patotas del gobierno, la presión sobre los indecisos será más fácil. Más imperceptible. Si, por el contrario, una masa humana rodeara el Capitolio, con consignas en defensa de la Libertad, el resultado de la votación se revertrá. Que los Buzzi no nos circunscriban el escenario. Tiene planes consensuados con Alberto Fernández y con Parrrilli, para que todo concluya frente al zoológico. Hagámosle saber que ese será su próximo domicilio, si pretende desbartar nuestra Marcha. Recuerden Amigos, el Martes tenemos Una Cita muy especial. Será con el Destino. Cordialmente Lucio Catano (h).-