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sábado, 5 de julio de 2008

DESEKILIBRADO

Una incitacion irresponsable y criminal

Frecuentemente en diversos articulos y notas que circulan en los medios se habla del desequilibrio mental que sufre el presidente Kirchner.

Por el Dr. Alfredo Raul Weinstabl

No escapa a la comprensión de nadie, el grave riesgo que significa tener una persona descontrolada y sin la cordura necesaria conduciendo un país. Un país que afronta por otra parte, gravísimos problemas inmediatos y potenciales generados por decisiones y medidas erróneas, corruptas o equivocadas en los cinco años de su gobierno.

Pocas veces en nuestra historia un gobernante generó tanto rechazo y odio como este extraño personaje.

No hay sector del quehacer nacional con el cual no haya confrontado, utilizando métodos totalmente reñidos con una convivencia medianamente aceptable en una sociedad civilizada. Su procedimiento en la solución de controversias o conflictos siempre consistió en agravios, vejaciones públicas, humillaciones, descalificaciones, injurias y amenazas.

Todo lo contrario de lo que indica el sentido común. Equilibro, mesura, tolerancia, persuasión, diálogo, consenso. Descomprimir el conflicto, ponerle paños fríos, calmar los ánimos, buscar coincidencias, evitar la escalada y sobre todo, alejar a toda costa la posibilidad de violencia.

Y este punto es el que queremos remarcar especialmente. Kirchner está sosteniendo y alimentando personalmente la violencia. Desde la violencia verbal, presente en todos sus discursos, hasta la creación de situaciones que ponen a los argentinos en posturas límites en el cual la separación de la paz y de la violencia depende de un delgado hilo que puede ser roto o romperse con extrema facilidad.

Como un simple ejemplo la instalación de las enormes carpas frente el Congreso Nacional y los actos, concentraciones y movilizaciones con claros fines confrontativos con aquellos que no coinciden con su postura política.

Pero en el discurso pronunciado durante un acto en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), el presidente fue demasiado lejos, cruzando largamente la línea de la prudencia que debe mantener cualquier dirigente del nivel que sea.

En ese discurso insistió en que “...los ruralistas intentaron un golpe de Estado, quisieron echar a Cristina de la Casa Rosada...” “... por lo que les pido a nuestra gente que no se queden quietos...”, “son “golpistas”, “...a Cristina no le van a doblar las rodillas” y particularmente esta frase de extrema y peligrosa incitación a la violencia popular: “Pido a nuestra gente que salga a la calle para defender a la Presidenta.”

Esta última frase en particular, constituye indudablemente una irresponsable y criminal incitación a la violencia popular, absolutamente intolerable en un dirigente, más aun cuando el que la pronuncia fue, o es el que dirige los destinos de nuestra Patria y su futuro.

No pueden quedar dudas que la paranoia (ref.1) que sufre Kirchner constituye una gravísima patología mental y psíquica que lo inhabilita totalmente para cualquier cargo público.

Indudablemente Kirchner no está en su sano juicio y en consecuencia sus actos son incongruentes, peligrosos e irracionales.

No obstante otra frase pronunciada en el discurso de referencia llama poderosamente la atención: “¿Con qué vamos a pagar las obligaciones externas los argentinos, si el Gobierno suspende la resolución 125 cómo exigen el agro y la oposición.”

Aparece por primera vez la urgente necesidad de fondos para afrontar los gastos del Estado. Es una teoría que ya habían esbozado varios analistas políticos.

¿No será que efectivamente nuestra economía anda tan mal que Kirchner busca un autogolpe para sustraerse a las consecuencias de lo que de otra manera debería afrontar? ¿O está ocultando algún acto de corrupción mayúsculo como también sostuvieron algunos medios?

Nada es creíble en la gestión de los Kirchner. Nada es transparente. Todo es posible en este feudo personal.

Su patología puede llevar a la Argentina a una situación inédita en nuestro país e inclusive en el mundo.

Solo roguemos que nos percatemos a tiempo de la gravedad de la situación y se evite la confrontación violenta de argentinos contra argentinos a la cual este demente nos está llevando cada vez más rápidamente.

Dr. Alfredo Raúl Weinstabl

NOTAS:
(1) La paranoia es un término psiquiátrico que describe un estado de salud mental caracterizado por la presencia de delirios autorreferentes. Se le denomina también como trastornos de ideas delirantes, ya que el paciente sufre delirios (percepciones y creencias sistemáticas y erróneas, desconectadas de la realidad y resistentes al cambio) de los cuales los más comunes y más conocidos son los de persecución y de grandeza. Estos trastornos se presentan mayormente en individuos de personalidad orgullosa, ególatra y desconfiada, a quien su estado de inseguridad los lleva a desarrollar conductas autosuficientes y de control hacia el entorno que los rodea. Elaborando complejos esquemas mentales acerca de imaginarios complots en su contra, tienden hacia la agresividad (verbal o física) hacia su entorno.
Entre algunas de sus características figura una elevada susceptibilidad hacia las manifestaciones que pueda recibir del resto de las personas. Gestos, palabras, expresiones pueden ser considerados de doble sentido, o con motivaciones ocultas, o traducirlos en signos de hostilidad hacia él.
En general, la personalidad paranoide es fruto de la conjugación de circunstancias de la vida, en donde personas que se han visto expuestas a situaciones altamente frustrantes terminan por desarrollar un exagerado narcisismo para compensar su baja autoestima. Esto provoca que se dispare en los mismos el mecanismo natural de proyección, en virtud del cual se tiende a atribuir a otros aquellos impulsos, fantasías, frustraciones y tensiones que nos resultan inexplicables, inaceptables e insoportables en nosotros mismos. A su vez, la exageración de las cualidades de la personalidad terminan en una suerte de iluminismo, por lo que el paranoico termina por elaborar rígidos esquemas de pensamiento, los cuales resultan incorregibles e impenetrables. A pesar de que la otra persona disponga de pruebas fehacientes que digan lo contrario, el paranoico siempre tiene la razón. Y la contradicción a su juicio la termina en traducir en prejuicio hacia él, confirmando sus complejas teorías de complot.
Delirios de reivindicación: Se caracterizan por tener una idea que prevalece sobre las demás, subordinando todas las conductas a un postulado fundamental. Los sujetos que los sufren poseen un temperamento vivo, receloso y susceptible; son fanáticos de la política o reforma social. Sobre esta constitución paranoide desarrollan el delirio, debido a un fracaso o un conflicto.
Los apasionados idealistas: Su reivindicación es ideológica, atentando contra hombres políticos e instituciones.
Estado de alerta: se nota en el paranoide, cuando se le observa, el estado de alerta, de tensión. Es una persona que detecta el ataque y la infidelidad donde otros nada ven.
Rencorosos: están a la espera de la venganza. La sobre valoración, la intolerancia a la crítica, la auto justificación de los errores, el humor irónico y la necesidad del contrincante forman parte de los rasgos del trastorno paranoide.
Utilizan básicamente un tipo de razonamiento deductivo donde los hechos particulares sólo confirman o no una determinada hipótesis. Estos prejuicios, hacen que interpreten las acciones de los demás como amenazantes y hostiles. Por ello, las personas paranoicas son obstinadas, rígidas y están a la defensiva. Tratan de buscar las claves que revelan las intenciones de los demás, buscan las llamadas segundas intenciones, la prueba que demuestre que están en lo cierto y que no se equivocan. Clasifican a las personas en dos grandes grupos: aquellos que están con ellos y los que están en contra.
No existe cura para la paranoia en casos extremos; solo el tratamiento psiquiátrico con medicamentos, que puede atenuar sus características. Y el tratamiento se dificulta por la conducta desconfiada del sujeto paranoide, que piensa que todo es parte de un plan hacia él. Como siempre en estos casos, la única manera en que se puede acceder al tratamiento es a través de un familiar y persona de confianza del individuo, que logre llevarlo a tratamiento psiquiátrico.
http://www.datacraft.com.ar/salud/salud-paranoia.html

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