LA KAJA
DETRÁS DE LAS RETENCIONES HAY SERIOS PROBLEMAS DE "CAJA"
Publicado por Segurosaldia.com en fecha 01/07/2008
Copyright (C) - Segurosaldia.com - Todos los Derechos Reservados El superávit fiscal es uno de los pilares de la política económica oficial. Sin embargo, las cuentas públicas reflejan más superávits de “caja” que solvencia genuina. No hay déficit porque no se respeta la movilidad de las jubilaciones, se apropiaron los ahorros del régimen de capitalización y, en los primeros meses del 2008, se registró como ingreso del Tesoro utilidades del Banco Central. En este contexto, la puja por las retenciones es un síntoma de debilidad fiscal que sólo podrá ser superada con la transformación en la organización del sector público.
El Ministerio de Economía difundió datos sobre la situación financiera del sector público nacional a mayo de 2008. Según esta información, el superávit fiscal en los primeros 5 meses del año fue de $12 mil millones. Para tener un parámetro de referencia cabe considerar que en todo el 2007, el superávit había sido de $9,3 mil millones. En sólo 5 meses se ha logrado superar en más de un 30% el nivel de superávit fiscal que se tuvo en todo el año pasado.
La tendencia no es directamente extrapolable a los 7 meses que faltan para completar el año porque hay gastos que se ejecutaran con mayor intensidad en el segundo semestre. Sin embargo, no deja de ser llamativo este resultado en medio de la crisis con el campo, los subsidios crecientes y cierta desaceleración de la economía. Por eso resulta interesante analizar desde una perspectiva histórica la evolución del superávit. Información difundida por el Ministerio de Economía señalan que:
· En el 2004 el superávit fiscal alcanzó la cifra de $11,6 mil millones de los cuales $9,1 mil millones correspondieron fundamentalmente al superávit del Tesoro nacional.
· En el 2006 el superávit fiscal se mantuvo en $11,6 mil millones donde el Tesoro aportó $4,3 mil millones y la seguridad social aportó $6 mil millones de superávit.
· En el 2007 el superávit fiscal fue de $9,3 mil millones pero el Tesoro estaba en déficit y la seguridad social aportó $10 mil millones fundamentalmente porque se absorbieron $8 mil millones de ahorros depositados en las AFJP.
Los datos sugieren que el superávit fiscal se mantiene gracias a acciones de sustento transitorio. En la salida de la crisis del 2002 tuvo un rol fundamental la “licuación” de gastos, fundamentalmente, salarios y jubilaciones. En el 2006, la “licuación” de las jubilaciones se mantuvo con lo cual el sostén principal del superávit del sector público lo brindó la ANSES. Durante el 2007, fue decisiva la transferencia de ahorros del régimen de capitalización al régimen público de reparto.
En el 2008, el efecto de la “licuación” de jubilaciones y pensiones sigue teniendo un alto impacto sobre las finanzas públicas. Se estima que si la ANSES cumpliera con la movilidad que manda la Constitución el gasto público aumentaría en aproximadamente $8 mil millones. En el criterio de registración de “caja” del Estado nacional, estos “ahorros” por retraso de jubilaciones son contabilizados como superávit. Sin embargo, la acumulación de fallos judiciales adversos contra la ANSES está señalando de qué se trata de una mera postergación de un gasto que deberá ser afrontado en el futuro. Por otro lado, las cuentas públicas del 2008 también se vieron beneficiadas por el inédito aumento de los precios internacionales de los alimentos y materias primas que indujo crecimientos en los impuestos al comercio exterior. También tuvieron un rol destacado las transferencias que se hicieron desde el Banco Central hacía la Tesorería por unos $1,5 mil millones. Es interesante señalar que esta cifra no es suficiente para cubrir el incremento de subsidios a empresas privadas productoras de combustibles, energía, transporte y alimentos.
“Licuar” jubilaciones, apropiarse de los ahorros previsionales de las personas que están en el régimen de capitalización, utilizar las rentas que generan las reservas de divisas del Banco Central, gravar excesivamente al comercio exterior en un marco de precios internacionales inéditamente favorables, alcanza para mostrar una contabilidad holgada. Sin embargo, no demuestra solvencia fiscal. Por un lado, porque en general son acciones de impacto transitorio. Por el otro, porque en la mayoría de los casos tienen asociado secuelas sociales y productivas muy negativas.
La debilidad fiscal estructural es uno de los factores que explica la voracidad tributaria sobre las exportaciones. La crisis suscitada con el campo pone a descubierto los enormes costos institucionales, sociales y económicos que se generan por seguir conviviendo en estado de insolvencia fiscal; aunque sea disimulado con superávit de “caja”. Por eso, más allá de que es importante que el Congreso resuelva el tema puntal de las retenciones, es fundamental que se aboque a una reorganización integral del sector público tomando como eje los criterios federales que fija la Constitución Nacional. Este es el camino para que el Estado sea capaz de brindar servicios adecuados contando con el respaldo de un sistema tributario que genere los recursos necesarios a través de fuentes genuinas y sostenibles.Buenos Aires, Miércoles 2 de Julio de 108
Para economistas, gobierno está malgastando reservas
Fuente: Ambito Financiero
(Miércoles 2 de Julio de 2008) - La decisión del Banco Central de forzar una baja del dólar principalmente como castigo al campo (práctica que ya dejó pérdidas de u$s 33 millones, la diferencia entre el valor al que se compraron y luego se vendieron las reservas) es duramente criticada por economistas.
Coinciden los analistas en que hay ocasiones en que es necesaria la intervención de la autoridad monetaria, por ejemplo en épocas de corridas bancarias y fuga de divisas. Pero creen que no pueden usarse las reservas para disciplinar a sectores productivos rebeldes. Y advierten que haber vendido la divisa a precios menores que los del mercado es una jugada muy riesgosa.
Aquí lo destacado de las opiniones de algunos economistas consultados por Ambito Financiero.
# Agustín Monteverde: «El uso de reservas puede ser comprensible para que no se desmadre la suba del dólar. Pero es contradictorio con la política que viene llevando adelante el Banco Central, que aunque su carta orgánica indica que debe defender el peso, en el pasado hizo lo contrario. Es incomprensible que el Central venda dólares por debajo del valor de mercado (llegó a hacerlo hasta dos centavos por debajo). Otra mecánica riesgosa es vender futuro por debajo del valor presente. En un contexto de fuga de capitales (que comenzó hace alrededor de tres meses), la intención del BCRA de bajar el dólar se traduce en un subsidio a la huida. Se vende a menor precio y se deja financiar a una tasa de interés que no sería la actual si no fuera por la intervención de la entidad. Sería correcto si hubiera una intención de combatir la inflación, pero entonces la estrategia debería estar acompañada de política fiscal y de ingresos. Sin embargo, que la expansión monetaria crezca a 21% interanual, no lo demuestra».
# José Luis Espert: «Creo que es correcto que el Banco Central decida una esterilización en etapas de fuerte ingreso de divisas. También está bien que venda dólares si hay corridas de depósitos, como sucedió. Siempre en ausencia total de superávit fiscal. Lo que estoy seguro que está mal es que la autoridad monetaria venda dólares simplemente con el objetivo de que el presidente del partido gobernante, Néstor Kirchner, cumpla su deseo de disciplinar a quienes cree sus mayores enemigos. Esto es: a quienes supuestamente especulan contra el peso, al sector agropecuario que le hizo un paro y a los industriales que no lo apoyaron como hubiera querido en este contexto. Actuar con esa intención es realmente ridículo, de república bananera. El presidente del Banco Central no debería haber permitido de ninguna manera esta presión absurda».
# Aldo Abram: «Haber enfrentado con las reservas la minicorrida cambiaria que hubo fue una decisión adecuada. El presidente del Banco Central siempre repite que las reservas están para defender el valor del peso. Coincido con esta visión. Lo que no parece acertado es haber llevado el valor del dólar tan abajo. Esta estrategia implica una pérdida de reservas innecesaria, inconveniente y contradictoria con la estrategia política de este gobierno de mantener el dólar alto. Es evidente que la gente no cree que el valor del dólar se sostenga y por eso lo ven como una oportunidad de compra, lo que aumenta la demanda de divisas.
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