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jueves, 25 de diciembre de 2008

HEMIPLEJIA

La memoria hemipléjica del Gobierno


Y llegó. El Gobierno llegó a Navidad lo mejor que pudo, acorazado por una catarata de anuncios que fueron anuncios de otros anuncios que llegarán la semana de Fin de Año. Semana que como ésta, apenas tendrá dos días laborables. Nunca mejor pensada la letra de aquella canción que escribió Rodolfo Zapata hace más de cincuenta años: “No vamo’ a laburá, no vamo’ a laburá”. Pura destilación del más energizante brebaje de lo nacional y popular que se supo conseguir y pura corruptela de la clase dirigente que no cansa de ufanarse en hacer “lo que el pueblo quiere”. Después llegará enero y “Las olas y el viento, zucundún”. Habrá mucho zucundún, pero en marzo. A no adelantarse.

Si ayer fue “Un hombre, un voto”, hoy se puede decir “Un día, un discurso”. Y a veces dos, o tres. Y viajes también. No es fácil ser Presidente. Hay que tener memoria para saber qué decir en cada lugar y sobre todo para no confundir el auditorio como Bob Hope en “El candidato”. Bueno, tampoco exageremos. Apenas son dos barras de aplaudidores profesionales: uno es el grupo bien trajeado, teñido y con porcelanas a la vista de la burguesía nacional y popular y de los sindicatos únicos con sus camperas relucientes pasadas de moda, y el otro es el proveniente del gran arrabal bonaerense a Todo x dos pesos. Se diferencian en el cuidado de la apariencia y las sumas que cobran. Por lo demás, viven de los mismos.

Ajenos a las palabras que prometen oro, los jueces hablan por sus sentencias. Nadie cree en ellas (¿en las palabras o en sus fallos?). La Sala II de la Cámara de Casación Penal ordenó liberar a unos veinte acusados de delitos de lesa humanidad cometidos durante el último gobierno militar. De manera inmediata, una multitud de abogados, periodistas y vividores del lado izquierdo y humano salió con los tapones de punta a quebrar lo que encontraran a su paso. También, y muy especialmente, los colaboracionistas de ayer que hoy ocupan puestos de envergadura en el Ejecutivo y Legislativo nacional. Fiel a su estilo, uno de los Presidentes Kirchner sentenció: “Hoy es un día de vergüenza para los argentinos y la humanidad”.

Llamó la atención que la orden de liberación haya sido dictada el mismo día en que la inquilina de la Casa Rosada iba a encabezar un acto en la ESMA acompañada de una parte de las Madres y el embajador de Francia. La izquierda en pleno, con palabras más, palabras menos, recostó sus declaraciones en boca de la Presidente cuando ella afirmó que había “mensajes muy fáciles de descifrar”, como si los dos integrantes de la Sala que votaron la liberación de los presos simpatizaran, defendieran el modus operandi o intentaran de alguna manera realizar apología de la represión de las Fuerzas Armadas en su lucha contra los guerrilleros castroguevaristas.

Pese a ello, CORREO DE BUENOS AIRES, que como bien saben sus lectores es poco humano, no defiende ni por asomo ese tipo de derecho y más bien espera el momento adecuado para conculcarlos definitivamente, puede llegar a coincidir con ese enfoque, por supuesto que mirándolo a través de otro prisma porque bien podrían haber esperado los camaristas un par de días más (llevaban años retrasando la medida) y no entregarle doce horas de prensa gratuita (como si no tuvieran bastante) a los “defensores” y continuadores de la lucha de los “jóvenes rebeldes” que tuvieron la osadía de “pensar distinto”.

¡Señoras y señores, niños y niñas de la Patria bolivariana, compatriotas, compañeros, correligionarios, camaradas, distinguido público todo aquí presente, como dijo el filósofo autodidacta Pancho Ibáñez, “Todo tiene que ver con todo”, a lo que agregaríamos algo de nuestra autoría propia de nosotros: “Somos pocos y nos conocemos mucho”. Ahora, si realmente el Gobierno se propone y logra destituir a los jueces por su acción, esperaremos que eso ocurra y más adelante nos disculparemos, porque como recordó en una tribuna Saúl Endólver Ubaldini, “Mentir es pecado y llorar es un sentimiento”, pero equivocarse no es más que una equivocación. Pero que no vaya a pasar como la denuncia gubernamental al Partido Obrero por incendiar vagones y tantas otras “conspiraciones” contra la democracia y la vida de uno de los dos Presidentes en ejercicio que quedaron en la nada.

Si los jueces fallan acorde a lo que desean los Kirchner y su séquito, está todo bien; si no es así, se ponen a la cabeza de una jauría que intenta desgarrar a dentelladas la honra, el sueldo y los servicios de la Obra Social de los magistrados. Si Europa juzga a los soldados argentinos es perfecto, pero si los Estados Unidos señalan hechos de corrupción que acontecen en Argentina y salpican con lodo hasta la coronilla al actual Gobierno, éste se siente ultrajado hasta el mismísimo honor. Si las togas de afuera son buenas, deberían serlo siempre; pero todas, absolutamente todas, sin discriminaciones de ninguna especie, y mucho menos a las nacionales.

Hay que ser justos y recordarlo todo. Todo. De todos lados. Más cuando se sigue librando una guerra revolucionaria sin tiempo. Un 23 de diciembre de 1975, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) intentó tomar por asalto el cuartel del Batallón de Arsenales 601 “DOMINGO VIEJOBUENO “, ubicado en la localidad de Monte Chingolo, provincia de Buenos Aires. Corría el mandato de un gobierno constitucional. El operativo fue comandado por el jefe del ERP, Roberto Santucho y ejecutado por el batallón de terroristas José de San Martín que llegó al lugar en vehículos livianos y camiones pintados de igual modo que los del Ejército Argentino. En el intento de copamiento intervinieron unos 70 guerrilleros acompañados de otros 200 que ejercieron maniobras de distracción en los alrededores del establecimiento que arrojaron muertos y heridos de ambos bandos. Acorralados dentro de cuartel, decenas de “jóvenes idealistas” fueron muertos por “pensar distinto”. Ocurrió un 23 de diciembre; hace 34 años.

SALINAS BOHIL
CORREO DE BS AS

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