MADRES Y MADRES

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LUNES 13 de JUNIO de 2011 - 00:00 |
Madres y madres

Señora Directora:
Esta carta la escribo para demostrar que lo que están haciendo con el Caso Noble es vergonzoso. Tengo 36 años nací en la ciudad de Trelew en plena época de la dictadura, luego vinimos a esta provincia. Mis padres cuando cumplí la mayoría de edad me confesaron que no eran mis verdaderos padres y que tenía el derecho a saberlo.
Ellos me dieron una vida llena de amor, cariño y valores y en ningún momento tuve ni la necesidad, ni la intriga de regresar al pasado. Ambos murieron sin que yo les preguntara nada. Hace unos diez años se mudo una mujer al pueble en que vivo felizmente con mi esposa e hijos. Nos hicimos muy amigos, siempre fue muy generosa con nosotros, teníamos tanta confianza que hasta nos cuidaba a los chicos, nos ayudaba en todo lo que necesitábamos, tanto era el cariño que la habíamos bautizado como “la Tía”. El año pasado una enfermedad terminó con su vida. En su testimonio dejó una carta dirigida a mí que decía lo siguiente: “Te arrancaron de mis brazos y no podía hacer nada, pero luché para encontrarte, cuando te encontré, eras tan feliz y así quise que siguiera siendo. Te disfruté lo que me quedó de vida, te amo.
Tu madre”. No se si esto es un ejemplo para algunos, pero creo fehacientemente que lo que están haciendo tanto las madres como las abuelas sobretodo en la formas, es tan tortuoso como lo que hicieron en la década del 70´.

Guillermo Sabino