BERRETÍN DE LA TILINGA
La manía twittera de Cristina Fernández es tan cursi como irresponsable. Quiere parecer canchera sin darse cuenta que banaliza, hasta términos intolerables, trascendentales cuestiones de Estado. A veces utiliza palabras en inglés que no sabe bien lo que quieren decir o echa mano de argumentos propios de una colegiala. Intolerante siempre, aprovecha para atacar con cualquier excusa a la oposición mezclando, por ejemplo, a los mineros chilenos con Clarín.
A semejanza de un chico con juguete nuevo le quita tiempo a sus obligaciones para comunicarse con sus fans. Nada habría que objetar a su nuevo berretín --más allá de su proverbial mal gusto-- si no fuese por el hecho de que es la presidente de la Nación.
LNP
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