EL ESBIRRO DE MOYANO

VIOLENCIA SINDICAL

Moyano aprieta y Mangone legaliza

Los tercerizados, víctimas de la represión kirchnerista.

Por Guillermo Cherashny para el Informador Público

Hace tiempo que venimos señalando que la política kirchnerista del transporte público tiende a terminar muy mal. La causa no es sólo la corrupción generalizada, encabezada por el ex Secretario de Transporte, Ricardo Jaime, y su sucesor, Juan Pablo Schiavi, sino también porque, mediante el mecanismo de los subsidios, todos los trabajadores del transporte ganan arriban de 6.000 pesos de salario mínimo. Así es que los trabajadores tercerizados presionan para entrar en los convenios colectivos del transporte pero los sindicatos no los dejan. Salvo aquellos casos en los cuales Hugo Moyano bloquea fábricas para incorporar como camioneros a tercerizados. Esto ocurrió, por ejemplo, con los bloqueos a Techint, que duraron un mes y medio. El hombre decisivo en este tema es el presidente del tribunal arbitral de la CGT, Oscar Mangone, Secretario General del Sindicato de los Trabajadores de la Industria del Gas, quien decide los encuadramientos sindicales. Mangone falló a favor de Moyano en los últimos siete años y medio, desde el advenimiento del kirchnerato. Así fue cómo la Federación de Empleados de Comercio, que lidera Armando Cavalieri, salvo una vez, perdió siempre las discusiones sobre los encuadramientos sindicales con los camioneros, gracias a los fallos arbitrales Mangone. Éste, del menemismo acérrimo pasó sin escalas al moyanismo.



Peaje

EL Tribunal Arbitral de la CGT, avalado por el Ministerio de Trabajo, es entonces una gran cabina de peaje, porque legaliza el traspaso de trabajadores de un gremio a otro y generalmente este último tiene altos sueldos mínimos. Semejante es el caso de los trabajadores del Subte en su lucha contra la UTA para obtener el reconocimiento de un sindicato propio. El tribunal arbitral cegetista les negó ese derecho pero finalmente la justicia los avaló, aunque no se pudo ejecutar la sentencia.



La escalada

Desde la semana pasada aumenta sin cesar la violencia verbal de Moyano y sus seguidores. Esto coincide con la responsabilidad sindical en el asesinato de Mariano Ferreyra, un trabajador tercerizado del Ferrocarril Roca, que también era dirigente universitario.

Varios grupos trotskistas, como el Partido Obrero y el MST, hace tiempo que vienen denunciando la alianza del kirchnerismo universitario, representado por el rector, Rubén Hallú, y el decano de Económicas, Alberto Barbieri, con Franja Morada. En esta sociedad se reparten los negocios que antes concentraba el fallecido Oscar Shuberoff.

El asesinato salvaje de Ferreyra por parte de la patota sindical de la Unión Ferroviaria no tiene nada que envidiarle a los homicidios de Kosteki y Santillán, ocurridos durante la presidencia de Eduardo Duhalde. Es más, esta masacre es más grave aún, ya que aquí no hubo un comisario que se volvió loco, sino que la Policía Federal y la bonaerense dejaron liberada la zona para que la patota sindical persiguiera a los activistas a los balazos desde Avellaneda a Barracas, donde ocurrió la masacre. Fue éste el punto final de la inveterada postura del kirchnerismo ufanándose de que, durante su gobierno, no hubo ningún muerto por la represión... Ferreyra es el primero.