MALVERSACIONES
DINERO Y MALVERSACIONES ABUNDAN
(LA VOZ) El kirchnerismo incurre en una falacia cuando dice que establecer el 82% para las jubilaciones provocaría la quiebra del sistema previsional.
Si algo nos enseña nuestra azarosa y zarandeada historia institucional es que las miserias y desvelos de nuestra clase pasiva nunca tuvieron costo político. Por caso, un candidato –Francisco Manrique– que basó su proselitismo en un proyecto previsional tuvo cierta fortuna electoral, pero siempre prevaleció la partidocracia que nunca se preocupó demasiado por las miserias y desvelos de los “abuelitos”, estúpida manipulación retórica que usa la clase política sin grandeza intelectual ni moral cuando trata de exhibir alguna forma de sensibilidad.
Nadie puede argüir que un reajuste como el legalizado por el Congreso y vetado por el Poder Ejecutivo podría llevar al sistema previsional a la quiebra. No lo ha podido quebrar el manejo arbitrario, irracional y oscuro que se arrastra desde hace siete años, ni el de otras épocas de la historia política argentina, similar en sus errores y apropiaciones.
Se aduce que el reajuste vetado hubiese supuesto una erogación de unos 40 mil millones de pesos, pero nada se dice de que la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) fue obligada a suscribir bonos emitidos por el Poder Ejecutivo, recibiendo a cambio papeles que pagan una tasa de 3,5 por ciento, mientras la inflación anual se mantiene en torno del 20 al 25 por ciento, según consultoras privadas, lo que implica un despojo de los dineros de los “abuelitos”.
Pero hay dos agravantes. El primero, que esos bonos podrían ser redimidos con nuevas emisiones y por plazos más prolongados, como ya ha sucedido; así, cuando el dinero retorne a la Anses, habrá perdido buena parte de su poder adquisitivo. El segundo, que esa inmensa masa de dinero no se aplica para mejorar la calidad de vida de los jubilados sino para pagar deuda, financiar proyectos de multinacionales automotrices, abominables fusiones televisivas de fútbol y propaganda oficialista y cubrir el déficit diario de seis millones de pesos de Aerolíneas Argentinas, gestionada por el grupo Moyano. Y, también, el financiamiento de obras públicas adjudicadas a empresarios cortesanos. En suma, gigantescas malversaciones, según la definición de la Real Academia Española. Con esa técnica, el kirchnerismo desangra al Banco Nación, la Lotería Nacional y el Fondo Fiduciario para la Reconstrucción de Empresas, embutiéndolos de papeles.
Los especialistas recomiendan que una solución de fondo para el sistema previsional, y con ella la posibilidad de pagar mejores haberes, es atacar el trabajo informal (“en negro”, como se señala habitualmente), que afecta al menos a uno de cada tres asalariados.
El blanqueo incrementaría el flujo de fondos. Ni hablar de restablecer las contribuciones patronales o un impuesto a la renta financiera, como plantearon legisladores de la oposición. Esto tiene un agravante: dejaría más fondos en la caja que maneja arbitrariamente el kirchnerismo.
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