CONDUCCIÓN
LA AUSENCIA DE CONDUCCIÓN
Por Miguel Ángel Reynoso (*)
Una consecuencia mas de la desastrosa reforma policial llevada adelante según los delirios del ex ministro Arslanián, que una década atrás puso todo el esfuerzo en dejar en pié lo menos posible de una estructura policial, perfectible por cierto, pero también hasta ese momento funcionando conforme a los cánones comunes a toda institución de ese tipo, no nos ha sorprendido a quienes desde un principio opinábamos sobre los futuros males que esas medidas atraerían tarde o temprano.
Si bien la mayoría de quienes ahora se hacen los sorprendidos fueron debidamente avisados pero distraídamente miraron hacia un costado, entre los que se incluyen en primer lugar a políticos de todos los ramos, niveles y partidos, la mayor parte del periodismo y todo tipo de organizaciones que incluso aplaudieron o miraron con buenos ojos como la institución policial de la provincia de Buenos Aires era sistemáticamente desbastada hasta sus cimientos por lo menos en lo que hace a organización se refiere.
Hoy, ante hechos recientes y la lamentable actuación en el caso Pomar del Subsecretario de Investigaciones del Ministerio de Seguridad provincial PAUL STARC, que según sus propias declaraciones periodísticas estaba a cargo de la investigación del suceso, no existe discusión al respecto de que la actividad policial no puede ser manejada en los niveles operativos por particulares sin experiencia policial. Las pruebas están a la vista, aunque este personaje no haya todavía afrontado sus responsabilidades por lo menos con una mas o menos decorosa renuncia voluntaria.
Hoy también resulta notable que los planes de formación y profesionalización del personal policial, la anarquía en los escalafones a la que diera lugar la ley policial arslaniana, solo ha servido para que en lo profesional algunos, en lugar de subir por la dificultosa escalera de la carrera policial lógica pero formadora, al amparo político, hayan ascendido por el ascensor ocupando puestos de relevancia para los cuales evidentemente no estaban capacitados.
Resulta evidente que sus famosas “tecnicaturas” nunca incluyeron en la enseñanza nociones de lo que se denomina “conducción”, de necesario conocimiento para quién debe ordenar y hacerse obedecer en determinados casos por miles de otros seres humanos, y entre cuyos preceptos primarios se incluye el que señala que no basta con impartir órdenes, sino tener la seguridad de que serán cumplidas, que se tengan los medios para llevarlas a cabo y por último controlar su verdadera ejecución en correcta forma.
Otro de los errores de la reforma arslaniana lo fue como también lo hemos citado insistentemente, el desguace institución en numerosas fuerzas policiales, y por último la excesiva especialización de sus integrantes que nos ha llevado en prácticamente todos los niveles a que exista una policía para cada cosa, independientes una de otra y muchas veces desconectadas en lo operativo y movidas por distintos intereses que no siempre son coincidentes en el común institucional.
Hemos oído hablar con tristeza de que supuestos especialistas en seguridad, de lo negativo de la centralización institucional, cuando quienes verdaderamente conocemos del tema sabemos que únicamente una policía fuerte y centralizada puede hacer frente a los reclamos que en materia de seguridad le requiere la sociedad, tal cual lo señalara Marcel Sicot, ex director de la Interpol, por parte de la Surete Francesa, y que señaláramos en trabajos anteriores, recientemente copiados y hechos propios por un legislador provincial.
Seguramente pasará mucho tiempo hasta que estas verdades sean reconocidas por quienes tienen la facultad de tomar decisiones. Mas tiempo todavía para que se normalicen los cuadros recuperando las capacidades perdidas en materia profesional policial, pero siempre abrigaremos la esperanza de que algún día, lo que es lógico y probado resulte advertido. Mientras tanto seguiremos escuchando, leyendo y viendo en los medios de información a cuanto político se considere iluminado por haber leído algún artículo suelto sobre tema tan amplio y problemático, a pseudos especialistas o peritos en búsqueda de que en algún caso famoso gente adinerada y crédula requiera sus servicios y hasta policías de poca memoria que pretenden vender su discurso interesado al mejor postor, sin que realmente les interese a ninguno el futuro de la institución policial que es en otras palabras nada mas y nada menos que el futuro de la seguridad en la sociedad de la que todos formamos parte.
(*) Miguel Ángel Reynoso es Comisario Inspector (R.A.) y Secretario General de APROPOBA (Asociación Profesional de Policías de la Provincia de Buenos Aires)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario