LA PEOR SEMANA
Periodismo de Verdad: 6 de Diciembre de 2009
HUMBERTO BONANATA NUEVA
Si tomamos en cuenta las derrotas sufridas por el régimen desde el 25 de mayo de 2003, a no dudarlo, que el jueves 3 de diciembre con su votación en la Cámara de Diputados, ha sido la peor semana en el mandato obsesivo de los Kirchner.
Ni el “voto no positivo” de Cleto el 17 de julio de 2008 en contra de la Resolución 125 ha logrado superar esta debacle con punto hacia el final.
El jueves pasado, cuando a las 18.23 hrs. la diputada justicialista disidente Graciela Caamaño solicitó a su par Lidia Satragno comenzar la sesión, aún sin la presencia del Frente para la Derrota, estos diputados arriados por Néstor Kirchner decidieron entrar al recinto y debieron cumplir con el acuerdo entre Agustín Rossi y los jefes opositores sobre el nombramiento de autoridades de la Cámara y la conformación de las Comisiones con mayoría opositora.
Todo conducía, antes de la pateada al tablero del pretenso tirano, a cumplir a respetar el acuerdo interbloques sobre los miembros de la Cámara Baja. Pero la irracionalidad de Kirchner echó todo lo pactado para atrás y llevó a las puertas del colapso institucional que hubiera surgido de la votación lisa y llana de los 143 diputados que esperaron sentados una hora y media para comenzar la sesión.
Ésa es la misión de Kirchner en su incómoda banca entre 253 restantes; no logra interpretar que la historia política ha cambiado desde el 28 de junio y que de ahora en más existirá un cogobierno entre el Ejecutivo (ejercido por su secretaria marital) y el Congreso de la Nación, mal que les pese.
La nueva mayoría tuvo la grandeza de respetar el acuerdo preexistente antes que Kirchner pateara el tablero y eligieron autoridades de la Cámara y de las Comisiones en orden a lo acordado bajo palabra antes del caos pretendido por el régimen.
Poco les queda para gobernar como lo han hecho durante estos seis años y medio.
Se acabó el “dedo del rey” o de la “princesa” para dictaminar las normas que regirán en la Argentina.
Como después de Caseros en 1852, dependerá de la racionalidad democrática que la Argentina renazca.
No será tarea fácil, pero será tarea patriótica.
En ellos está nuestro futuro.
Que no lo desperdicien.
Humberto Bonanata
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