REBELIÓN EN LA GRANJA
Rebelión en la granja kirchnerista
Por Guillermo Cherashny
Una exigencia de Néstor Kirchner terminó con la rebelión de los barones del conurbano, que quisieron desdoblar las elecciones provinciales de las nacionales, ya sean las internas abiertas o las generales, además, para humillarlos, los obligó a que incluyeran las candidaturas testimoniales.
Pero el episodio muestra cuál es la verdadera voluntad de los intendentes y sus representantes legislativos: ya está expresada en el proyecto que repudió el ex presidente. Para más datos, cuando el proyecto llegó al Senado, su presidente, Alberto Balestrini, se ausentó y el presidente provisional, Federico Scarabino, quiso renunciar.
Un problema similar se está empezando a producir ahora en la Cámara de Diputados entre los fieles del Frente para la Victoria. Perderán presidencias de comisiones, con despacho y autos incluidos. Y también los nombramientos, de asesores. Por lo cual, no se deben descartar algunas fugas si mayoría circunstancial opositora los deja a algunos como presidentes de las 25 comisiones que le tocan al grupo A.
En el arco opositor, la inscripción de mini o monobloques nuevos está abierta y será premiada de acuerdo a las provincias que representen y qué parte del electorado manejan. Ya no servirán los retos y presiones de Kirchner, que sí puede asustar con la caja a gobernadores e intendentes. Los caciques del conurbano el 28-j ya jugaron a dos puntas. Tras el 3-d, es posible que vayan pasándose a la punta de De Narváez, de Duhalde o de los dos juntos.
Otra posibilidad que se maneja es que Carlos Reutemann repita la alianza Santa Fe Federal con la Democracia Cristiana, el Movimiento de Integración y Desarrollo y el Partido Conservador Popular, los tres aliados desde hace tiempo al justicialismo. En este marco, "el piloto" lanzaría su candidatura presidencial, hacia donde rumbearían los barones del conurbano, que no tendrán ningún problema en cumplir con el 1,5% de los votos positivos que se exige a una alianza para presentarse en las elecciones generales. Una operación de este tipo provocaría un vaciamiento del partido justicialista, columna vertebral del Frente para la Victoria, con lo cual ambas estructuras serían cáscaras vacías. Kirchner, si antes no pierde por knockout o por abandono, sería entonces un candidato con un caudal ínfimo de votos y destinado a un triste y solitario final.
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