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lunes, 8 de septiembre de 2008

DESGASTE

-Efedrina, Castelar y París: verdades que desgastan al régimen
Por Humberto Bonanata
www.notiar.com.ar



Como blanco reguero de descomposición social, las mentiras sostenidas bajo prebenda, ignorancia popular y crecimiento ficticio por el 3 a 1, ya diluído, a los Kirchner comienzan a caerles pesadas facturas de aportantes mafiosos a sus campañas: en estos temas todos podemos saber cómo empezó, pero nadie podrá asegurar quien será la próxima víctima, por más poder que hoy crean mantener.


Creyeron que con impunidad todo lo vencían; hasta los ajustes de cuentas de los narcos mexicanos que hoy pueden llegarles bien cerca del corazón. Raúl "Cacho" Espinoza no murió en vano a comienzos del primer kirchnerato, aunque la "hormiguita traicionera", Graciela Ocaña, lograra escalar desde su noble diputación por el A.R.I. hasta su destino kirchnerista directo al P.A.M.I. (el quinto presupuesto nacional) por el simple hecho de olvidar su investigación sobre el tráfico de drogas de empresas pesqueras españolas aportantes a la campaña del primer kirchnerato.
La campaña de la "Reina" nació manchada de blanca y rojo sangre sólo falta que Bin Laden confiese haber colaborado con Duhalde el golpe de estado de diciembre de 2001 contra De la Rúa (3 meses después de voltear las Torres Gemelas) para luego haber financiado la campaña de su ahijado traidor en abril de 2003.



Rara, peligrosamente rara, la participación mediática exponencial del "todólogo" Aníbal Fernández (ministro del todo y de la nada) cuando brotan en la sociedad los ajustes de cuentas de las mafias de la droga. Sobreactúa, como queriendo enterrar definitivamente su pasado como intendente quilmeño durante la gobernación de Duhalde, al sobrepasar nuestras fronteras el mero tráfico y mínimo consumo para afianzarse en la producción, distribución y exportación de ese cáncer social. "Movimiento Productivo Argentino" que le dicen.



"Operación Castelar"



Cuando tantas veces hemos sostenido que quienes primero se "cargarán" a los K y su banda serán aquellos engañados en humildad e ignorancia, encontramos respuestas "foquistas" de descontento en las clases más castigadas por esta gran mentira iniciada el 25 de mayo de 2003.



Los usaron, los compraron y los volvieron a usar, hasta que un día dijeron: "¡Basta!". Los hechos de violencia sucedidos en Castelar y Merlo sólo son una mínima consecuencia del hartazgo diario del ciudadano común que padece la inflación que carcome su presente y destruye su futuro como sujeto pasivo del dirigismo populista en el que alguna vez puede haber confiado por la mentira "progresista".



La clase media será la segunda columna que avance sobre "la revolución de la mentira". Hoy también padece al kirchnerato por su pecado burgués de haber conformado una familia, poseer una propiedad por la que paga expensas mensualmente ajustables; usar un automóvil al que paga en cuotas (con seguro y cochera incluidos), educar a sus hijos en colegios privados y cubrir la salud de su familia con una medicina prepaga.



De salud y educación públicas, sólo pregonaba Alberdi en la Carta Magna de 1853.



Ese hombre, fiel exponente de la clase media, también se siente estafado por los Kirchner. Salió "a cacerolear" por el campo por su bronca contra el régimen y lo volvería a ser ante el primer estallido de este polvorín llamado "Kircherlandia".



Por suerte ha crecido: ya nadie lo puede manejar sino su conciencia cívica: se guía por sus propias ideas. No es el mismo del 2001 que se dejó llevar por su incultura institucional ante el canto de sirenas provocado por Duhalde, los industrialistas devaluadores y pesificadores asimétricos.



A crecido y por ello no ha guardado sus cacerolotas. Es parte de esta sociedad que renació cívicamente con el "voto Cleto" el 17 de julio del 2008 a las 04.25 AM. De eso sí se sintió parte - y aunque sin dormir – fue feliz a su trabajo al día siguiente.



Frente a esta sociedad cada vez más unida por el espanto, Aníbal Fernández no deja enemigo por crear. Pino Solanas, Vilma Ripoll, y otros representantes de izquierda fueron unidos de fórceps por el ministro todoparlante por querellas en su contra al ser injustamente acusados de crear el caos sucedido en el oeste bonaerense por el accionar forajido de elementos liminares de nuestra sociedad.



¿Cuál será la mentira oficial de esta semana?



¿La movilidad jubilatoria que solo regirá si aumentan los ingresos de la A.N.S.E.S., cuyos fondos usaron para solventar los pasivos de la Aerolínea Marsans? ¿La justificación de la matanza de un niño de 13 años por otro de 15 por temor a sus amenazas de muerte influidas por daños irreparables del "Paco"? ¿O el precio de venta de Aerolíneas que fijará el Tribunal de Tasaciones de la Nación y seguramente será impugnado por los vaciadores de Marsans en connivencia con el gobierno para justificar la futura expropiación?



Cualquier mentira es esperable del kirchnerato. Por suerte cada vez son menos los creyentes del régimen o quienes los divulgan mediaticamente a través de compensaciones extrapolíticas.



Paris bien vale un Redrado



La "instrucción" de la delegada de Kirchner en el gobierno de disponer divisas del B.C.R.A. y la consiguiente violación a la Carta Orgánica de la entidad, mas temprano que tarde la conducirían al procesamiento por malversación de caudales públicos (Art. 261 del Código Penal) sin la correspondiente autorización del Congreso Nacional.



Todo les salio mal: la injustificada medida sólo fue una demostración de debilidad de una economía encorsetada para evitar los monitoreos del F.M.I., en especial en materia de manipulación de índices inflacionarios tergiversados por el I.N.D.E.K..



Los mercados cayeron y las divisas subieron al igual que el Riesgo País como síntoma del descreimiento ante la inconsulta e inconstitucional medida del régimen.



Hasta Máximo Kirchner decidió licenciarse de "La Kampora" para recomponer su salud y Florencia "escapar" del desavenido connubio a través de la compañía de sus amigas en boliches palermitanos para olvidarse de la política.



¿Quién les queda?



Humberto Bonanata

Buenos Aires, Septiembre 07 de 2008

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