MANCHAS DE TIERRA
-Las tierras del Calafate manchan definitivamente a los Kirchner: La pureza del Presidente Roberto Marcelino Ortiz Por Ernesto PobletRoberto M. Ortiz fue un presidente probo, transparente. Su conducta exterior y sus hábitos morales fueron reconocidos por sus contemporáneos, aún por sus adversarios en aquellos años infernales de comienzos de la segunda guerra. Intentaron sectores ligados al eje Roma Berlín enlodarlo en un pintoresco negociado manipulado por un sujeto al cual el presidente nunca conoció.En 1934 dos hermanas propietarias de 222 hectáreas en El Palomar las ofrecen en venta al Ministerio de Guerra. Las señoras piden la suma de un peso el metro cuadrado pero el Ministerio sólo acepta pagar 20 centavos.
En 1938 aparece en escena el aventurero Baldasarre Torres operando desde el Congreso de la Nación. En “amistosos” acuerdos con un grupo heterogéneo de legisladores consigue incluir en el presupuesto del mismo año una partida autorizando a comprar las tierras del Palomar en un precio que no supere $1,10 el metro cuadrado. Vale decir diez centavos más arriba que el ofrecido por las propietarias.
El ministro de Guerra general Márquez sigue la operación en la medida que se lo permitía su gestión agitada en aquellos momentos de cataclismo mundial, desde luego repercutían incesantes los sucesos en esa delicada cartera. Hace firmar la compra de los terrenos al Presidente Ortiz en el precio que permitía la ley de presupuesto, es decir $1.10 el m2. Con el tiempo fue una buena compra.
El día que se fija para la escritura de los inmuebles resultó de una intensa actividad para el astuto Baldasarre Torres. Logra formalizar tres actos notariales al mismo tiempo. Por un lado libera a las propietarias de una hipoteca sobre las tierras, por otra escritura las propietarias venden el inmueble a Baldassarre Torres en la suma de 1.550.000 pesos y por la tercera escritura el vivillo vende al estado argentino las mismas tierras en 2.500.000 pesos.
No para ahí la astucia del personaje que se ganó de un saque un millón de pesos de aquella época opulenta de la moneda argentina. Se las arregló en el Banco Central para cambiar los tiempos de la operación. Lo primero que paga el Estado son los dos millones y medio al aventurero que ni siquiera era propietario, de ahí este personaje paga a las propietarias su 1.550.000 pesos y las felices hermanas levantan su hipoteca.
Olvidó el célebre vivillo un detalle, cebado como estaba en lo bien que había realizado su maniobra. El Estado pagaba en esos momentos con títulos públicos. Al efectuar el reparto del botín con los legisladores que habían apoyado la cláusula del presupuesto 1938 debieron dejar sus rastros muy en la evidencia.
En 1940, ya el presidente Ortiz se veía aquejado por la diabetes que pronto lo llevaría a la muerte. Una entente cordiale del ex gobernador de Buenos Aires Manuel Fresco (desembozado partidario del nazismo), el obsesionado periodista José Luis Torres y el octogenario senador Benjamín Villafañe reabren el caso con ansias de escándalo para perjudicar al presidente enfermo.
Se investiga la cuestión y se descubren las maniobras de Baldassarre Torres y los legisladores ilícitamente asociados. Al presidente Roberto M. Ortiz siempre se lo consideró un diamante de pureza y como bien decía Rubén Darío: “aunque el diamante todo se encuentre de fango lleno, no perderá su fulgor por más que lo manche el cieno...”.
Pero lograron amargarle los últimos meses de vida al honorable estadista que se nos fue a los 55 años sin terminar su mandato a fenecer en 1944. Sin la maldita diabetes la nación argentina se hubiera ahorrado el golpe facsista de 1943 y sus oscuras consecuencias.
LA AVENTURA DE LOS KIRCHNER CON LA TIERRAS DEL CALAFATE.
El Glaciar Perito Moreno prodiga extremos atractivos para la ciudad de Calafate. Su fama mundial hace insoslayablemente segura la valorización de las tierras. En 2006 el periódico Perfil publicaba las escandalosas ventas de terrenos a los Kirchner conjuntamente con sus parientes y amigos.
Se enumeraban las escrituras notariales de ventas mediante valores irrisorios “estipulados” para el metro cuadrado. Desfilaban beneficiados y felices, muy orondos los nombres clásicos de la oligarquía santacruceña constituida por el poderoso Clan K. El intendente Néstor Méndez -de Calafate- respondía alborozados reportajes, riéndose a carcajadas de la pretensión de llamar a licitación para ofrecer las ventas por medio de la competencia pública. ¡No faltaba más...!
El operativo del negocio inmobiliario más remunerativo del siglo XXI ofrece pasos de comedia y minué al mismo tiempo. Extrañas marchas y contramarchas, esta vez protagoniza el acontecimiento un Baldasarre Torres personificado con bandas presidenciales sobre sacos cruzados sin abrochar y calzado en cómodos mocasines.
Abre la escena en el año 2004 el Intendente Méndez -el tocayo Néstor- cediendo las tierras del aeropuerto viejo a la Fuerza Aérea Argentina, a la sazón bajo la comandancia en jefe del presidente Néstor Kirchner. Esta corporación armada ya había usucapido esa propiedad al sustentar la posesión por más de veinte años. De manera que este paso de minué hacia atrás ofrecería algún procedimiento adecuado a lo que vendría después.
En 2005 la misma Fuerza Aérea bajo el mando supremo del Comandante NCK decide el otro paso de minué hacia adelante, “contracede” las tierras al municipio de Calafate. De inmediato el gentil intendente de Calafate Néstor Méndez procede diligentemente a la redistribución de la riqueza con inclusión.
Vende a los amigos K y parientes K con precios consensuados a un promedio de alegres chirolitas el metro cuadrado. El periódico Perfil sustenta el coraje de publicar nombres y apellidos, números de escrituras y los precios infinitamente abajo de los del odiado mercado.
Pero ahora viene el clímax de la comedia chejoviana. Nos desayunamos los argentinos con la venta magistral que logró hacer el ex presidente argentino y ex comandante en jefe de la Fuerza Aérea, cargos que ahora detenta su cónyuge, nominal y canoramente en ejercicios de tan altas funciones.
Las tierras que los Kirchner compraron en 2006 por el precio de 50.000 dólares fueron vendidas al grupo chileno Cencosud en 2.400.000 dólares según consigna el diario El Mercurio.
El mago de la “manos libres” logró ganar 2.350.000 dólares de un saque con sólo invertir 50.000 dólares un año y medio atrás. ¡Ésas son especulaciones de elegante lujo Vuitton y no las prosaicas operaciones de la soja transgénica que hacen los asoleados labradores de la tierra sucia...!
Un vecino calafatense presentó su denuncia por esta singular operación inmobiliaria ante la justicia santacruceña. Pide la investigación del tocayo Méndez acusando al ex intendente –hoy recompensado diputado- de los delitos de abuso de autoridad, violación de los deberes de funcionario público, tráfico de influencias y defraudación agravada contra el Estado. Por los esposos Kirchner todavía no aparecieron reacciones. La obra de Anton Chejov aún no ha terminado.
Es dable recordar a este astuto Baldasarre del siglo XXI cuando apostrofaba rencoroso a los chacareros llamándolos “oligarcas” “avaros”, por que se negaban a regalarle al fisco de Kirchner sus ganancias obtenidas con sacrificios diarios y actividades productivas y generadoras de genuínos trabajos y riqueza “inclusiva” para la comunidad. Agredían al sector productivo argumentando contra sus presuntas ganancias “no razonables” según los códigos fachos de Guillermo Moreno. Pero quedémonos tranquilos... la justicia ciega llegará a su debido y lento andar.
Se puede confiar en la entusiasta actividad que desplegará la fiscal del caso denunciado por el valiente calafateño. Se llama Natalia Mercado la funcionaria judicial que lleva el caso. Es hija de Alicia Kirchner y sobrina de NCK la señora Fiscal. ¿Que existe alguna incompatibilidad...?.
Dios no tiene nada que ver con este asunto, es simplemente legal. La justicia santacruceña lo decidirá en su momento. A Chejov no le alcanza el tiempo para escribir el final de esta comedia en varios actos. Por ahora el congelado proscenio del suelo patagónico nos presenta un divertido avance de obra.
Falta el desarrollo del debate acerca de la autoridad moral del déspota que exige a los esforzados chacareros el regalo de su producción para redistribuirla en la inclusión de la burocracia del gasto público, de las violentas milicias de sus lujosos piqueteros, en las rentas de sus funcionarios, legisladores y algunos jueces borocotizados.
En los tiempos de Ortiz todo se resolvía con un solo remedio: el estricto cumplimiento de la Constitución, las leyes y las reglas éticas. Los especuladores estaban afuera del gobierno. Jamás un Baldasarre Torres y sus secuaces hubiesen alcanzado a copar los estamentos del gobierno para corromperlo todo con sus arteras maniobras.
El autor es abogado, periodista y ensayista histórico.
epoblet@fibertel.com.ar
Gentileza en exclusiva para NOTIAR
No hay comentarios.:
Publicar un comentario