CONVENCIMIENTO O RESENTIMIENTO ?
Especial de Miguel Saredi para La Nación
Desde 2003, el Gobierno se negó a reconocer el aporte del agro Foto: Telam
Muchas actitudes del Gobierno en estos últimos años contra la cadena productiva pueden ser interpretadas desde una visión distinta en cuanto a la formación ideológica, cultural o de ideas, por una mera conveniencia económica o electoral, o finalmente por un claro resentimiento contra la cadena agroindustrial.
Sería grave, aunque no definitivo, que se hiciera por los primeros motivos, pues cuando ello sucede en cualquier momento se puede cambiar el curso de acción, porque siempre está la posibilidad de cambios en nuestras ideas cuando lo hacemos honestamente.
Lo grave de la situación es que la misma se haga con resentimiento.
Autointoxicación
Pues el resentimiento es una autointoxicación de la mente que surge al uno reprimir sistemáticamente los afectos y las descargas emocionales normales dicen los psiquiatras y psicólogos.
El resentimiento se manifiesta a través del sentimiento de rencor que podemos definirlo como "odio retenido" de ahí que antes se los llamaba "amargos" a los resentidos, porque retienen la ira por largo tiempo, según explica el filósofo Tomás de Aquino en la Suma Teológica, cuestión 46, "De las iras".
El resentimiento termina operando como venganza acumulada, y siempre está pendiente en la persona que siente este dolor un contraataque que lo termina deshumanizando.
Las peores masacres de la humanidad se hicieron por el resentimiento y esa deshumanización de la persona.
Un ejemplo claro: leía el otro día a un asesino de las FARC que decía "Yo no he matado a una persona, he matado a un empresario".
Cuando comenzamos el Grupo Pampa Sur en el año 2005, y teníamos trato con el oficialismo y reiterábamos la necesidad de el agradecimiento que debíamos tenerle al campo argentino por sacarnos en gran medida de la crisis de los años 2001-2002, siempre chocábamos con la negación del agradecimiento a los mismos, ya sea por el mismo ex Presidente e incluso del entonces ministro de Economía, Roberto Lavagna, y de muchos funcionarios de su entorno.
Luego leí una frase de Robespierre, quien no negaba muchas veces su resentimiento, que tuvo el mérito de decir en una frase lo que le pasaba: "Sentí, desde muy temprano, la penosa esclavitud de tener que agradecer".
Así es. El resentido padece una ceguera moral respecto de la gratuidad, la donación y el agradecimiento.
En cambio el hombre sano tiene conciencia espontánea de su propio valor, esto de da seguridad y le permite aceptar el valor de los demás, incluso cuando son superiores a él.
Negación
El resentido por el contrario en lugar de reconocer los valores superiores y resignarse, los rebaja, negando la bondad de aquello mismo que envidiaba.
Lo importante dicen muchos pensadores cristianos es la sensación que brota de las más intima seguridad en la plenitud de su propio ser.
En cambio el resentido nunca podrá sentir esta seguridad y esta felicidad.
Después del 28 el mismo ex presidente Néstor Kirchner, sus funcionarios, y el gobierno nacional en su plenitud, tienen la posibilidad de convocar nuevamente a una definitiva paz social con la cadena agroalimentaria y agroindustrial, a un entendimiento de fondo, en la cual todos debemos aceptar nuestros errores, pero principalmente aquellos que fueron los protagonistas de los penosos últimos años.
Está en ellos demostrarnos que no opera el resentimiento en sus corazones.
Todos deseamos por el bien de todos los argentinos, que así sea.
El autor es presidente del Grupo Pampa Sur
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