EL RECAUDADOR

La Nueva Provincia - 14-Jun-09 - Opinión

Editorial
De Vido

Haber llegado a ser mano derecha de Néstor Kirchner debería eximirle de probar que es astuto, que es emprendedor, y que dispone, por nacimiento, de ese instinto certero para detectar oportunidades y aprovecharlas: instinto que solemos definir como "golpe de vista".
Gracias a "golpes de vista" similares al suyo han conseguido otros hombres volverse millonarios, poderosos y hasta útiles a su país. La cuestión, claro, es no hacerlo a costa de éste; esto es, a costa de su cargo como funcionario.
Si tal ha sido el caso de Julio de Vido lo sabremos quizás algún día, pero no de momento. Tras un fallo de la Cámara Federal que confirma el anterior sobreseimiento dictado por el juez Octavio Aráoz de Lamadrid, se ha rehusado a los argentinos el derecho de saber a qué atenerse respecto del enriquecimiento de De Vido.
En los últimos años, el instinto a que aludíamos no le había fallado. La última adquisición de su familia fue una casa en Puerto Panal (Zárate) por casi medio millón de dólares, luego de haberla alquilado durante años por 10 mil pesos al mes.
La penúltima había sido un departamento en Coronel Díaz y Libertador, donde sólo de expensas le corresponde pagar 4.244 pesos por mes... Claro que en esa casa entraban, en aquella época, dos sueldos de 10.170 pesos: el de Julio y el de su mujer, Alessandra Minicelli, a la sazón síndico general de la Nación.