PERONISMO CHETO
EL DESPERTAR DEL PERONISMO CHETO
Por Julio Doello
Pese a la guerra de encuestas, la incertidumbre atormenta a todos los políticos de cara a las elecciones del 28 de junio. Tal es así que el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, por si las moscas, ha jugado unas fichas a su principal opositor, Francisco de Narváez, a través de su hermano. Efectivamente, Pepe Scioli, Secretario General de la Gobernación, ha salido a decir que las acusaciones contra El Colorado del Tatuaje enturbian la campaña. Si bien fue convenientemente desautorizado por su hermano, el gobernador, quien ha dicho que él no tiene lenguaraces y habla por sí mismo, este doble juego está cargado de intencionalidad política. Cuando mi padre invitaba a comer a su jefe, era mi madre la que se ocupaba de decir lo que mi viejo pensaba realmente del “déspota cruel que le pagaba un salario de miseria”. Después mi padre se disculpaba y le decía a su mandamás que a mi mamá el alcohol le caía mal. Pero el mensaje estaba instalado y él lograba conservarse en su puesto y, de vez en cuando, obtenía un aumento mezquino. "Facho Ñato" Márquez, un hombre que pasará a la historia como “El juez de la efedrina”, quien ha puesto su magistratura al servicio de Kirchner, está empeñado en ser un artífice del eventual triunfo del hombre de la mirada extraviada. Los Códigos Procesales suelen ser armas efectivas al tiempo de dar sustento a las ambiciones políticas. Es que el artículo 18 de la Constitución dice que nadie puede ser penado sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso, pero no dice que nadie puede ser citado a declarar, e incluso terminar procesado, en el marco de una causa, por arbitraria que resulte la resolución del juez. Por este hueco jurídico se cuelan, se filtran las peores maniobras de quienes quieren interceptar el paso de los que disputan con posibilidad de éxito espacios de poder. Todos sabemos que la presunción de inocencia sólo existe en la letra, porque basta con que a uno lo acusen de un delito para que la opinión pública entre en sospechas y si uno es, por ejemplo, candidato político, sufre un considerable descrédito que afecta la voluntad de los electores.
Sin embargo Daniel Scioli, quien ha aprendido rápido a conocer los agujeros en la ropa interior de la política(quizás con la ayuda de la fabricante Karina), ha adquirido destreza y se ha vuelto multívoco. De ahí que ha mandado a su hermanito Pepe a decir lo que él no puede decir porque, al igual que Reutemann, es un tiempista y sabe que el 2011 puede sorprenderlo siendo candidato a Presidente de la República, si sigue hablando bajito y conserva cierta imagen de “buen tipo” ajeno a las podredumbres habituales de los políticos tradicionales. Por otra parte, se ocupa de declarar cada día su adhesión a Kirchner porque sabe que en el peronismo se venera la lealtad y que esa virtud, a pesar de una eventual derrota, le permitirá, con la ayuda de quienes lo rescataron de la motonáutica en tiempos de Menem para introducirlo en la política, ser un candidato potable para disputar el poder en el poskirchnerato. Es que, por origen y formación, Daniel Scioli está más cerca de De Narváez, de Felipe Solá y de Macri que de Kirchner, Moyano o D’Elía. Hay un peronismo “cheto” en ciernes, que se presentará prolijito y perfumado como alternativa a la propuesta del peronismo descamisado con olor a choripán y a tetrabrik. A la voz ronca y la ausencia de eses del discurso peronista tradicional le sucederá el peronismo modosito de los peronistas de salón. Mal que nos pese, el General nos legó este movimiento multiresistente, caleidoscópico, que muta rápidamente para enfrentar los embates del tiempo y que, cuando todos lo suponen hundido, emerge y se manifiesta con vigores nuevos que enamoran el ánimo popular. Fuera de este fenómeno, en medio de los goles de Ecuador (que parecen desmentir la noción de que la improvisación es útil para la vida), sólo se oye el ladrido de los perros en el atardecer del miércoles.
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