PREPARANDO EL AFANO
Mal olor: Polémica por el traslado del centro de cómputos
POR RAM
El recuento de votos se hará en una nueva sede, que aún no cuenta con la infraestructura adecuada. No tendrán internet ni impresoras. La Junta Electoral Nacional de la provincia de Buenos Aires ratificó ayer su decisión de reducir de 390 a 350 la cantidad de electores por mesa, lo que implicará un incremento de 3.600 bocas de votación.
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Por 1ra. vez en la democracia que se reestableció en 1983, los votos de la capital federal y el conurbano bonaerense, donde se acumulan casi 25% del electorado nacional, se centralizarán en una nueva y única sede.
Antes de llegar al histórico centro de cómputos general del Palacio del Correo –que está siendo reconstruido para el Bicentenario– pasarán por un viejo y precario edificio del organismo, ubicado en Feijoo 555, en Barracas, una calle oscura, empedrada, por donde pasan una y otra vez camiones que abastecen a un supermercado Easy que se levanta en la manzana de enfrente.
Por fuera, el lugar luce abandonado y derruido, e incluso la dirección está dibujada a mano con pintura celeste.
Por dentro se está mejorando su estética, aunque las instalaciones informáticas son bastantes pobres teniendo en cuenta la envergadura de los comicios, según contaron varios apoderados de la oposición que las visitaron hace seis días: los fiscales de los partidos no tendrán acceso a internet, no podrán imprimir los datos que les resulten llamativos (no habrá impresoras) y accederán al conteo de votos a través de muy pocas computadoras.
El sábado 13/06, la Dirección Nacional Electoral (DNE), encargada del conteo de votos, mostró las nuevas instalaciones a los encargados de la fiscalización de cada partido.
Las decenas de fiscales de cada lista porteña y bonaerense (son casi 50) que trabajarán allí el domingo 28/06 tendrán que hacerlo en dos habitaciones de dimensiones limitadas, en las que, hasta ahora, sólo se instalaron cuatro PC, aunque la DNE prometió que habrá más.
O sea: el organismo, a cargo del Ministerio del Interior, todavía no terminó su trabajo en el lugar a pesar de que sólo faltan ocho días para los comicios.
Por lo pronto, ya avisó que no habrá internet ni impresoras para los fiscales. En el centro de cómputos de las elecciones presidenciales del 2007, instalado en el Palacio del Correo, se había prometido que habría tanto acceso a la red como máquinas para imprimir.
Pero, finalmente, ninguna de las dos cosas funcionaban de manera correcta. Ante este panorama, los principales candidatos de la oposición, como Elisa Carrió y Francisco de Narváez, alertaron en los últimos días que podría existir fraude.
El Gobierno lo niega: “Es un lindo chiste”, intentó despejar las dudas el jefe de Gabinete, Sergio Massa.
En Barracas, la entrada de los votos al sistema se hará en un amplísimo salón donde estarán ubicadas las máquinas de los data entry. Aunque esa parte del proceso es muy sensible, los fiscales de la oposición no tendrán acceso a ese sitio.
Hasta ahora, no tienen manera de controlar qué pasara en ese lugar, aunque la DNE prometió instalar cámaras para que filmen en tiempo real lo que ocurra allí. “Ponen cámaras web, en realidad, no sirve para nada porque el lugar es muy grande y con eso no vamos a poder ver nada”, se quejó un fiscal informático de la oposición ante este diario, pidiendo reserva de su nombre, según publica Critica de la Argentina.
En la elección presidencial de 2007, la oposición denunció que el Gobierno K manipuló a su favor el conteo de los votos, entrando primero al sistema las mesas de los distritos donde el oficialismo sacaba mayor ventaja.
El titular de la DNE, Alejandro Tullio, niega las críticas a la nueva sede del centro de cómputos: “En América Latina no hay un centro de cómputos como éste”, se defendió ante una consulta de Crítica de la Argentina, aunque luego aclaró que prefería “no hacer declaraciones al respecto”.
El nuevo centro de cómputos de Barracas contará y entrará al sistema todos los votos de la capital federal y de los distritos más populosos de Buenos Aires, incluidos los del conurbano bonaerense, el lugar donde Néstor Kirchner espera sacar la ventaja decisiva sobre sus contrincantes: los votos producidos por otras ciudades bonaerenses, como Mar del Plata o Bahía Blanca, se computarán en esos mismos distritos. La empresa que encargada de informatizar los cómputos es INDRA, la misma que lo hizo en 2007.
Polemica por nuevas mesas
La Junta Electoral Nacional de la provincia de Buenos Aires ratificó la semana pasada su decisión de reducir de 390 a 350 la cantidad de electores por mesa, lo que implicará un incremento de 3600 bocas de votación.
Para las fuerzas de oposición, en las que se reconoce que aún no se cuenta con los fiscales necesarios para garantizar el control de la elección, la medida resulta ambivalente: mientras por un lado aporta a facilitar la calidad y agilidad del comicio, por el otro, obliga a redoblar los esfuerzos para poder controlar todos los circuitos.
Según confirmaron desde la Secretaría Electoral, 10.335.398 bonaerenses están en condiciones de sufragar el domingo 28. De ellos, 5.333.890 son mujeres y 5.001.508, hombres. En toda la provincia habrá 30.792 mesas habilitadas.
La discusión por la cantidad de votantes por mesa había sido abierta a mediados de abril por el titular del PJ provincial, Alberto Balestrini. El vicegobernador y candidato "testimonial" a senador, había pedido entonces a la justicia electoral que redujera en 100 la cantidad de votantes por cada mesa para evitar conflictos y demoras.
Al referirse al tema, el juez federal con competencia electoral Manuel Humberto Blanco consideró que la petición era inapropiada e implicaba abrir unas 8000 mesas extras y, consecuentemente, los partidos deberían haber conseguido unos 8 mil fiscales adicionales para controlar los comicios y el Estado aportar nuevos establecimientos.
No obstante eso, ayer la Junta Electoral, presidida por Antonio Pacilio e integrada además por Luis Genoud y el propio Blanco, confirmó mediante un comunicado la reducción de votantes por mesa y subrayó que la medida implica la instalación de 3.600 nuevas mesas.
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