SPARTACUS EN ACCIÓN

SE EXPANDE LA CONFRONTACIÓN ENTRE JUECES K Y ANTIK

Kirchner pretende que Oyarbide lo procese inmediatamente a Redrado

Por Carlos Tórtora

Néstor Kirchner tiene debilidad por las apuestas fuertes. Por eso ahora estaría movilizando sus reservas judiciales. Espera que, rápidamente, Norberto Oyarbide le dé una nueva muestra de solidaridad procesando a Martín Redrado por incumplimiento de los deberes de funcionario público, como reza la carátula del expediente que tramitan aquél y el fiscal federal Guillermo Marijuan, y para cuyo tratamiento ya se habilitó la feria. No se trataría sólo de venganza, sino tambien de necesidad política. Para empezar, está en juego la importancia de los ejemplos. Si luego de mojarle la oreja al gobierno el Presidente del BCRA sigue en su cargo o lo pierde y se retira como un héroe de la oposición, los Redrado se multiplicarán. Su procesamiento es indispensable para que el gobierno conserve algo de la cuota de temor que le permitió arrasar con las instituciones durante seis años. Tambien confía el gobierno en que el procesamiento descalificaría a Redrado para continuar con su prédica contra el vaciamiento de las reservas. Esto último es relativo, teniendo en cuenta el nivel de desprestigio alcanzado últimamente por las resoluciones de Oyarbide.

Así, el proceso de judicialización de la política avanza sin ningún freno. Una Jueza Federal, María José Sarmiento, repone a Redrado en su cargo mientras otro juez federal prepara su procesamiento. La confrontación entre jueces kirchneristas y antikirchneristas ahora es explícita. Sarmiento ordinarizó el amparo por el uso de las reservas en respuesta a su colega, el camarista Carlos Manuel Grecco, que insólitamente recibió la apelación del gobierno supliendo a la jueza y durante el fin de semana.

El amparo de San Luis

Aníbal Fernández habría conversado días atrás con Ricardo Lorenzetti. Éste le habría expresado los riesgos institucionales que se correrían si la Corte debe terciar en el conflicto entre el Ejecutivo y el Congreso, si la oposición consigue mayoría para voltear los DNU de la discordia. Así es que, por el momento, la Corte juega a intervenir lo menos posible. La ordinarización de la causa de las reservas dispuesta por Sarmiento le vino a los ministros como anillo al dedo. Una demanda ordinaria tiene tiempos bíblicos en la Argentina y pasarán años antes de que llegue a la Corte a través de un recurso extraordinario, deviniendo abstracto su contenido mucho antes.

Sin embargo, no todo es tan simple. San Luis presentó en diciembre ante la Corte un amparo, solicitando la nulidad del mismo decreto 2010/09 que dispuso el pago de deuda con reservas. La Corte habilitó la feria para su tratamiento y le requirió informes al gobierno. Pero todavía no había estallado el escándalo del despido de Redrado. ¿Que hará ahora la Corte?

No hay duda de que, jurídicamente, hoy es mucho más riesgoso para la operación del gobierno el amparo de San Luis que la medida dispuesta por Sarmiento, que puede ser dejada sin efecto por los camaristas.

A esta altura de los acontecimientos, a los ministros de la Corte les resultará cada vez más difícil balconear la situación sin pagar ningún costo. Si a la oposición no le alcanzan finalmente los votos para rechazar los DNU y la medida de no innovar de Sarmiento es dejada sin efecto, todos mirarán al cuarto piso del Palacio de Tribunales. La última carta para frenar la operación de las reservas sería el amparo de San Luis.