TAN SOLO UNA FRONTERA
-¡Tan solo una frontera!
Por Juana Marcó
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El millonario que alcanzó una nueva meta: la presidencia de Chile. Un empresario conservador, candidato de la opositora Coalición por el Cambio, será el próximo gobernante.
Parece increíble que países aún més pequeños, geográficamente, que la Argentina y por ende con menos recursos productivos comprendan y se pongan en marcha en el camino de los países del primer mundo.
Se logró una Concertación de partidos que supo integrarse, hace veinte años, para conformar una sólida alianza, compitiendo con el gobierno militar del momento, y que logró tras ese entendimiento triunfar y gobernar.
La dirigencia chilena opositora supo comprender entonces que el consenso era más importante que el protagonismo de cada uno de ellos. Asimismo, tuvieron la inteligencia de continuar con todas las políticas acertadas de la gestión anterior, aún las consideradas como del gobierno de facto.
Así, dieron continuidad a la política económica de la anterior gestión, coordinando en un comienzo con su ministro de economía, ya que había impulsado a Chile hacia un camino de crecimiento. Luego continuó una sucesión de gobiernos de izquierda, por dos décadas, siempre intentando proyectarse al futuro. A pesar de las diferencias que separaron a los distintos colores políticos lograron no estancarse en permanentes rencores.
Supieron investigar las estrategias y medidas que llevaron a EEUU a ser una potencia y llegaron a la conclusión que lo más relevante era contar con políticas de Estado a largo plazo, trascendiendo a los mandatarios del momento.
La última presidente, al igual que sus pares anteriores y terminando con un elevado índice de popularidad, no se permitió intentar una reelección sino que respetó la posibilidad de la alternancia. Un gesto más que notable en estos tiempos en que otros Jefes de Estado de la región hasta modifican la Carta Magna para afianzarse en el poder, casi como si fuera un botín. Exceptuamos a Brasil, que también tuvo un gobierno con pautas ejemplares a pesar de sus errores.
Un millonario que gana casi en forma asombrosa, una persona que a pesar de poder evitarse los contratiempos y los trastornos que significa gobernar un país y conformar a un pueblo, ha decidido apostar y comprometerse. Lo único que espera el pueblo de Chile, no es sólo su compromiso y esfuerzo, sino la idoneidad y la sabiduría para nombrar a los mejores y más capacitados en cada cartera.
Chile no hace más que dar demostraciones de progreso, cualquiera sea su color político, y ha tenido siempre como consigna crecer y madurar en la democracia y con un profundo espíritu nacional. Todos, cada uno desde su lugar, esperan el crecimiento constante de su país y lo plasman en su esfuerzo y convivencia.
Ya no parece tan lejana la meta a imitar, ni siquiera se trata de proyectos políticos con situaciones socio-económicas inalcanzables, sino de un vecino territorial que ha atravesado situaciones semejantes, tanto en lo político como en lo social.
La pregunta es, si sólo la distancia del modelo de crecimiento y progreso es una frontera: ¿podrá la dirigencia argentina asumir su responsabilidad y entender que sólo con imitar las pautas más relevantes de su modelo eleccionario y de partidos ya se avanzaría bastante?
¿Serán capaces de destacar que lo que hace grande a los países es la continuidad de sus políticas y no los hombres que las ejecutan? Son los modelos y las medidas lo que permite a un país ubicarse entre los mejores y no los líderes ocasionales ni los conformismos por falta de opción.
La dirigencia argentina debe ver este nuevo triunfo del país hermano como un posible modelo y observar del otro lado también cómo Brasil logró concretar para sí dos eventos deportivos relevantes. Entender estos ejemplos significará que el país ha madurado y que es capaz de abandonar las ambiciones personales en pos de un futuro en permanente crecimiento.
juanamarco@fibertel.com.ar
Gentileza en exclusiva para NOTIAR
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