AVISPA SUICIDA

Rumores indican que la Presidente se habría sometido a una cirugía estética. Sorprende la poca creatividad de los mandatarios argentinos para justificar su paso por el bisturí y la metamorfosis repentina. La indisposición de la Presidente de la Nación, Cristina de Kirchner, a la vuelta de su estadía en el Calfate sorprendió a muchos y cosechó rumores en las redacciones periodísticas. ...

Sucede que los motivos esgrimidos desde la agencia estatal de noticias Télam y el comunicado difundido por la vocería presidencial de la Casa Rosada acerca de un episodio de lipotimia son díficiles de creer para la mayoría.

Es que los primeros mandatarios del mundo, enfrentan muy seguido síntomas de cansancio físico y psicológico, sin embargo le ponen el cuerpo a cuanto acto se presente. Una baja de presión no los detiene.

¿En qué momento la Presidente -que oscila entre la quinta de Olivos equipada con aire acondicionado y el automóvil presidencial- estuvo expuesta a la alta temperatura de la húmeda Buenos Aires? Ni siquiera asiste a la Casa Rosada, dónde también hay refrigeración.

¿O es que en la lujosa quinta presidencial el aire acondicionado clavado en los 24º, como indica el Gobierno, no es suficiente para un organismo acostumbrado a los fríos del sur?

El rumor que circula es que la coqueta madataria se habría sometido a una nueva sesión de botox, no conforme con su apariencia actual.

En días que la actual Presidente estaba de campaña y era entonces primera dama, en una entrevista, negó haberse sometido a una cirugía estética, aunque dijo que no descarta hacérsela cuando lo considere necesario.

“Ni cirugía, ni Botox: no me hice nada. Puedo exhibir la falta de cicatrices. No digo que no me las haría si un día se me cae la cara y me veo horrible; seguro que en ese caso, sí. No critico a quien se las hace, cada uno es dueño de elegir su propia vida” , indicó en respuesta a quienes afirman que son notorios los cambios en su rostro desde que Kirchner asumió la Presidencia del país en 2003.

Luego, en junio pasado, en pleno conflicto con el campo, la Presidente se tomó un tiempo para pasar por el quirófano y lució repentinamente un cuello más rejuvenecido.

El nuevo retoque consistía en la aplicación de hilos tensores para estirar las arrugas y darle un aspecto más joven al cuello.

Por esta razón fue vista en las entonces apariciones mediáticas con un pañuelo. Al final, no era para evitar una carraspera sino para no mostrar las inflaciones transitorias propias del procedimiento.

Según el sitio perfil.com, el procedimiento de "ajuste" es sencillo, ya que se realiza sin cortes ni cicatrices y con anestesia local. En apenas una hora, el paciente ya tiene colocados de cuatro a seis hilos. La cirugía cuesta entre 800 y 2.500 dólares.

Vale recordar una vieja leyenda peronista vinculada al ex presidente Carlos Menem, cuando estaba al frente del Ejecutivo, al que de un día para el otro se borraron sus arrugas. Sin dramatizar la cuestión, Menem comentó que “lo había picado una avispa”.urg24