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jueves, 15 de enero de 2009

KRETINA: SEMEJANZAS Y......

NotiAR - 15-Ene-09 - Opinión
http://www.notiar.com.ar/contenido/opinion/opi_8530.htm

Cristina Kirchner: Semejanzas y coincidencias

por Carlos Berro Madero

"La falta de inteligencia emocional, anula habilidades tales como ser capaz de motivarse y persistir frente a las decepciones; controlar el impulso y demorar la gratificación, regular el humor y evitar que los trastornos disminuyan la capacidad de pensar, mostrar empatía y abrigar esperanzas en general."
Daniel Goleman

John Mayer, psicólogo de la Universidad de New Hampshire, en los Estados Unidos, califica a algunas personas como "sumergidas". Se trata de personas que a menudo se sienten empantanadas en sus emociones e incapaces de librarse de ellas, como si el humor las dominara. "Son volubles", dice, "y no muy conscientes de sus sentimientos, por lo que quedan perdidas en ellos en lugar de tener cierta perspectiva. Sienten que no pueden controlarse y a menudo no son muy conscientes de lo que les está sucediendo."

Como la clave para cualquier toma de decisión en esta vida es estar en sintonía con nuestros sentimientos, puede deducirse fácilmente que las personas con inestabilidad emocional, pueden hundirse rápidamente en los peligros de pasiones desenfrenadas e impulsos incontrolables. Son pilotos increíblemente malos en la resolución de los problemas que deben afrontar.

La mayor dificultad consiste en que las preocupaciones se vuelven crónicas y reiterativas para ellas, surgiendo constantemente como un obstáculo para que no puedan tomar resoluciones. El hecho de dar vueltas una y otra vez a un mismo problema, puede hacer que la depresión que esto causa sea en ellas más fuerte, creando condiciones más deprimentes aún.

Una de las consecuencias más comunes de la inestabilidad descripta es el nacimiento de ataques de ira, provocados por repetidos síntomas de ansiedad que generan situaciones agudas de estrés.

Otra, es la imposibilidad de mantener la atención dirigida a un objeto; y es bien sabido que el primer medio para pensar bien, es atender bien. Lo que no debe confundirse con una simple memorización de un problema para recitarlo en alta voz como si hubiera sido incorporado a la inteligencia.

La "imposibilidad" expresada muchas veces en estos casos, promueve que quien se ve presa de emociones incontrolables sienta una instintiva repugnancia por sentirse excluido o percibir cualquier forma de oposición a sus pensamientos. Esta circunstancia alimenta un estado de ira, por el fastidio de no poder digerir que dicha imposibilidad la pone frente a la circunstancia de no poder resolver ninguna causa a satisfacción.

Dicen que la Presidenta sufre de trastornos bipolares. Nadie lo ha confirmado.

A la distancia, único modo que tenemos de analizarla, nos parece que tiene todo el aspecto de ser una persona muy insegura, altamente dependiente y con muchos episodios del pasado personal sin resolver. Su constante invocación de "relatos" e "historias" parecen indicar que en algunos aspectos ha quedado anclada en el tiempo.

Sus apelaciones a las cuestiones "de género", su ansiedad manifiesta por usar términos rebuscados en su lenguaje habitual, los rictus de su rostro cuando habla y sonríe, están indicando también que en su intimidad personal hay asuntos que no están resueltos todavía.

Por lo expuesto hasta aquí, deberíamos concluir que le cabría en la función que desempeña, el principio que se denomina de "imposibilidad absoluta". La que supone ser una oposición regular de cualquier suceso, que indicaría que no debió haber aceptado nunca el cargo para el que fue designada por su esposo.

Muchas personas terminan su vida, no sólo sin haberse conocido a sí mismas, sino también sin haberlo intentado. Quienes corren mayor peligro de caer en este error, son aquellos que carecen de la capacidad emocional de controlar sus sentimientos, poniéndolos siempre en un estado de total dependencia de lo que ocurre fuera de ellos.

Cristina Kirchner no parece haber desarrollado el hábito de reflexionar sobre sus propias inclinaciones, ni distinguir el carácter y la intensidad de cada una de ellas. Parece ser una persona ciega en el entendimiento, por no fijar con debida atención la mirada a su interior: las pasiones derivadas de un sistema emocional muy débil dan la impresión de impedírselo.

Si nos detenemos a analizar sus últimas apariciones públicas -cada vez más abundantes e inexplicables-, vemos a una persona que no parece ni darse cuenta cabal del contenido de lo que recita. Tan es así que puede confundir cultivos con yuyos y alterar la composición de fórmulas químicas, sin que se le mueva un pelo. La intensa inclinación de sus sentimientos, la convierten en alguien que desea compulsivamente la obtención de un íntimo goce personal, por sobre cualquier otra circunstancia.

Sus discursos son verborrágicos y plagados de advertencias y miradas que no se corresponden con el tenor de sus dichos. Es una de esas personas que siempre confunden el tiempo de reír y de llorar.

Cristina demuestra sufrir además un grave defecto: para seguir respetándose a sí misma y poder actuar a sus ojos con cierto mérito, necesita tener un bajo concepto de todos aquellos a quienes conoce y humillarles reiteradamente.

Este sentimiento es compartido por su esposo, y es muy posible que la solidez de su relación personal se asiente sobre estas cuestiones mínimas que los identifican a ambos frente a lo que consideran como "adversidad". Para ella y Néstor la vida es una lucha. Una lucha para imponer su presencia iluminada y autoritaria, para ser reconocidos y poder mitigar de alguna manera sus complejos de inferioridad.

Todo esto es lo que percibimos "desde lejos".

Por lo expuesto, cuesta mucho imaginarla conduciendo una función ejecutiva de gobierno con eficacia.

carlosberro@arnet.com.ar

Gentileza en exclusiva para NOTIAR

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