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domingo, 19 de agosto de 2007

NO MÁS KIRCHNERATO

El vacío lleno de verde
Impúdicamente, corre la corrupción durante los últimos estertores del Kirchnerato. Corren las valijas como las ratas que se escapan de un barco que se hunde. Se agota, esa pantalla poética. Es decir, la del verso libre oficial: tema de composición: derechohumanismo. En tanto y en cuanto coexistan y se acumulen cada vez mayores deslizamientos fácticos o verbales, esa mecha, la del eterno petardismo setentista, se irá apagando irreversiblemente. Lo sostuvo Mavrakis.com.ar desde el principio: detrás de la verborrea derechohumanista, existía un vacío menos sartreano que menemístico. Que comenzó a llenarse, impúdicamente, de dólares robados.

Lo que vendrá
Constará al menos cuál es la única moneda solvente para el propio Gobierno: aquella en la que roban. Como si los 500 millones de dólares de reservas santacruceños, desaparecidos en democracia, no fueran suficientes. El discípulo supera en valores al Maestro. Lo que no se desvalijó durante el Proceso de Reorganización Nacional ni se sustrajo durante la década menemista, lo despojó un Kirchnerato cada vez más doliente. Para Cristinita, la distancia hasta octubre se alarga. La sucesora de Isabelita todavía no inició su propio gobierno y ya se queda sin aire. Tal vez Isabelita le resulte un modelo difícil de alcanzar. Y aún falta la estocada que se vocifera en cada esquina de la city: la corrida bancaria que inundará las calles de canibalismo. “El plan de campaña –le comentaba la voz más cantante de este staff a uno de los asesores del candidato Jorge Sobisch- deberá plantearse como un Plan Marshall. Acciones para recuperar lo que el Kirchnerato no llegue a destruir antes de desaparecer bajo los glaciares de la Historia. A la oposición sólo deberá precuparlo ese tópico: cómo reconstruir la república con las cenizas. El del Kirchnerato, como ya dijimos la semana pasada, es apenas un modelo para desarmar”.

Últimos golpes
“De los sueldos de miseria, la inflación extraordinaria y la tendencia masiva al endeudamiento –continuaba la conversación- se llega al polinomio del final inminente: la crisis, cuando estalle en las calles, hará que ni siquiera tengan tiempo de subirse al helicóptero presidencial y escapar”. La discusión se discurrió luego hacia otras generalidades. Que el Kirchnerato es el único gobierno capaz de bloquear sus propios escándalos de corrupción mediante el destape de escándalos de corrupción cada vez más grandes, en todo caso, fue el silogismo más previsible de todos. “Si es verdad que Cristinita todavía espera ganar en octubre para después separarse de su marido –deslizó una de las voces más lacerantes del staff-, entonces queda aún más claro que ella le echa toda la culpa a él del descalabro final del régimen. Es la mayor opositora. Ni siquiera lo va a acompañar cuando la enfermedad termine de tumbarlo”.

Si la maquinaria monetaria aún tranquiliza la conciencia política de los sectores progresistas que insisten en preservar su masturbatoria imaginaría setentista, hará falta algo más que la vociferación inclaudicable de la crisis. “A este gobierno falta colocarle muertos en las calles –propuso la voz del staff, y algunos brazos trajeados tomaron nota-. No un muerto intrascendente como el delator Jorge Julio López. Un muerto más representativo. Un muerto más simbólico. Un muerto indudablemente necesario”.

“¿Serán capaces de traerlo al delator J. J. con la esperanza de que eso salvará las elecciones de octubre?”, preguntó uno de los brazos trajeados. La hipótesis de la última contraofensiva kirchnerista late con un eco setentista que sólo augura mayores derrotas. “Si es así, nosotros traeremos las listas de actuales funcionarios montoneros que delataron a sus camaradas a la primera ronda de parrilla en 1976”, respondió un asesor del staff. “En el cuadro de situación actual, a la oposición invisible sólo le falta un mínimo de articulación para tornarse visible e imponerse. Y ni siquiera por mérito propio. Néstor Carlitos Kirchner fue su propio Dr. Frankenstein. El padre de su propio fin. El Kirchnerato, a solas, se aplasta. Restan los últimos, los mejores, los más violentos golpes en su contra”.
mavrakis.com.ar

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