EL DEMONIO...........

EL DEMONIO DISGREGADOR Y LA RENUNCIA AL PATRIOTISMO

Desde los últimos años de la primera tiranía de Perón no hubo un gobierno más odiado que éste de los bandidos Kirchner. Sin embargo, Perón cayó precisamente por eso, mientras que estos malhechores no caen ni caerán en el futuro próximo.

No hay nadie que tenga un mínimo de cultura en cualquiera de las clases sociales (que no son tres sino decenas de ellas) que no los execre (no digo "critique" porque las opiniones contra los Kirchner son más que una crítica, son una execración).

El mal concepto que tiene el público de Cristina Kirchner no sólo se refiere a su política sino también a su conducta personal. Se dicen las peores cosas de ella con un desprecio implacable. Del marido se dice que es arbitrario, prepotente, vengativo pero, curiosamente, pocos son los que dicen lo más obvio y es que se trata de un infradotado cuya carrera política sería inexplicable si no fuera por el apoyo masivo de la prensa y de la secta neo-marxista que lo dirige.

De ambos se dice que son deshonestos y que se han enriquecido desmesuradamente mediante diversos negociados de los cuales se mencionan varios.

Peor concepto que el que se tiene de este par de malandrines no se puede imaginar. Sin embargo, esas críticas son inocuas. No les hacen mella y están firmes en el poder contra toda lógica y contra la misma ley de gravedad.

Se da el absurdo de que una inmensa cantidad de gente que tiene algún peso en todos los ámbitos del país -creo que puede estimarse su número en unos 2.000.000-, pueden menos que los dos Kirchner y sus mil titireteros y cómplices. La situación política del país se podría expresar en la siguiente fórmula:

+1.002 -2.000.000 (+-38.000.000 de una masa que vive fuera de la civilidad) igual a +1002

Es decir, los 2.000.000 no restan ni los 38.000.000 suman ni restan, en cambio esos dos más sus mil cómplices son todo y son los únicos que cuentan.

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Esos dos millones de argentinos, que son los más cultos y los que tienen éxito cuando se van al exterior, aquí son unos leles, incapaces de hacer valer su opinión contraria a la tirania, pasivos y conformistas, con una asombrosa falta de sentido de sus deberes patrióticos.

El más elemental instinto de conservación los llevaría a unirse, organizarse, suscitar lideres auténticos y descartar a los falsos, e iniciar una reacción que sería necesariamente victoriosa dada la gran superioridad que tienen sobre la banda de malhechores adueñada del poder que ofrece cien flancos débiles para un ataque político exitoso que el pueblo apoyaría.

Pero no quieren, se empeñan en no salir de su inoperancia y prefieren cien veces entregar la Patria a los Kirchner, a la "dirigencia" corrupta e inepta y a los falsos líderes opositores, antes que pensar, esforzarse y luchar por una futuro mejor.

No conozco ninguna situación histórica que se asemeje a esta atrofia general del instinto de conservación de un país. Todas las revoluciones tuvieron que usar violencia contra sus víctimas para destruir el orden anterior e imponer sus nefastos postulados. Sólo en la Argentina la revolución es incruenta y frívola, aunque sin perder nada de su intríseca perversidad. Les bastó a los destructores ocupar el poder y estar en él sin sobresalto. Lo demás se les está dando por añadidura.

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¿Cómo se explica este fenómeno enfermizo? No es la fuerza. No puede negarse que hay una cierta "libertad de pataleo" o sea, todos podemos decir lo que queramos -por ahora y sin utilidad alguna- sin ser reprimidos. Se sienten tan seguros que no necesitan reprimir. Es verdad que han destruido las FFAA, pero aunque éstas existieran no creo que los oficiales de hoy representen peligro alguno para la tiranía.

No se explica tampoco porque tengan el apoyo del voto popular, porque eso no es verdad. Kirchner usurpó la presidencia con el 17,8% de los votos del padrón y su mujer (¡vergonzoso traspaso de poder entre marido y mujer!) fue "elegida" en una acto nulo, como ya expliqué varias veces (ver nros. 818, 819 y 820 de este periódico):

"La abstención fue enorme -decía en el número 818, del 29/10/2007-. La mayor en casi un siglo. El 29% del electorado no votó, es decir, 7.685.901 personas. Si a eso le sumamos los 931.304 votos en blanco, màs los 217.247 nulos y 34.930 impugnados (números de las 11,25 hs. del 29/10/2007), llegamos a 8.869.982 electores que dijeron "¡NO!" a todos los candidatos. Eso es más que los 8.177.149 votos que se le atribuyen a la Sra. de Kirchner. O sea, GANÓ EL RECHAZO a todas las candidaturas.

"Consecuentemente, la Sra. de Kirchner no tuvo el 44,88% de los votos como dice la información oficial sino apenas el 30,18% del padrón. Debería haber una segunda vuelta, pero ellos tienen el poder y ellos dicen que no..."

Y de ese 30,18% la mayor parte fueron votos comprados con los subsidios pagados a troche y moche por la tiranía a millones de "clientes" de lo peor que hay en la masa (que no es pueblo).

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A esto debe sumarse que los Kirchner no gobiernan. Han creado una tiranía disolvente que se dedica a fomentar el caos y el desorden social. El país se disuelve en la insignifcancia y en la falta de objetivos razonables, rumbo a quien sabe qué cambio súbito y sorprendente que será siempre para peor, como lo anuncian ciertas decisiones autoritarias que toman de vez en cuando, como ahora la de confiscar las AFJP.

Y siempre la más escandalosa corrupción practicada a todos los niveles.

Con semejantes fragilidades es incomprensible que esos 2.000.000 de argentinos que están en total desacuerdo con el régimen y que podrían convertir sus críticas en una exitosa liberación de la tiranía, vivan en la más completa inoperancia. Es como si un demonio disgregador nos hubiera poseído y nos mantuviera separados e impotentes. Creo que ese demonio actúa poderosamente en nosotros.

Otra explicación no encuentro para tanta estupidez y tanta vocación de suicidio colectivo. Sólo un milagro obtenido por los ruegos de la Virgen de Luján, Patrona de la Argentina, puede salvarnos. Hay que pedirlo con insistencia.

Cosme Beccar Varela
e-mail: correo@labotellaalm ar.com