UNIFICACIÓN PORTEÑA
UNIFICACIÓN DE ELECCIONES PORTEÑAS Y NACIONALES
Macri y CFK coinciden en la misma operación
Por el Dr. Carlos Tórtora
Hay hechos de la política local que son claves para la política nacional. Mauricio Macri no consiguió en la legislatura el apoyo de los bloques de Proyecto Sur y la Coalición Cívica para el proyecto de ley que permita modificar la fecha de la elección de comunas, prevista para el 5 de junio, unificándolas en un paquete con la elección de jefe de gobierno y diputados porteños. Fueron el kirchnerismo y su apéndice, el sabbatellismo, los que apoyaron al PRO, firmando un dictamen que le otorga a Macri la potestad de llamar a elección de comunas junto con las de jefe de gobierno y legisladores locales.
De este modo se transparentó la decisión de CFK de colaborar para que Macri unifique las fechas. ¿Por qué? Sólo así éste se sentiría seguro para competir por la presidencia, porque arrastraría en el misma boleta los votos para su sucesor en la jefatura de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta o Gabriela Michetti. En la Casa Rosada necesitan a su vez imperiosamente que Macri sea candidato a presidente, por dos motivos: si éste desistiera y buscara, en cambio, su reelección en la Ciudad, el Acuerdo Cívico y Social podría captar una importante franja de votantes independientes favorables al PRO y acercarse peligrosamente a los guarismos del kirchnerismo. Sólo la división del voto centrista tranquilizaría a CFK como en el 2007, cuando Elisa Carrió y Roberto Lavagna se eliminaron entre sí, obteniendo un 22 por ciento cada uno. La segunda razón se llama Fernando Pino Solanas. En caso de unificarse las elecciones locales y las nacionales, aquél podría hacer lo mismo que Macri, o sea, presentarse para presidente movilizando en la misma boleta los votos para su candidato a jefe de gobierno. Con elecciones separadas, Solanas podría, en cambio, terminar tentado por acordar, vía Margarita Stolbizer, sumarse al ACyS como su candidato a jefe de gobierno. La suma de Proyecto Sur lo colocaría a Ricardo Alfonsín -si llega a ser candidato- con un pie en la Casa Rosada.
Las opciones
Este punto de equilibrio entre el PRO y el kirchnerismo no es, sin embargo, invulnerable. Recién el 10 el dictamen para cambiar la fecha de Comunas podrá tratarse en el recinto y Macri empezaría a respirar aliviado. Pero el 7, es decir el 9 en realidad -porque el 7 y 8 son feriados-, vence el plazo para que aquél convoque a la elección de comunas. Así que sería inevitable que el 9 haya denuncias, incluso penales, por el incumplimiento por parte de Macri de sus deberes de funcionario público. No obstante estos percances, el camino hacia octubre podría iluminarse para Macri -y también para CFK- si el 10 efectivamente se pone en marcha la unificación de las elecciones porteñas con las nacionales. Pero si algún imprevisto hace que la Legislatura no vote los cambios, Macri se enfrentaría a dilemas desagradables. Por ejemplo, unificar los comicios para comunas con los de jefe de gobierno y diputados, arriesgándose a que Gabriela Michetti -su candidata que mide mejor- pierda en segunda vuelta. También podría dejar que sólo se vote comunas, postergando para más adelante el intento de unificar jefe de gobierno y diputados con la elección presidencial.
Esta opción encierra riesgos no menores. Nadie sabe en realidad cómo reaccionará el volátil electorado porteño ante una elección descentralizada de autoridades comunales que es una experiencia inédita. No hay que descartar que mucha gente aproveche la ocasión para enviarle una advertencia a Macri por sus deficiencias en la gestión, votando por candidatos opositores. Una mala elección comunal podría generar una ola de pesimismo sobre las posibilidades del PRO en octubre.
La tercera opción, de por sí dramática, consistiría en que Macri dé marcha atrás y renuncie a su candidatura presidencial para buscar su reelección. Se iniciaría entonces un tembladeral por lo ya dicho y por la vacancia de un candidato que englobe a la centro derecha.
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